En el estudio de Carme Pin¨®s
La arquitecta Carme Pin¨®s nos abre las puertas de su estudio de Barcelona, una casa de la Diagonal que acumula recuerdos, trabajos y libros. Este oto?o, la Bienal de Arquitectura de Euskadi har¨¢ una retrospectiva sobre ella.
De peque?a, Carme Pin¨®s (Barcelona, 67 a?os) se sent¨ªa toda una aventurera. ¡°Cuando ten¨ªa 13 a?os en el colegio de ni?as al que iba, era la ¨¦poca franquista, nos preguntaban qu¨¦ quer¨ªamos ser. Mi padre me ten¨ªa asignado que ten¨ªa que ser qu¨ªmica, as¨ª que yo escrib¨ª qu¨ªmica, pero en la segunda l¨ªnea puse arque¨®logo. Ten¨ªamos una finca en L¨¦rida en la que hab¨ªa muchos restos, descubrieron un poblado ¨ªbero, un cementerio ¨¢rabe, est¨¢bamos siempre buscando cosas en la monta?a¡±, recuerda. Acab¨® siendo arquitecta, pero no ha perdido ese esp¨ªritu inquieto que ha marcado una carrera reconocida: ha impartido clases en Harvard o Columbia y el MoMA o el Pompidou atesoran maquetas de sus obras. Y ahora, en solo un a?o, va a protagonizar dos retrospectivas. La primera, Escenarios para la vida, estuvo de febrero a mayo en la Fundaci¨®n ICO de Madrid. La segunda, Contexto y conceptos, ser¨¢ la gran cita de la Bienal Internacional de Arquitectura de Euskadi Mugak y podr¨¢ visitarse desde el 27 de octubre en el Instituto de Arquitectura de Euskadi de San Sebasti¨¢n.
Pin¨®s acaba de llegar a Barcelona de un viaje a Oporto por motivos de trabajo. Reconoce que est¨¢ cansada por los madrugones de los vuelos, pero no escatima tiempo para hablar de su trayectoria. Sonr¨ªe a trav¨¦s de la pantalla del ordenador y reafirma que la curiosidad es el motor que la lleva moviendo durante sus cuatro d¨¦cadas en una profesi¨®n que no estaba en su lista del colegio pero sin la que ella no entiende su vida: ¡°Siempre he tenido mucha curiosidad por la historia, por saber qu¨¦ hab¨ªa antes; de ah¨ª mi obsesi¨®n por el contexto. Cuando tengo un proyecto, inspecciono el lugar, me gusta saberlo todo. Soy entre detective, antrop¨®logo y arque¨®logo, y con todo esto empiezo a hacer mi arquitectura¡±. Su padre, Tom¨¢s Pin¨®s, fue un m¨¦dico reputado, director del servicio de Patolog¨ªa Digestiva en el Hospital de la Santa Creu i Sant Pau de Barcelona. Ella dice que, adem¨¢s, fue quien le inculc¨® el amor por el arte. ¡°Nos llevaba a ver museos monumentos,?siempre est¨¢bamos visitando pueblos lindos¡±, evoca. La mediana de tres hermanos, y ¨²nica chica, Carme lleg¨® cuando ¨¦l ten¨ªa 63 a?os. ¡°Era un personaje que hab¨ªa nacido en el siglo XIX, un gentleman, siempre con su abrigo, sus guantes¡ Jam¨¢s vi a pap¨¢ sin sombrero. A m¨ª me educ¨® en el gusto en el vestir, ¨ªbamos al Dique Flotante [una de las casas de moda de referencia de la ciudad], que eran clientes suyos, a los desfiles. Me ense?¨® el amor a la presencia, no pod¨ªa soportar ver a alguien mal arreglado. Y esto me ha quedado¡±.
De hecho, su primer impulso fue estudiar patronaje. Quer¨ªa hacerse su propia ropa y lo compatibiliz¨® con la universidad: ¡°Me encantaba. En el fondo, la moda tiene mucho que ver con la arquitectura, es el primer cobijo, te vistes para protegerte y presentarte. Y tambi¨¦n se dibuja plano, en los ex¨¢menes nos pon¨ªan un vestido y ten¨ªas que transformarlo en dos dimensiones. Pero luego lo dej¨¦ porque la arquitectura me ped¨ªa mucho¡±. Nunca se ha arrepentido de haberle consagrado su vida a esta exigente pr¨¢ctica: ¡°Me he convertido en muy arquitecto,?todos mis dise?os nacen de resolver problemas, de buscar soluciones que formen parte de las vivencias que nos acompa?an a diario¡±. Comenz¨® su carrera junto a Enric Miralles, con quien comparti¨® trabajo y vida durante una d¨¦cada y gan¨® el Premio Nacional en 1995. El piso de 400 metros cuadrados del n¨²mero 490 de la Diagonal en el que hoy sigue trabajando fue su estudio en lo que ella denomina ¡°la ¨¦poca de Enric¡±.
Es una estupenda casa burguesa proyectada por el prol¨ªfi ¨C co marqu¨¦s de Sagnier en 1912. En ella Pin¨®s ha ido a?adiendo capas; conserva elementos originales de la vivienda, acumula maquetas antiguas y nuevas, planos de proyectos, prototipos de su l¨ªnea de mobiliario, Objects, y libros, muchos libros. ¡°Yo estoy totalmente a favor de la rehabilitaci¨®n, de no hacer tabla rasa, pero a veces, cuando no vale la pena, no hay que conservar las cosas. Si hay que empezar de nuevo, se empieza de nuevo¡±. Fue lo que hizo al separarse de Miralles, afrontar un nuevo inicio, poner su nombre al frente de un estudio de arquitectura a los 36 a?os, a principios de los noventa, cuando no era muy habitual?ver a mujeres que encabezaran su propio despacho. ¡°Resulta todo m¨¢s complejo. Que conf¨ªen en ti, que no tengan prejuicios¡ Nunca me ha gustado quejarme, prefi ero mirar hacia delante, pero es evidente que ser mujer en este mundo que es masculino desde hace muchos a?os es complicado. Se est¨¢n cambiando cosas muy r¨¢pido, me he encontrado jefas de obra, esto era impensable hace unos a?os, pero no est¨¢ todo cambiado¡±.
La transformaci¨®n que s¨ª aprecia en su sector, y que no le agrada, es la del aumento de las exigencias que rodean los proyectos. ¡°El mundo se hace cada vez m¨¢s burocr¨¢tico, los peque?os despachos como el m¨ªo son muy dif¨ªciles de llevar, todo es m¨¢s est¨¢ndar, las grandes ingenier¨ªas nos est¨¢n ganando la carrera, y esta arquitectura de autor, que suena tan bien, est¨¢ dif¨ªcil¡±, reflexiona, ¡°la crisis de 2008 hizo mucho da?o a nuestra?profesi¨®n, y a medida que el tiempo pasa, las normativas son m¨¢s duras, para entrar en un concurso tienes que hacer mucho papeleo, todo se complica¡±. Su estudio no deja de trabajar, Pin¨®s ha creado rascacielos (Torre Cube I y II, en Guadalajara, M¨¦xico), viviendas en Byron Bay (Australia) o Vallecas y equipamientos p¨²blicos como la Escola Massana de Barcelona. ¡°Siempre digo que la arquitectura ha estado al lado del poder, y las torres son el m¨¢ximo signo de poder de las empresas hoy, todas quieren la m¨¢s alta. Pero la arquitectura no es hacer una torre. Para m¨ª hacer arquitectura es hacer ciudad, vivencias¡±, apunta.
Ella no concibe la ostentaci¨®n, que la monumentalidad se imponga a la usabilidad: ¡°A veces parece que los arquitectos construyen hablando con las nubes, porque hay estas ganas de mostrar poder, se olvida la escala humana, y la gran arquitectura tiene que hablar con las nubes y tambi¨¦n hablar con la escala humana. Tener siempre lo doble, la grandiosidad y la calidez de susurrar palabras¡±. En el futuro no hay nada en concreto que desee hacer, y a la vez desea hacerlo todo, ¡°cada proyecto es un reto¡±, sostiene. Para Pin¨®s, la aventura no acaba nunca: ¡°Sue?o que me vuelvan a llegar proyectos grandes que hagan que los n¨²meros salgan, pero yo hago tan feliz una peque?a casa como una torre. Me encanta la responsabilidad de ser arquitecto. Me lo tomo como un desaf¨ªo y no me pesa nunca esa responsabilidad. Al contrario¡±.
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