Lo conoc¨ª en un Corpus: reivindicar a Ana Orantes contra el negacionismo de la violencia de g¨¦nero
No hacen falta excusas para rese?ar y recomendar este podcast documental, pero la cercan¨ªa del 8M y el avance del negacionismo de la violencia machista lo hacen hoy de imprescindible escucha.
Nacida en Granada, Ana tuvo que esperar muchos a?os para poder tocar la nieve de Sierra Nevada. Tambi¨¦n para poder te?irse de rubia y pintarse el ojo. Su exmarido consideraba que eso era ¡°de putas¡±. O para poder disfrutar de un caf¨¦ con sus hijos en una terraza. En fin, para poder vivir una vida libre de violencias a la que todas tenemos derecho. No pudo hacerlo hasta despu¨¦s de separarse del que posteriormente ser¨ªa su asesino, tras una larga historia de maltratos y vejaciones contra ella y sus ocho hijos. Pero en ese breve tiempo de libertad que vivi¨® entre su separaci¨®n y su asesinato tambi¨¦n decidi¨® ir a contar su historia a un popular programa de televisi¨®n, romper el silencio de d¨¦cadas. ¡°Yo no pod¨ªa hablar, yo era un bulto¡±: volver a escuchar su testimonio conmueve todos los poros de la piel. Ana Orantes es y ser¨¢ s¨ªmbolo de una conquista simb¨®lica de nuestro pa¨ªs, la de nombrar la violencia de g¨¦nero, logrando que los asesinatos machistas salieran definitivamente de un rinc¨®n de la cr¨®nica de sucesos para convertirse en un problema estructural que, en adelante, encabezar¨ªa portadas y noticiarios lamentablemente demasiado a menudo.?
La valent¨ªa de Ana fue el acicate de una conmoci¨®n social que dar¨ªa fruto en 2004 a la Ley Integral contra la Violencia de G¨¦nero, ley pionera en Europa y en el mundo. Y Noem¨ª L¨®pez Trujillo, periodista especializada en g¨¦nero y feminismos, sab¨ªa que la historia de Ana hab¨ªa que contarla. Pero contarla bien, m¨¢s all¨¢ del shock. ¡°Desde la necesidad de hacer genealog¨ªa feminista y contar la historia de esas madres, esas obreras del hogar que comunmente llamamos amas de casa y que, injustamente, nunca vemos como referentes del feminismo. Y Ana es el germen, el punto de inflexi¨®n que lo cambia todo¡±. A Noem¨ª le gusta trabajar con un concepto que es el de periodismo postconflicto: ¡°Siempre se dice que ¡°de lo que no se habla no existe¡± pero igualmente lo que no se cuenta bien se invisibiliza¡±. El Observatorio de Violencia de G¨¦nero, por ejemplo, lleva contabilizando casos de violencia y cr¨ªmenes machistas desde 2003, pero antes de esa fecha hay un mont¨®n de mujeres que no figuran, como es el caso de Orantes. ¡°Con las herramientas feministas de las que dispon¨ªamos veinte a?os despu¨¦s del asesinato de Ana era importante contar su historia¡±. Mar¨ªa Jes¨²s Espinosa de los Monteros, directora de Podium Podcast, contact¨® con ella para proponerle un podcast de tem¨¢tica social, y las piezas encajaron. As¨ª naci¨® Lo conoc¨ª en un corpus, un ajuste de cuentas con la memoria, un homenaje, un documento donde el guion y el dise?o sonoro se al¨ªan para sumergirnos en la intimidad de la historia de Ana, una historia de violencia de g¨¦nero que transform¨® nuestra percepci¨®n de la misma para siempre.??
Ana hab¨ªa esperado hasta que su hijo peque?o, Fran, cumpliera la mayor¨ªa de edad para poder separarse. A pesar del historial de maltrato y denuncias sucesivas, un juez dictamin¨® que Jos¨¦ Parejo, el innombrable, y ella pod¨ªan seguir compartiendo casa. En el jard¨ªn de aquella la quemar¨ªa viva bajo un n¨ªspero, como cuenta el primer cap¨ªtulo de la serie. Para la producci¨®n de este podcast, Noem¨ª y su equipo dispusieron del tiempo suficiente para buscar los lugares y las fuentes, para poder hablar con calma con Raquel y Carmela, hija y hermana de Ana Orantes, respectivamente, con expertas en violencia de g¨¦nero, con el abogado que defendi¨® a Jos¨¦ Parejo. ¡°Haber podido dar contexto es lo que marca toda la diferencia¡±. Es en ese contexto es donde conocemos a una Ana previa a su vida de violencia, en su infancia y adolescencia, una mujer alegre que se vio atrapada en una historia de dominaci¨®n. La mujer antes de conocer a su victimario y despu¨¦s de separarse de ¨¦l, ¡°no ligada a exclusivamente a una historia de maltrato. Quer¨ªamos ponerle el rostro previo a la persona que todas conocemos, la que sali¨® denunciando en Canal Sur¡±. Para ello, Noem¨ª elige la premisa narrativa de interlocutar directamente con Ana, como si le estuviese escribiendo una larga carta para contarle los cambios sociales que se han producido despu¨¦s de su asesinato. ¡°Quise construir casi un ejercicio de ficci¨®n, una opci¨®n imaginativa, un universo posible donde yo pudiera contarle a Ana Orantes todo lo que hab¨ªa pasado: esto es lo que t¨² pasaste, esto es lo que piensa tu hija, as¨ª lo vivi¨® tu hermana, esto es lo que dijo la investigaci¨®n, as¨ª es Espa?a 20 a?os despu¨¦s de tu asesinato. Me parec¨ªa que hablarle a ella era generar una complicidad fundamental para no dejarla al margen del relato, una forma de decirle, aunque t¨² ya no est¨¦s, est¨¢s en la memoria feminista, est¨¢s en una ley, eres referencia, eres important¨ªsima¡±. Un recurso que funciona y emociona, y que las posibilidades expresivas y comunicativas del podcast no hacen m¨¢s que potenciar.?
En estos tiempos de cuestionamiento de la Ley Integral necesitamos seguir defendi¨¦ndola, para mejorarla. De los muchos temas que deja sobre la mesa el podcast, como el de la violencia vicaria o directa contra los hijos en situaciones de maltrato, Noem¨ª considera crucial ¡°pararse a evaluar en qu¨¦ est¨¢ fallando y c¨®mo se relaciona la implementaci¨®n de esta Ley con la desigualdad m¨¢s leve, con la brecha salarial, con los trabajos feminizados, con la Ley de Extranjer¨ªa que es muy violenta y hace que las mujeres migrantes desconf¨ªen de las instituciones, hay muchos temas de fondo que van vinculados a la Ley de Violencia de G¨¦nero y no se est¨¢n contemplando¡±. Simb¨®licamente, Ana podr¨ªa haber sido el primero de los 1.008 nombres que se leyeron esta semana en el Congreso como respuesta a la presentaci¨®n de una propuesta de ley ¡°de violencia intrafamiliar¡± por parte del grupo parlamentario de VOX. La retah¨ªla fatal de nombres propios fue la mejor demostraci¨®n de que la violencia s¨ª tiene g¨¦nero. El g¨¦nero de mujeres como Ana, luchadoras, valientes, que dieron un paso para acabar con la lacra del silencio en torno a la violencia machista. Escuchar este homenaje sonoro es el mejor gesto que podemos hacer para contribuir a este cuestionamiento sin sentido.?
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