Lecturas de verano: en la naturaleza con Mar¨ªa S¨¢nchez
Escritora y veterinaria de campo, la cordobesa comenz¨® editando poes¨ªa y este a?o ha publicado ¡®Tierra de mujeres. Una mirada ¨ªntima y familiar al mundo rural¡¯ (Seix Barral). Estas son sus cinco recomendaciones para sumergirse en el lado salvaje.
No me gusta pensar en la naturaleza como algo que puede enmarcarse o reducirse, sea en una fotograf¨ªa, texto, libro o poema. Quiz¨¢s, por eso, estos cinco libros como ramas que surgen de ella pero que no obedecen a la misma condici¨®n o idea que tenemos fijada como naturaleza como algo inm¨®vil y que no crece ni tampoco cambia.
Cosas vivas?(Editorial Perif¨¦rica), de Munir Hachemi
Hachemi, escritor nacido a finales de los ochenta en Granada, narra en primera persona el viaje de cuatro amigos que se desplazan en verano al sur de Francia para trabajar como temporeros. Esperan dinero f¨¢cil y ninguna complicaci¨®n pero se dan de lleno con miseria, maltrato animal, explotaci¨®n, condiciones laborales deplorables y un desprecio por la naturaleza brutal. Por fin un escritor joven que habla del trabajo y no lo hace desde una posici¨®n privilegiada y burguesa, entremezclando la narraci¨®n con reflexiones maravillosas sobre la escritura.
Llenos los ni?os de ¨¢rboles (La Bella Varsovia), de Cristina S¨¢nchez-Andrade
Sal del dolor, le dice.
No solo vas a enfermar sino que tambi¨¦n vas a [fermentar.
De las orejas te saldr¨¢n brotes malvas como a [las patatas,
la nariz engendrar¨¢ moho.
Te secar¨¢s como el fiambre.
Pero Madre no quiere:
dice que por las noches caen piedras del techo y que las tiene que alimentar
como si fueran sus hijos.
El primer libro de poemas de Cristina es un ba¨²l lleno de tierra, tub¨¦rculos, animalillos, mujeres y ausencias. Una escritura infinita que desborda a la memoria, que alcanza y atraviesa el medio rural, la infancia y el mismo cuerpo de mujer. Poemas llenos de vida, ra¨ªces, heridas y golpes.
Refugio?(Errata Naturae), de Terry Tempest Williams
Desde que sali¨® la primavera pasada no he dejado de recomendarlo y de?volver a ¨¦l. Es un libro que acompa?a, hermano, una mano en el hombro en mi escritura.?Un?diario que crece entre aves, lagunas y el c¨¢ncer de su madre. Una narrativa llena de fuerza y de paisaje, de humanidad y delicadeza, que entiende de migraciones de aves, de conciencia medioambiental y de reivindicaciones feministas. Un canto sincero a la vida, a la naturaleza y tambi¨¦n, a la tradici¨®n oral entre mujeres; una genealog¨ªa preciosa y necesaria.
Diarios de Grasmere y Alfoxden (AlbaEditorial), de Dorothy Wordsworth
Estos diarios, junto a los de Susan?Fenimore Cooper publicados en Pepitas de Calabaza, me parecen un ejercicio precioso y de lectura imprescindible para conocer acerca de la vida en los?m¨¢rgenes, de c¨®mo suceden las estaciones y las?vidas en peque?as comunidades del medio rural.?William Wordsworth ?dec¨ªa de su hermana Dorothy ?que ?me daba ojos, me daba o¨ªdos?: este libro ?es un bello testimonio que esos ojos, esos o¨ªdos, eran sobre todo suyos. Otro ejemplo m¨¢s de que la nature writting no solo es cosa de hombres. Es de se?alar que la traducci¨®n de Gonzalo Torn¨¦ es maravillosa.
Darwin viene a la ciudad. Evoluci¨®n de las especies urbanas,?(Turner Libros) de?Menno Schilthuizen
A veces caemos en el error de que la naturaleza est¨¢ fuera de las ciudades, de nuestros entornos, de las?calles y caminos por los que?pisamos, y estamos muy equivocados. El investigador Menno Schilthuizen ha escrito un libro sorprendente sobre c¨®mo dejamos huella en la naturaleza y en las especies. La ciudad ya es un ecosistema?nuevo, r¨¢pido y diferente en el que tambi¨¦n crecen y evolucionan animales, insectos y p¨¢jaros que no dejan de adaptarse a un lugar que nunca deja de cambiar.
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