¡®Dirty Dancing¡¯, un culto generacional
La pel¨ªcula cumple 25 a?os con un remake en marcha y una serie de homenajes y parodias que confirman su estatus ic¨®nico en la cultura pop.
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Kate Middleton tiene: querencia por las medias transparentes, habilidad para llevar sombreros imposibles, un vestuario de se?ora inglesa de 50 a?os y una profesi¨®n que s¨®lo comparte con un pu?ado de mujeres en el mundo y bastantes personajes Disney (aunque, bien mirado, Duquesas Disney no suena igual, ?no?)
Natalie Portman es: licenciada en Harvard, madre de un ni?o con nombre de libro de Borges (Aleph), ganadora de un Oscar y aficionada a adivinar las etimolog¨ªas de las palabras (a eso dedicaban las noches de s¨¢bado ella y su ex, Devendra Banhart, las noches de s¨¢bado, al parecer).
A simple vista, dos mujeres tan distintas no deber¨ªan estar obsesionadas por la misma pel¨ªcula. Pero en los dos perfiles falta un dato fundamental. Catalina de Cambridge tiene 30 a?os y Portman cumplir¨¢ 31 en junio. As¨ª que ambas responden sencillamente a un reflejo generacional cuando confiesan su chaladura por Dirty Dancing, el drama rom¨¢ntico que marc¨® las tardes de merienda y VHS de las ni?as nacidas en los ochenta.
Cuando Pippa Middleton organiz¨® el a?o pasado la despedida de soltera de su hermana, opt¨® por una fiesta tem¨¢tica en torno a Dirty Dancing, su pel¨ªcula preferida. Portman, por su parte, nunca ha ocultado su obesi¨®n con el filme. En una entrevista a la revista W durante la promoci¨®n de El cisne negro declar¨®: ¡°Es la pel¨ªcula que he visto m¨¢s veces en mi vida. Me encantaba Penny, seguramente porque yo era muy como Baby. Era una chica jud¨ªa de una familia jud¨ªa, as¨ª que me fascinaba la rubia alta y delgada¡±. El nombre de Portman lleg¨® a sonar hace a?os para uno de los m¨²ltiples remakes que Hollywood se ha planteado a lo largo de los a?os.
Tras una secuela fallida en 2004 (Havana nights, con Diego Luna y Romola Garai, dos opciones de casting cuanto menos bizarras) y varios intentos que no llegaron a buen puerto, ahora s¨ª est¨¢ en marcha un remake de la pel¨ªcula, coincidiendo con el 25 aniversario de su estreno. Lo dirigir¨¢ Kenny Ortega, el core¨®grafo de la pel¨ªcula original y se estrenar¨¢ en julio de 2013. Lo que no se sabe todav¨ªa es qui¨¦n interpretar¨¢ a Baby y a Johnny pero no es arriesgado afirmar que, cuando se comunique el reparto, los fans criticar¨¢n la elecci¨®n. Para los nost¨¢lgicos, s¨®lo hay dos actores que puedan bailar Lover Boy de Silvia & Mickey a cuatro patas: Patrick Swayze y Jennifer Grey.
En los ¨²ltimos a?os se han multiplicado los gui?os y parodias de Dirty Dancing en varios filmes y series. En la comedia rom¨¢ntica Crazy Stupid Love, que se estren¨® el pasado oto?o, Ryan Gosling interpreta a un seductor en serie con un truco infalible: lleva a las chicas a casa, les pone la canci¨®n Time of my life y les invita a ¡°hacer el salto¡± como en la pel¨ªcula. ?l sabr¨¢ agarrarlas con los brazos en alto, como hace Patrick Swayze.
L¨®gicamente, ninguna puede resistirse. A¨²n as¨ª, mientras filmaban la escena, la estrella femenina de la escena, Emma Stone, no las ten¨ªa todas consigo, ya que padece v¨¦rtigo y confes¨® que acab¨® varias tomas con ataques de p¨¢nico y agrediendo involuntariamente a Gosling. No era la primera vez que una comedia rom¨¢ntica utilizaba el concepto Dirty Dancing-como-gancho-para-chicas. En la pel¨ªcula francesa Los seductores (2010), el padre de Vanessa Paradis quiere evitar su matrimonio. Para ello, contrata a Romain Duris, que debe ejercer de tipo perfecto. As¨ª que toca vestirse de negro, chasquear los dedos y recrear ese famoso baile: ¡°No I¡¯ve never felt this way before¡¡±. Spoiler: la proyectada boda de Vanessa nunca llega a producirse.
El primer cap¨ªtulo de la serie New Girl, que protagoniza Zooey Deschanel, tambi¨¦n contiene referencias a Dirty Dancing. La protagonista, Jess, descubre a su novio con otra. Acaba compartiendo piso con tres chicos, deprimida y revisionando la pel¨ªcula una y otra vez. Por si fuera poco, le dejan plantada en una cita. Pero ah¨ª est¨¢n sus tres compa?eros rescat¨¢ndola del restaurante con una versi¨®n a cappella de Time of my life y sus mejores intentos de recrear el baile.
Tambi¨¦n C¨®mo conoc¨ª a vuestra madre tuvo su parodia de Dirty Dancing en el episodio La primera vez en Nueva York, de la segunda temporada, en el que todos rememoran c¨®mo y cuando perdieron la virginidad. El relato de Barney Stinson (Neil Patrick Harris), c¨®mo no, resulta bastante peliculero y recrea una famosa escena de la pel¨ªcula.
Tantos gui?os en tan corto espacio de tiempo no resultan excesivamente originales pero s¨ª vienen a configurar un nuevo lugar com¨²n, el del culto femenino a Dirty Dancing. El filme en s¨ª no deja de ser un cl¨¢sico relato de amor entre dos miembros de castas sociales distintas ¨Cla historia m¨¢s vieja del mundo-, en este caso situada en los primeros sesenta y en una colonia vacacional del llamado Borscht Belt o ¡°los Alpes jud¨ªos¡±, la zona de resorts de los Catskills, las monta?as cercanas a Nueva York, a la que acud¨ªan los jud¨ªos pudientes de la ciudad, en parte porque entonces, por mucho dinero y ¨¦xito profesional que tuvieran, no se les admit¨ªa en los clubes de campo de los blancos y protestantes.
El nombre de Cintur¨®n del Borscht es una referencia al borscht, la famosa sopa de remolacha del Este de Europa que muchos emigrantes segu¨ªan preparando en Estados Unidos. Baby, la hija del m¨¦dico con un gran futuro por delante, en el que, seguro, estar¨¢ una Universidad de la Ivy League y los Peace Corps, los cuerpos de voluntariado que impuls¨® Kennedy, se enamora de Johnny, el joven bailar¨ªn buscavidas. Lo suyo, claro, solo puede durar un verano. Concretamente, el verano de 1963, meses antes de que asesinaran al presidente en Dallas, de que los Beatles salieran en el programa de Ed Sullivan y de que todo aquel mundo explotara por los aires. El Instituto Kellerman de la pel¨ªcula, en el que las mujeres pasan la semana bailando el foxtrot con los instructores de danza mientras los maridos se quedan en la ciudad, es en realidad el hotel Mountain Lake, donde se rod¨® la pel¨ªcula. Hoy, el resort explota convenientemente ese legado proponiendo bodas tem¨¢ticas, tours, concursos de Trivial sobre el filme y proyecciones diarias de la pel¨ªcula.
En Carolina del Norte, lejos de la localizaci¨®n original pero cerca de un lago, se organiza desde 2010 el Festival Dirty Dancing, que incluye proyecciones al aire libre y una gala como la del Instituto Kellerman. Para financiarlo, se pueden hacer contribuciones econ¨®micas en su p¨¢gina web, que divide a los voluntarios en varios niveles, dependiendo de cu¨¢nto donen. El primero es el Nivel Sand¨ªa, llamado as¨ª por la sand¨ªa con la que carga Baby/Jennifer Grey la primera vez que visita la zona de los empleados de Kellerman, en la que se baila bastante m¨¢s dirty que en los salones de los hu¨¦spedes.
La pel¨ªcula, que en su d¨ªa cost¨® tan s¨®lo 6 millones de d¨®lares, se convirti¨® en un ¨¦xito tan instant¨¢neo como improbable en el verano de 1987 y recaud¨® hasta 214 millones. Seg¨²n ha explicado la guionista, Eleanor Bernstein, un importante productor de Hollywood vio la pel¨ªcula antes de su estreno y sentenci¨®: ¡°quemen los negativos y recuperen el dinero del seguro¡±. A Bernstein le gusta subrayar el subtexto pol¨ªtico tanto de la ¨¦poca en la que transcurre la pel¨ªcula (un a?o despu¨¦s de la crisis de los misiles) como del a?o en el que se estren¨®, en el que la legislaci¨®n sobre el aborto en Estados Unidos corr¨ªa peligro de volverse mucho m¨¢s restrictiva (por si alguien no ha visto la pel¨ªcula a estas alturas, el argumento incluye una interrupci¨®n de embarazo). Aunque, para sus muchos fans reincidentes, el filme es tambi¨¦n un placer culpable y una excusa para hacer karaoke que no necesita de coartada sociopol¨ªtica.
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