Ligero de equipaje
Javier Vallhonrat, el que fuera mejor fot¨®grafo de moda espa?ol, tiene en la monta?a su ¡®alter ego¡¯ po¨¦tico y reivindicativo.
¡®En el arte, una idea solo es buena si lo es su forma¡¯. ?Son cosas que escribo?, dice Javier Vallhonrat (Madrid, 1953) hojeando un cuaderno en su estudio, una caba?a de madera que ha construido con sus propias manos a un kil¨®metro del r¨ªo Guadarrama. Ya nos avis¨® por tel¨¦fono: ?Este espacio no tiene nada que ver con esos estudios en los que yo fotografiaba moda en Par¨ªs o en Londres. Ahora estoy realizando un viaje en direcci¨®n contraria y quiero estar ligero de equipaje?. El encinar que guarda su casa, discreta, da fe de ello. Hay noches en las que ¨¦l y su mujer escuchan a alg¨²n zorro o jabal¨ª andurreando tras la verja. Por lo dem¨¢s, se agradece el silencio. Y no parece casual que Walden, el cl¨¢sico de la novela antisistema de Henry David Thoreau, est¨¦ sobre una mesa, cerca de sus lecturas (?libros de arte, psicolog¨ªa y psicoterapia?), ni que nos cuente que a veces tiene sue?os en los que imagina que camina con las pezu?as de un sarrio.
Desde hace a?os, los proyectos personales del Premio Nacional de Fotograf¨ªa 1995, que acaba de recibir el Premio Enaire a la Trayectoria Art¨ªstica, miran a la naturaleza como punto de inflexi¨®n art¨ªstica. ?La monta?a y su potencia expresiva me atraparon. Te hace entender qu¨¦ es imprescindible. Qu¨¦ puedes cargar y cu¨¢ntos pasos eres capaz de dar antes de decir no puedo m¨¢s. Habla de l¨ªmites?.
Los suyos, durante los ¨²ltimos tres a?os, los ha marcado el glaciar de la Maladeta (valle de Benasque, Huesca), cuyo per¨ªmetro est¨¢ recorriendo con la c¨¢mara para el proyecto La sombra incisa, que se expondr¨¢ en la pr¨®xima edici¨®n de PhotoEspa?a. ?La idea naci¨® como un sue?o: la obsesi¨®n por formar parte de la imagen?. Y lo de ¡®formar parte¡¯ es radical. En la ¨¦poca del deshielo Vallhonrat mete c¨¢mara, tienda de campa?a y papeles para hacer acuarelas en su mochila y sube hasta los 2.900 metros del glaciar para fotografiar el encuentro del hielo con la tierra: ?No quiero ser un turista que llega y se va. Este trabajo requiere la experiencia de lo f¨ªsico. Y yo necesito plantarme all¨ª con mi tienda, permanecer, dormir junto al glaciar. Y, de paso, vivo la fantas¨ªa de que le hago compa?¨ªa?. No es romanticismo. Es ?intencionalidad?, zanja.
Pero, ?por qu¨¦ un glaciar? ?Porque es un lugar poderos¨ªsimo y a la vez muy vulnerable que, para m¨ª, es una expresi¨®n bella y dram¨¢tica de c¨®mo nos relacionamos con aquello a lo que pertenecemos. Yo recojo fragmentos del borde, porque es la huella de la desaparici¨®n de algo maravilloso. ?Hasta qu¨¦ punto somos responsables del cambio clim¨¢tico? Debemos responsabilizarnos. La naturaleza es una met¨¢fora fabulosa del ser humano. Y el glaciar, con su aspecto tr¨¢gico, te lleva a ver aquello que nos sobra?.
Libertad art¨ªstica
De lo que implica quitarse lastre Vallhonrat sabe un rato. A pesar de ser el primer espa?ol que rompi¨® los c¨¢nones de la fotograf¨ªa de moda trat¨¢ndola desde otras disciplinas como la pintura, nos pide, educadamente, que no incluyamos im¨¢genes de estos trabajos que han hecho ?tanta sombra? a sus proyectos de autor. ?La moda solo se cruz¨® en mi camino?, dice. Madrid ard¨ªa con la Movida, pero ¨¦l no form¨® parte de ese movimiento. ?La Movida estaba ligada a cambios vitales. Ten¨ªa poco que ver con la investigaci¨®n art¨ªstica. Y yo era demasiado elegante y esteta. Creo que Ceesepe tambi¨¦n lo era a su manera. Juan Mu?oz o Pepe Espali¨² estaban en otro sitio?. Entonces, de forma casual, Sybilla y Jes¨²s del Pozo entraron en su vida. ?Jes¨²s era mi vecino. Me dec¨ªa: ¡®Javierito, que te subas¡¯, y me mostraba telas. Ten¨ªa algo de arquitecto y escultor. Yo flipaba. Me daba prendas y me dec¨ªa: ¡®?Sorpr¨¦ndeme!¡¯. Sybilla era una elfa misteriosa con una visi¨®n¡ Oh?.
Vallhonrat empez¨® a colaborar con ellos y, en apenas tres a?os, trabajaba para los tres Vogues m¨¢s importantes del mundo. ?Fue acojonante. Ning¨²n fot¨®grafo hab¨ªa conseguido eso. Pero esto sucedi¨® a la vez que yo desarrollaba mis proyectos personales. No hac¨ªa moda y luego lo dej¨¦. Siempre he hecho mi trabajo de investigaci¨®n?. Dispar¨® la primera campa?a de John Galliano: ??l acababa de salir de una escuela de dise?o. Ten¨ªa una parte muy de artista y otra, que es la que le ha ido contaminando, que estaba muy relacionada con la representaci¨®n teatral, y eso me interesaba menos. Solo Balenciaga pose¨ªa para m¨ª una forma de concebir la elegancia como algo m¨¢s all¨¢ de la representaci¨®n ante los dem¨¢s. Sus creaciones eran de otro mundo?.
En medio de ese espect¨¢culo fashion, Vallhonrat se sent¨ªa un ?marciano total?, con su car¨¢cter hippy y su atuendo del Rastro. Pero se baj¨® del carro. ?Mi agente en Par¨ªs insisti¨® en que me comprara un apartamento all¨ª y le dije: ¡®No t¨ªo, yo voy a tener mi maleta en el armario del hotel porque no vivo aqu¨ª, no pertenezco a este mundo. As¨ª que hice mi trabajo. Y, cuidado, lo hice con la mayor exigencia del mundo. Pero salvo los primeros a?os que experiment¨¦ mucho, dej¨® de motivarme, porque adem¨¢s de darme pasta, que me pod¨ªa haber forrado, no me aportaba apenas nada?.
La llegada de las top models influy¨® en su decisi¨®n. ?Igual que en mis trabajos personales lo que me interesa es la mezcla de intensidad, vulnerabilidad y fuerza, para m¨ª las modelos deb¨ªan tener esa mezcla. Por eso fotografiaba a mujeres que a muchos les parec¨ªan extra?as, raras o feas: Dovanna Pagowski, Ann Duong¡ Pero de repente, fotografiar a Linda Evangelista era lo m¨¢s importante. Ella te eleg¨ªa, y a m¨ª no me pon¨ªa para nada lo que representaba su f¨ªsico. Yo siempre busqu¨¦ la foto. Solo me importaba la imagen. De las personas, me atrae que sean capaces de mostrarse vulnerables. Por eso con las top models todo cambi¨®?. Se hart¨® de la figura humana. ?Como artista, no es una necesidad. No he encontrado una manera digna de representarla?.
No busca estar de moda. ?Llevo ocho a?os trabajando en un glaciar sin pensar si le va a gustar a alguien o no; porque a quien le tiene que gustar es a m¨ª. Por suerte, mi labor docente me da libertad. Me gustar¨ªa que mis obras toquen, pero no voy a alterarlas para que lo hagan. Hoy se premia lo espectacular. Y lo espectacular consiste en buscar el elemento ins¨®lito. Las fotos del Perito Moreno derrumb¨¢ndose lo son. Esto que yo hago no s¨¦ si lo es. Yo intento aportar un trabajo con la suficiente fuerza expresiva para que el p¨²blico se quiera parar y observar. Asomarse a una alternativa que le ponga en relaci¨®n con lo vivo, no con esa cueva de Al¨ª Bab¨¢ llamada tecnolog¨ªa. Yo no tengo Facebook, me la pela. Ni Instagram, ni Twitter. Por algo los t¨ªos m¨¢s despiertos de Silicon Valley est¨¢n diciendo ¡®Ey, ey; esto se nos va de las manos¡¯. Hemos creado un monstruo?.
?Artista, pues, o fot¨®grafo? ?Me veo como un artista que ha elegido la fotograf¨ªa como su medio. Un medio privilegiado porque hago v¨ªdeo, dibujo, acuarelas¡?. Le emociona ?infinitamente? exponer su trabajo en el Museo del Prado por el bicentenario. ?Mucho antes de estudiar Bellas Artes, recuerdo el impacto que me produjeron algunas obras de Fra Ang¨¦lico, Van der Weyden o Vel¨¢zquez. Nunca mirar¨¦ una monta?a sin pensar en los azules de Patinir?.
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