Fondo Supper Club con sede en Carabanchel: ?Utilizamos la comida como medio de comunicaci¨®n?
Marta Moya, Nora Silva, Bel¨¦n Cabello y Sara Oldenburg son las creadoras de este colectivo especializado en experiencias gastron¨®micas.
Son las nueve de la noche y un grupo numeroso de personas se arremolina ante la puerta de la galer¨ªa Badr El Jundi, en la c¨¦ntrica y madrile?a calle del Barquillo. Cuando por fin pueden entrar, tienen delante una gran mesa alargada, que va serpenteando y recorriendo, de una punta a la otra, todo el espacio art¨ªstico. Sobre ella hay unas l¨¢mparas y centros de mesa de aspecto algo turbio. ¡°Aqu¨ª es donde cenaremos. Hemos colaborado con el estudio de escenograf¨ªa 240¡Á120, se han inventado un biomaterial con gelatina y jab¨®n¡±, dice orgullosa Bel¨¦n Cabello (Madrid, 26 a?os), una de las cuatro anfitrionas de Fondo Supper Club. El colectivo se ha hecho conocido durante estos ¨²ltimos 12 meses por crear experiencias gastron¨®micas en espacios de arte y trabajar para reputadas marcas dentro del universo del comer m¨¢s vibrante. ¡°Utilizamos la comida como medio de comunicaci¨®n, creemos que la alimentaci¨®n es la met¨¢fora universal¡±, comenta Nora Silva (Madrid), otra de las integrantes de este inquieto grupo de mujeres, donde la culinaria se entremezcla con lo social, lo art¨ªstico y lo pol¨ªtico.
El p¨²blico ¡ªmayoritariamente femenino¡ª contin¨²a charlando animadamente mientras se sirve el c¨®ctel de bienvenida, un Bloody Mary transparente, y paladea uno de los dos entrantes, un dip de alcachofa y otro de ranch. En un papel que hay sobre la mesa se puede leer junto a los ingredientes de estos platos: ¡°La comida que nos atrae cuando nos sentimos emocionalmente desequilibrados. Un plato sin l¨ªmites, un atrac¨®n¡±.
La excitaci¨®n y la extra?eza comienzan a ser m¨¢s intensas. La convocatoria realizada previamente ha tenido ¨¦xito y esta es la primera de las dos noches en las que Fondo ofrecer¨¢ una relectura en clave gastron¨®mica de la exposici¨®n que se puede ver en las paredes. ¡°Todos los conceptos que hemos desarrollado para el men¨² est¨¢n relacionados con la digesti¨®n y las conexiones entre el cerebro y el est¨®mago¡±, comenta Marta Moya (Madrid, 27 a?os), la head chef, encargada de elaborar cada receta que saldr¨¢ de una de las salas al final de la galer¨ªa. ¡°Hemos tenido que apartar algunas obras para disponer de unas l¨¢mparas de calor. Hab¨ªa que tomar una decisi¨®n. O ten¨ªamos cuadros o ten¨ªamos comida caliente¡±. En un extremo se ve una vaporera, que aloja unos esp¨¢rragos ya cocidos, y que se servir¨¢n con un sabay¨®n de espinacas, un postre de origen italiano, con vino, az¨²car y yemas de huevo, que ha tuneado para la ocasi¨®n.
La exposici¨®n, que lleva por t¨ªtulo Processing the past and digesting the future, pensada por Huma Kabakci, una comisaria de origen turco y residente en Londres, ¡°explora los sistemas digestivos desde lo m¨¢s general a lo m¨¢s espec¨ªfico en el contexto de nuestro entorno sociopol¨ªtico y natural¡±, detalla Mar¨ªa Gracia de Pedro, directora del espacio galer¨ªstico. En la muestra hay piezas de figuras emergentes como Rafal Zajko, Saelia Aparicio o Yulia Iosilzon. ¡°Ese fue el punto de partida¡±, dice Cabello. ¡°A partir de ah¨ª dise?amos todo nosotras, con la ayuda de algunos colaboradores. Cada vez que hacemos un supper club realizamos una mesa nueva, un mantel nuevo, una iluminaci¨®n nueva que vaya acorde con lo que queremos contar¡ Todo ayuda a que lo que rodea sea mucho m¨¢s espect¨¢culo y tenga un sentido. La mesa serpenteante quiere asemejarse al recorrido intestinal y el mantel lo hemos te?ido para que tenga unos tonos muy concretos, como de una comida cuando fermenta y le salen manchas de diferentes colores¡±. La iluminaci¨®n apagada, el tacto desagradable, las texturas inquietantes¡ Todo ha sido pensado al detalle para estas dos jornadas.
Cuando los asistentes ya han tomado asiento, Sara Oldenburg (Madrid, 26 a?os), encargada de crear el maridaje, va explicando a cada grupo las peculiaridades de cada vino que est¨¢ sirviendo. ¡°Trabajamos con peque?os productores. Aqu¨ª tenemos un rosado ancestral, que es la forma m¨¢s honesta de hacer burbujas, de una bodega con la que nos gusta trabajar mucho, se llama Montrub¨ª. Fermentaci¨®n natural en botella, no hay clarificado, ni filtrado. Est¨¢n en Pened¨¨s¡±, detalla mientras van saliendo los primeros platos. Hay una panacotta de hierbas con un granizado de tomate y ajo crujiente, una refrescante ensalada de vegetales lactofermentados o una deliciosa y contundente berenjena glaseada con avena, coliflor y berros. De postre, terminan con una irresistible crema agria con ar¨¢ndanos que tiene en su base un crumble de mantequilla negra y nibs de cacao. ¡°Hemos tomado la decisi¨®n de hacerlo vegetariano por un compromiso ecol¨®gico, todo lo que podamos aportar para frenar el cambio clim¨¢tico lo haremos¡±, indica Silva.
Una visi¨®n avanzada de la gastronom¨ªa
Unos d¨ªas antes me cito con las cuatro en su cuartel general, una casa a pie de calle que antiguamente fue un taller mec¨¢nico en el barrio de Carabanchel. El espacio es impresionante, ha sido reformado por los arquitectos de Burr Studio, tiene una luz espectacular, techos altos, y un dise?o a caballo entre lo industrial y lo n¨®rdico, con algunas notas de color situadas de forma estrat¨¦gica, lo que le da un tono desenfadado y moderno. Llaman la atenci¨®n por igual la gigantesca librer¨ªa, que cubre por completo una de las paredes, y una cocina industrial de cinco fuegos en el otro extremo, en paralelo. Hay truco. ¡°La casa es de mi padre, que es un escritor chileno. Como pasa medio a?o all¨ª, nosotras la utilizamos para hacer las preparaciones y reunirnos. Pero ahora estamos buscando otro lugar¡±, confiesa Silva.
Ella fue una de las principales instigadoras de que la propuesta fuera hacia delante. La base la hab¨ªa adquirido en Londres, donde ten¨ªa un proyecto similar, pero de cenas clandestinas, un movimiento que se hab¨ªa convertido en tendencia, ofreciendo frescura, dinamismo y cercan¨ªa, abrazando propuestas que a veces no pod¨ªan encajar en un restaurante por su proceso o extravagancia. ¡°Cuando me mud¨¦ a Madrid conoc¨ª a Bel¨¦n, que estaba interesada en hacer eventos que juntasen el dise?o y la comida. Tambi¨¦n conocimos a Marta, que estaba en v¨ªas de hacer algo similar en otro lugar. Y Sara organizaba por su cuenta catas de vino y m¨²sica. As¨ª que todo se aline¨®. Nos conocimos al azar y a la vez¡±, resume Silva.
Son relevantes los roles que cada una ha ido tomando, siempre complementando a las otras. Sara es la sumiller, quien busca, est¨¢ al d¨ªa y establece v¨ªnculos con las peque?as bodegas; Marta, la que plantea un primer acercamiento culinario; Bel¨¦n es la dise?adora y Nora quien ayuda con el concepto y temas de producci¨®n. Aunque al final, como suele ocurrir en propuestas donde son tan pocas las implicadas, ¡°todas hacemos un poco de todo¡±, apunta Cabello. Su visi¨®n avanzada y cr¨ªtica tambi¨¦n ha hecho que r¨¢pidamente encuentren mentes afines. As¨ª ocurri¨® en octubre del a?o pasado, cuando fueron invitadas al seminario Cooking Earth, en Matadero, el centro de creaci¨®n contempor¨¢nea. Los talleres, coordinados por Black Almanac, la plataforma de investigaci¨®n alimentaria que durante esos d¨ªas agitaba el sur de Madrid, cont¨® tambi¨¦n con nombres como los de Andrea Provenzano, Rachel Laudan, Lucy Chinen, Susanne Tobler y Nerea Mor¨¢n. ¡°Ellas suelen hablar de la comida del futuro, de la geofagia y del terraforming, que son conceptos muy contempor¨¢neos de lo que prev¨¦n va a ser la escena agrilog¨ªstica del futuro¡±, indica Silva. As¨ª que dentro de la propuesta que decidieron lanzarles estaba el trabajar con vinos y sus mineralidades. ¡°Para m¨ª el vino es una manera casi directa de hablar de la tierra y del suelo¡±, revela Oldenburg. ¡°Por eso elegimos vinos caracterizados por suelos volc¨¢nicos y suelos de pizarra, entre otros¡±.
La otra clave est¨¢ en su forma de relacionarse con todo tipo de firmas. Sus colaboraciones para Mugler, H&M, Bang & Olufsen, Loewe o Evade House siempre han buscado darle un giro a las t¨ªpicas presentaciones, en las que el canapeo o la cena nunca termina de ir de la mano del producto que en ese momento pretende presentarse. ¡°Con los clientes nos tomamos el briefing como si fuera una expo¡±, indica Moya, ¡°primero nos explican la idea que quieren lanzar y el concepto que quieren aterrizar. Luego nosotras lo atacamos a nuestra manera. B¨¢sicamente, hablamos de lo que el cliente quiere comunicar a trav¨¦s de la comida¡±.
Para el lanzamiento que Bang & Olufsen realiz¨® de su modelo Beosound A5 decidieron hacer unas piezas escult¨®ricas de pan que imitaban una l¨¢mina de madera muy fina, en homenaje a los materiales empleados por la casa de audio sueca. ¡°Parec¨ªa una escultura. Hab¨ªa que decirle a la gente que la rompiese¡±, indican las cuatro. ¡°A nosotras nos llega un documento y a partir de ¨¦l nos ponemos a trabajar. El men¨², por ejemplo, lo dise?amos marcando las conexiones que nos funcionaban: los bosques n¨®rdicos, la flora, las ra¨ªces, la cercan¨ªa con la tierra, el futurismo, la tecnolog¨ªa¡¡±, recuerda Moya.
Una de las referencias que no quieren dejar pasar por alto al final de la conversaci¨®n es The Gramounce, una plataforma de educaci¨®n sobre gastronom¨ªa creada por Silva: ¡°Empez¨® en Londres como un supper club dentro de una exposici¨®n que hab¨ªa comisariado con mi colectivo de all¨ª¡±. Poco a poco, aquello cogi¨® forma y pas¨® a convertirse en un lugar educativo centrado en el arte y la comida. ¡°Hacemos cursos online y conceptualizamos el mundo a trav¨¦s del comer¡±, contin¨²a. Este a?o pretenden sacar un m¨¢ster y realizar residencias in situ. ¡°Es una de nuestras espinas, ah¨ª est¨¢ toda la chicha, el sustento te¨®rico¡±, remata Cabello.
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