El precio de la muerte, por Blanca Li
Puedes enviar las cenizas a la luna, convertirlas en un anillo o en un collar
Cada vez recibo m¨¢s correos electr¨®nicos basura proponi¨¦ndome comprar miles de cosas con descuentos, adelgazar sin el efecto yoy¨® y, ¨²ltimamente, muchas propuestas de seguros de muerte. La verdad es que nunca les hago ni caso, pero hace poco el fallecimiento de una persona muy querida me puso de golpe delante de la realidad del precio de la muerte. Lo que es incre¨ªble es que en el momento del fallecimiento de un ser querido no solo tienes que enfrentarte al dolor, sino que, adem¨¢s, tienes que ocuparte de toda la organizaci¨®n del entierro. Si no posees un seguro de deceso, contactas con una funeraria que te env¨ªa a una persona con la que establecer¨¢s un contrato en el que debes determinar las prestaciones que quieres recibir para el funeral. Desde el tipo de caja o el coche de acompa?amiento hasta la l¨¢pida y su inscripci¨®n. Una vez finalizada la lista de la compra, llega la hora de pagar y de repente me pregunto c¨®mo hace una persona que no tiene dinero para cubrir los gastos de un funeral.
Parece que los servicios funerarios en la Comunidad de Madrid son los m¨¢s caros de Espa?a, con un coste por defunci¨®n de 3.200 euros de media si se elige la cremaci¨®n y de unos 3.500 euros si se escoge un nicho. En Par¨ªs, el Ayuntamiento propone un entierro low cost por unos 1.900 euros; si no, el precio puede rondar los 3.000 euros. En Estados Unidos, puede oscilar entre los 3.000 y los 7.000 euros. El libro Muerte a la americana de Jessica Mitford (1963) denunci¨® con inteligencia y humor ¨¢cido el abuso comercial de la industria funeraria estadounidense.
Parece, tambi¨¦n, que hay entierros de beneficencia para los menesterosos. Si una familia demuestra que carece de bienes y hacienda, el Ayuntamiento, o bien la compa?¨ªa funeraria, se encargar¨¢ de todo, pero con un entierro sin velatorio ni flores y una tumba an¨®nima.
Como morirse cuesta cada vez m¨¢s, hay personas que optan por donar su cuerpo a la ciencia; en cinco a?os, las solicitudes han crecido un 60%. La universidad se hace cargo de los gastos del traslado as¨ª como del entierro o la incineraci¨®n, una vez que el cuerpo haya sido utilizado.
Para estar tranquila, mucha gente contrata seguros de muerte que, aunque a la larga les cuesta el precio de cuatro funerales, les da serenidad. Las aseguradoras de decesos gestionan seis de cada diez funerales que se contratan en Espa?a, seg¨²n la patronal Unespa. Un muerto sin seguro es un cliente muy interesante, y parece ser que muchos funerarios tienen ?avisadores? (personal de hospital, residencias geri¨¢tricas, embajadas extranjeras en Espa?a e incluso m¨¦dicos, etc.) que notifican que hay un fallecido que no tiene compa?¨ªa de seguros a cambio de una comisi¨®n interesante.
Lo que resulta muy extra?o es el momento en que te encuentras con la urna de las cenizas de tu ser querido entre las manos, si has elegido la cremaci¨®n. Pero, buscando en Internet, descubres multitud de ofertas alucinantes.
Parece ser que puedes resguardar las cenizas en un arrecife natural, enviarlas a la luna, compactarlas en un anillo o collar de diamante humano, o convertirlas en fuegos artificiales. La empresa brit¨¢nica And Vinily ofrece la realizaci¨®n de discos de vinilo con las cenizas del difunto o escuchar sus canciones favoritas despu¨¦s de muerto. Si no puedes viajar para el funeral, hay un servicio de transmisi¨®n v¨ªa web para que lo veas desde casa. Puedes poner un servicio de c¨®digo QR en la l¨¢pida para que los familiares y amigos de la persona fallecida lo escaneen y observen una recopilaci¨®n de im¨¢genes, v¨ªdeos o m¨²sica personal del difunto. Tambi¨¦n existe el m¨¦todo de plastinaci¨®n, que permite preservar el cuerpo de un fallecido hasta por un siglo sin tener que mantenerlo refrigerado. Incluso hay una funeraria que se anuncia de la siguiente manera: ?Usted solo tiene que morirse, nosotros nos encargamos de todo lo dem¨¢s?.
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