Helados del siglo XXI
La helader¨ªa Rocambolesc en Girona es una diablura de Jordi Roca, responsable de los postres de El Celler de Can Roca y benjam¨ªn de los reputados hermanos Roca, laureados con tres estrellas Michelin.
Gracias a su ambientaci¨®n, ser ni?o por unos instantes y saltar al otro lado del espejo parece posible en Rocambolesc, una helader¨ªa de f¨¢bula que se ha convertido en un reclamo al que se acude con aut¨¦ntica devoci¨®n. ?La propuesta gastron¨®mica?, comenta Jordi, ?parte de los postres de nuestro restaurante, El Celler de Can Roca. Hemos elegido desde el m¨¢s complejo de la carta al m¨¢s representativo porque, no olvidemos, el helado es un producto popular?.
La oferta son seis postres convertidos en cuatro sabores de helado: l¨¢cteo, chocolate, vainilla y manzana al horno; y, para quien no tolere la leche, dos sorbetes de frutas: mandarina o albaricoque; fresa, cereza o sand¨ªa, seg¨²n la temporada del a?o.
El denominado postre l¨¢cteo, aut¨¦ntico superventas de la carta de El Celler, tiene una versi¨®n estelar realizada, igual que el postre, con leche de oveja y leche en polvo, az¨²car y reques¨®n, a la que se le a?ade estabilizante para helado que proviene de la lecitina de soja. Cada uno de los sabores cuenta con sus propios a?adidos que los convierten en un deleite. El helado l¨¢cteo, por ejemplo, se corona con confitura de guayaba, leche de oveja caramelizada y algod¨®n de az¨²car. Gominolas de frutos rojos, habas de cacao garrapi?adas, nubes de lichi o crujiente de caramelo constituyen otras posibilidades para rubricar el producto, pero cada uno puede hacer sus propias combinaciones.
?El chocolate nos recuerda a la infancia; la vainilla representa el producto; el reques¨®n, el paisaje; y la manzana, la tradici¨®n?, explica Jordi. ?En esta ciudad hay afici¨®n por los helados y, por lo tanto, muchas helader¨ªas. Pero esta es una apuesta de madurez en la que todo est¨¢ ponderado?, afirma.
Situada en la peatonal calle de Santa Clara, Rocambolesc permite experimentar las sensaciones que despiertan los platos dulces del Celler y saborear su excelencia en un cucurucho de galleta o en una tarrina para llevar.
El proceso de elaboraci¨®n, que dura aproximadamente una hora y media, se realiza a diario en la cocina de El Celler con las recetas e ingredientes originales. ?Elaboramos unos 30 litros al d¨ªa que trasladamos a la heladora de la tienda?, nos dice Jordi. Todos los productos, cien por cien naturales, han sido cuidadosamente seleccionados. La leche proviene de una granja de Ciurana del Empord¨¤, donde se cr¨ªa un caracter¨ªstico tipo de oveja de raza ripollesa, la vainilla es de la isla de Taha¡¯a, en Tahit¨ª, y la manzana, de la comarca de Girona.
Jordi era un ni?o cuando sus dos hermanos, Joan y Josep, compraron una casa junto al restaurante de sus padres para crear una oferta gastron¨®mica personal y contempor¨¢nea; una oferta a su medida. Finalizados sus estudios en la Escuela de Hosteler¨ªa de Girona, Jordi se uni¨® al proyecto y, poco a poco, defini¨® su talento como creador de la carta dulce de El Celler. Hace solo unos meses, lleg¨® Rocambolesc. ?Si hay un nombre que debo mencionar en relaci¨®n con mi afici¨®n heladera es el de Angelo Corvitto, a quien considero mi maestro por excelencia?, comenta. Un curso con ¨¦l en Torroella de Montgr¨ª fue definitivo. ?Me ense?¨® la verdadera magia el oficio?, afirma. Gracias a ese conocimiento naci¨®, entre otros, el famoso helado l¨¢cteo. ?Tiene tal ¨¦xito que vendemos un kit con todo lo necesario para realizarlo en casa. Con el tiempo, quiz¨¢ ideemos otros kits para los distintos sabores?, apunta. Los adultos peregrinan y saben lo que quieren; los ni?os abren los ojos como platos en este s¨ªmil de Charlie y la f¨¢brica de chocolate.
La est¨¦tica naif, concebida con maestr¨ªa por la interiorista Sandra Tarruella, est¨¢ presidida por un carrito mostrador, con reminiscencias vintage y factura contempor¨¢nea, donde se exhiben los a?adidos que se distribuyen en peque?as cubetas de acero. Detr¨¢s, la on¨ªrica maquinaria de engranajes, tuber¨ªas a rayas, ruedas y luces se pone en marcha para fabricar el producto. Madera de roble en el pavimento y los dispensarios de tarrinas, colores empolvados en las paredes y rotulaci¨®n manual en la puerta de acceso y en los espejos logran la coherente puesta en escena. ?Ofrecer un buen producto es fundamental, vivir una aventura a trav¨¦s del espacio es una experiencia ¨²nica?, afirma Jordi.
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Las cubetas con los coloridos a?adidos que pueden superponerse al helado.
Germ¨¢n S¨¢iz
Tres de los sabores estrella: helado l¨¢cteo, helado de chocolate y sorbete de albaricoque.
Germ¨¢n S¨¢iz
?Hemos querido trasladar a Rocambolesc el buen hacer de nuestro restaurante. Quiz¨¢ probemos el helado de pan tostado con aceite?
Germ¨¢n S¨¢iz
El de manzana al horno lo hacen con la receta que la madre de los Roca ofrec¨ªa en su local.
Germ¨¢n S¨¢iz
Triciclo, taburetes, bancos con ruedas y el mostrador con forma de carrito son detalles atractivos que avivan la decoraci¨®n del lugar.
Germ¨¢n S¨¢iz
Sorbete de albaricoque.
Germ¨¢n S¨¢iz
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