Treinta a?os sin Joan Mitchell, la pintora ¡°salvaje¡± que bati¨® r¨¦cords para las mujeres en el arte
La Fundaci¨®n Louis Vuitton de Par¨ªs muestra en una nueva exposici¨®n los paralelismos entre la obra de esta expresionista abstracta y el impresionista Claude Monet.

¡°Los girasoles son algo que siento intensamente. De j¨®venes son maravillosos y cuando est¨¢n muriendo son conmovedores¡±
Le gustaba pintar girasoles. ¡°Para m¨ª son como personas¡±, dec¨ªa Joan Mitchell (Chicago, 1925-Neuilly-sur-Seine, 1992). Brochazo a brochazo, la artista los inclu¨ªa en sus cuadros; sus trazos abstractos escond¨ªan jardines y bosques, la naturaleza era su gran inspiraci¨®n. Mitchell naci¨® en una familia acomodada de Chicago, el arte siempre estuvo presente en su vida, desde ni?a, y con solo 18 a?os realiz¨® su primera exposici¨®n. Form¨® parte de la segunda generaci¨®n de expresionistas abstractos estadounidenses, fue amiga de Franz Kline y Willem de Kooning y en 2014 una de sus obras, Sin t¨ªtulo (1960), bati¨® r¨¦cords al convertirse en la creaci¨®n m¨¢s cara de una artista mujer vendida en una subasta (en este caso de Christie¡¯s, en Nueva York). El pr¨®ximo 30 de octubre se cumplen tres d¨¦cadas de su muerte y, coincidiendo con la efem¨¦ride, su obra es recordada en la Fundaci¨®n Louis Vuitton de Par¨ªs (hasta el 27 de febrero) con una doble propuesta: por un lado, la instituci¨®n ofrece una retrospectiva de la artista, y por otro, muestra por primera vez su obra comparada con la del impresionista Claude Monet, uno de sus referentes.
Sala tras sala, el discurso expositivo enfatiza los paralelismos entre ambos, revela c¨®mo pese a pertenecer a diferentes generaciones encontraron puntos comunes en su creaci¨®n. Sus piezas de grandes formatos y sus pol¨ªpticos dialogan como si fueran contempor¨¢neos. ¡°La exposici¨®n identifica afinidades creativas entre los dos artistas y, m¨¢s en general, entre Francia y los Estados Unidos en un momento crucial de la creaci¨®n art¨ªstica¡±, resume en su introducci¨®n a la muestra Bernard Arnault, presidente de la Fundaci¨®n Louis Vuitton. Monet vivi¨® en Francia entre 1840 y 1926 y, precisamente en 1925 Joan Mitchell nac¨ªa en Chicago. Pero la artista viaj¨® en 1948 por primera vez a Par¨ªs, con 23 a?os, y mont¨® su estudio en el n¨²mero 73 de la Rue Galande. Desde entonces, permaneci¨® en Francia largas temporadas y en 1968 se mud¨® a La Tour, una finca a orillas del Sena situada en V¨¦theuil, unos 80 kil¨®metros al noroeste de Par¨ªs. ?Casualidades de la vida? La Tour estaba muy cerca, apenas a 20 minutos en coche, de Giverny, donde vivi¨® Monet y cultiv¨® los jardines y estanques que inmortaliz¨® en muchos de sus ¨®leos.

¡°En Europa me llaman salvaje porque soy directa y digo lo que pienso¡±
La directora Marion Cajori present¨® en 1993 el documental Joan Mitchell: Portrait of an Abstract Painter ¨Cgrabado antes de la muerte de Mitchell por un c¨¢ncer a los 66 a?os¨C, en el que la propia artista reivindicaba el adjetivo de ¡°salvaje¡±. Ten¨ªa fama de ind¨®mita y su car¨¢cter sin dobleces le hizo ganarse un hueco en la escena art¨ªstica e intelectual de la ¨¦poca. ¡°Se supone que tienes que ser diplom¨¢tica, lo que yo llamar¨ªa hipocres¨ªa, mentir realmente¡±, le contaba Mitchell a Cajori. Esa forma de ser se reflejaba en su pintura de trazos directos y estudiados. De peque?a hab¨ªa sido una avezada deportista, compet¨ªa en equitaci¨®n y buceo, gan¨® campeonatos de patinaje. Estaba acostumbrada a la disciplina y a obtener resultados. Adem¨¢s, ten¨ªa una cualidad que la hac¨ªa diferente a otros artistas: era una persona sinest¨¦sica, ten¨ªa una sensibilidad acentuada debido a esta alteraci¨®n neurol¨®gica que hac¨ªa que pudiera percibir a trav¨¦s de un sentido cualidades propias de otro (Van Gogh, Nabokov o Kandinsky tambi¨¦n lo fueron).
La poes¨ªa tambi¨¦n fue central en su carrera: con solo 10 a?os public¨® sus versos en la revista especializada Poetry, de la que su madre, Marion Strobel Mitchell, fue editora asociada entre 1920 y 1925. Su padre, sin embargo, no ten¨ªa nada que ver con el mundo art¨ªstico, aunque pintaba por afici¨®n: James Herbert Mitchell era un reputado dermat¨®logo. En 1947, la artista, que se hab¨ªa formado en el prestigioso Instituto de Arte de Chicago, se cas¨® con el editor Barney Rosset, visionario que public¨® a beatniks como Jack Kerouac y Allen Ginsberg y obras como Esperando a Godot de Samuel Beckett o Tr¨®pico de C¨¢ncer de Henry Miller. La literatura la acompa?¨® siempre, a lo largo de su vida mantuvo una gran amistad con los poetas Frank O¡¯Hara (hizo una serie de dibujos inspirados en su poema Meditations in an Emergency) y John Ashbery (para el que ilustr¨® en 1960 el libro The Poems).

¡°La soledad que encuentro en mi estudio me da plenitud. Soy suficiente para m¨ª misma¡±
Porque Joan Mitchell fue una mujer con nombre propio en un mundo del arte marcadamente masculino. ¡°Es recordada como una persona temperamental, consumida por su arte, o como una noble renegada, implacable en su b¨²squeda de una innegable verdad mayor¡±, destacaba Thomas Gebremedhin en un art¨ªculo sobre ella y su correspondencia con otros creadores publicado en The Wall Street Journal. En 1951 form¨® parte del posteriormente c¨¦lebre Ninth Street Show, la exposici¨®n organizada por el galerista neoyorquino Leo Castelli que present¨® el movimiento del expresionismo abstracto. All¨ª estaban presentes Mitchell y otras mujeres artistas que reclamaban su espacio, que escapaban de etiquetas como la de musas o compa?eras para reivindicar su valor como artistas. Lee Krasner, Elaine de Kooning, Grace Hartigan, Helen Frankenthaler y la propia Mitchell son las protagonistas del libro de Mary Gabriel Ninth Street Women, publicado en 2019, en el que la autora analiza su importancia en la historia del arte. ¡°Desde sus fr¨ªos lofts, donde trabajaron, bebieron, lucharon y amaron, estas pioneras abrieron la puerta al mundo del arte para ellas y muchas otras por venir¡±, sostiene Gabriel.
Mitchell, de hecho, abri¨® el camino de la relevancia: el ¨¦xito comercial la acompa?¨® durante su carrera, en 1974 tuvo una individual en el Museo Whitney de Nueva York, en 1989 gan¨® el Grand Prix National de Peinture en Francia y, despu¨¦s de su muerte, el valor de su obra no ha dejado de crecer: seg¨²n indica el medio especializado Art Market Monitor, ¡°de 2007 a 2019 su facturaci¨®n en subastas aument¨® un 123%, de 28 millones de d¨®lares en ventas anuales a 62,6 millones de d¨®lares¡±. En 2014 una de sus obras se vendi¨® por 11,9 millones de d¨®lares y en ese momento se convirti¨® en el cuadro m¨¢s caro subastado de una mujer artista, r¨¦cord que bati¨® poco despu¨¦s una obra de otra pintora estadounidense, Georgia O¡¯Keeffe, vendida por 44,4 millones de d¨®lares. ¡°En un momento en el que las mujeres eran marginadas en el mundo art¨ªstico, [Mitchell] captur¨® la atenci¨®n de los l¨ªderes de la vanguardia neoyorquina, que admiraban su trabajo. En 1951 era una de las pocas mujeres invitadas a formar parte de The Club, la reuni¨®n de la calle octava donde los expresionistas abstractos debat¨ªan cada semana¡±, destaca Tara Keny, del MoMA, al analizar su figura en la web del museo.

¡°La m¨²sica, los poemas, los paisajes y los perros me dan ganas de pintar¡ Y pintar es lo que me permite sobrevivir¡±
En 1974 Mitchell le explic¨® a la comisaria Marcia Tucker, responsable de su exposici¨®n en el Whitney, que la pintura era su motor, lo que la hab¨ªa ayudado a atravesar sus noches de insomnio (que aprovechaba para crear), sus problemas con el alcohol y sus tratamientos de c¨¢ncer (falleci¨® a los 66 a?os a causa de un c¨¢ncer de pulm¨®n). Adem¨¢s de con el editor Rosset, de quien se divorci¨® en 1952, Mitchell estuvo casada con el artista canadiense Jean-Paul Riopelle. Se conocieron en 1955, cuando Mitchell se instal¨® en Par¨ªs siguiendo el consejo de su amiga la psicoanalista Edrita Fried, y permanecieron juntos hasta 1979. Los dos viv¨ªan en la campi?a francesa, pero en casas distintas. La Galer¨ªa de Arte de Ontario (AGO) les dedic¨® en 2018 una exposici¨®n titulada Nothing in Moderation, que exploraba su mutua influencia art¨ªstica y su tortuosa convivencia. Porque su relaci¨®n fue complicada y estuvo marcada por el alcohol, que la artista no dej¨® pese a sufrir un c¨¢ncer de boca en 1984. Desde entonces tuvo que lidiar con la depresi¨®n, pero nunca dej¨® de pintar. No pod¨ªa hacerlo, y sintetiz¨® ese sentir en una frase: ¡°Llevo mis paisajes conmigo¡±.

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