Ocho ovejas, cinco burros y un bosque propio: los editores se fueron al campo para vivir como en sus libros
Rub¨¦n Hern¨¢ndez y Emilia Lope, responsables de las colecciones de Libros salvajes y Peque?os salvajes de Errata naturae, hacen real su utop¨ªa lectora en un valle c¨¢ntabro.
Emilia Lope, Rub¨¦n Hern¨¢ndez y su hija de seis a?os tienen ocho ovejas, cinco burros, un huerto y planean plantar su propio bosque. ?Queremos ser autosuficientes en t¨¦rminos de madera?, precisan. La idea de poder vivir as¨ª los llev¨® a dejar Madrid ¨Cdonde hab¨ªan sido vecinos de Cuatro Caminos, Vallecas y Fuencarral pueblo, ?siempre en la periferia?, apuntan¨C por el campo. Ambos son editores: ¨¦l estudi¨® Historia del Arte, inici¨® una carrera acad¨¦mica y en 2008 fund¨® Errata naturae junto a Irene Ant¨®n; ella hizo Filolog¨ªa Hisp¨¢nica, trabaj¨® 11 a?os en Plaza & Jan¨¦s y en 2016 se incorpor¨® al equipo de la editorial independiente. Fue entonces cuando decidieron pasar p¨¢gina y se mudaron a la comarca extreme?a de La Vera.
?La ciudad cada vez nos exig¨ªa m¨¢s y nos daba menos. Quer¨ªamos ser consecuentes con el planteamiento que reivindicamos en muchos de nuestros libros, un modelo de sostenibilidad mayor, una vuelta a la naturaleza no solo en la teor¨ªa?, precisa Rub¨¦n. Emilia a?ade que residieron all¨ª tres a?os, pero ?al estar cerca de Madrid casi todo son fincas tur¨ªsticas recreativas de gente de la ciudad?, algo que llev¨® a la pareja a buscar otro destino.
Porque su idea era echar ra¨ªces, no estar de paso. Hace algo m¨¢s de un a?o se instalaron en una casa de piedra y madera situada en la comarca c¨¢ntabra de Trasmiera. Viven entre colinas y peque?as granjas, en una zona que linda con los Valles Pasiegos. El n¨²cleo urbano m¨¢s cercano es Li¨¦rganes, de 2.379 habitantes, donde su hija va al colegio. ?Hay 150 alumnos y siguen el sistema Amara Berri, una metodolog¨ªa que convierte la educaci¨®n en algo basado en la pr¨¢ctica, el trabajo en equipo, en hablar en p¨²blico. Eso nos gustaba, es el futuro, la escuela no puede ser como hace 35 a?os?, explica Emilia.
En 2013 Rub¨¦n hab¨ªa editado Walden para conmemorar el 200 aniversario del nacimiento de Henry David Thoreau. Este cl¨¢sico del g¨¦nero nature writing en el que el fil¨®sofo contaba su propia experiencia de una existencia ?libre y salvaje? empuj¨® al editor a crear en 2015 una l¨ªnea llamada Libros salvajes dentro de Errata naturae, que Emilia ampli¨® en 2018 con la colecci¨®n para ni?os y j¨®venes Peque?os salvajes. ?Estos libros son otra herramienta m¨¢s dentro del activismo medioambiental y pueden contribuir a desarrollar una conciencia sobre la importancia de la sostenibilidad y ayudar a cambiar los h¨¢bitos?, sostiene ¨¦l. ?Claramente hab¨ªa un deseo subterr¨¢neo de cambio cuando empezamos a editar estos libros sobre naturaleza viviendo en la ciudad?, constata ella.
Han dado el primer paso, dicen que lo suyo ?es un modelo de resistencia?. Contra las prisas, los agobios, las imposiciones. Ese esp¨ªritu subyace tambi¨¦n en el comunicado Jinetes en la tormenta, animales en la cuneta, que Errata naturae public¨® el 14 de mayo, en plena desescalada del confinamiento provocado por la crisis sanitaria de la covid-19. La editorial anunci¨® que va a dejar de publicar nuevos t¨ªtulos los pr¨®ximos meses. Es momento de pararse y reflexionar. La decisi¨®n de replantear su labor editorial ?parte de una intuici¨®n muy clara: hay que hacer las cosas de otra manera y hay que hacerlo ya?, se?ala Rub¨¦n. Augura que el sector del libro reflejar¨¢ los efectos de lo ocurrido: ?Puede cambiar la manera en que leemos, se van a editar menos libros, y ser¨¢n m¨¢s comerciales o ¡®apuestas seguras¡¯, y es probable que la lectura de ebooks aumente?.
Ante esto, plantean estudiar asuntos como la cantidad de energ¨ªa que requiere producir sus t¨ªtulos o su huella de CO2. ?Vamos a hacer una autocr¨ªtica radical de todos los procesos en los que interviene la editorial para conseguir que sea una empresa y un proyecto m¨¢s sostenible?, precisa. Algunos cambios ser¨¢n costosos, otros implican modificar la forma de mirar, una nueva ¨®ptica propiciada por el contexto hist¨®rico. ?En apenas unas semanas hemos vivido una transformaci¨®n de lo posible?, apunta Rub¨¦n. ?l y Emilia ya hab¨ªan visto mutar su realidad antes; ahora en su rutina no resulta tan extra?o ver un buitre en el campo a trav¨¦s de la ventana de la oficina.
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