El tropicalismo castizo de la casa de Maria Correa do Lago, fundadora de Familia Editions
El piso madrile?o de Maria Correa do Lago es un rinc¨®n de su Brasil natal en pleno centro castizo. All¨ª vive y trabaja la creadora del sello de libros de artista Familia Editions, que ha publicado obras de Lenora de Barros, Dalton Paula o Rosana Paulino.
Por los balcones entra el sol y Maria Correa do Lago (R¨ªo de Janeiro, 42 a?os) mueve los libros que edita con su sello, Familia Editions, desde su estudio al sal¨®n. Acaba de llegar de viaje. En los ¨²ltimos meses no ha parado: ha pasado por Oxford, Venecia, R¨ªo de Janeiro¡ Pero siempre vuelve a su piso en el centro de Madrid. Dio con ¨¦l a principios de 2020: despu¨¦s de seis a?os en el West Village de Nueva York y tras medio a?o largo de b¨²squeda recal¨® en una luminosa corrala del Barrio de las Letras, un edificio del siglo XVIII con baldosas hidr¨¢ulicas, vigas de madera y paredes de ladrillo pintadas de blanco. ¡°Son mis colores, mis plantas, mi caos. Quer¨ªa un espacio que pudiera ser mi casa y tambi¨¦n mi taller, donde recibir a gente y organizar salones, encuentros para hablar de arte y de libros¡±, explica la carioca. Porque arte y libros son el eje de su vida: en 2018 fund¨® Familia, una editorial de libros de artista especializada en creadores brasile?os, que inici¨® su andadura con la publicaci¨®n de Devaneios, una recopilaci¨®n de fotograf¨ªas de Demian Jacob. ¡°El libro de artista es una obra en s¨ª, un medio para ense?ar su trabajo m¨¢s libre, m¨¢s democr¨¢tico que las obras que tienen que pasar por el mercado a trav¨¦s de galer¨ªas o por instituciones¡±, argumenta, ¡°un camino m¨¢s para promover el trabajo del artista y la cultura brasile?a, que permite llegar a sitios a los que la obra ¨²nica no llega ni tan r¨¢pido ni tan f¨¢cilmente¡±.
Sus publicaciones ¡ªsiempre tiradas de un m¨¢ximo de 500 ejemplares, sin reediciones¡ª est¨¢n presentes en el MoMA y el Metropolitan de Nueva York, la Tate de Londres, el Reina Sof¨ªa de Madrid, la Biblioteca Bodleiana de Oxford, la Fundaci¨®n Gulbenkian de Lisboa o el MASP de S?o Paulo. En el pasado ARCO, la editora present¨® Here I Am, de Regina Parra. Rosana Paulina, cuyo B¨²fala e Senhora das Plantas public¨® en 2020, ha merecido una exposici¨®n este a?o en la Bienal de Venecia. ¡°Elijo a los artistas porque me fascina su obra, es algo intuitivo¡±, se?ala, consciente de que la revisi¨®n de los discursos muse¨ªsticos en la escena internacional ha avivado el inter¨¦s por los creadores de su pa¨ªs, muchos de ellos afrodescendientes, como la propia Rosana Paulina o Dalton Paula, que tiene obra en la colecci¨®n del MoMA y con quien Correa do Lago edit¨® Visual Notes. ¡°La discusi¨®n sobre la descolonizaci¨®n de la cultura y del arte es mundial y es fundamental. Pero creo que queda mucho que avanzar, aunque s¨ª que existe en Occidente un movimiento global en este sentido¡±, asegura. Para ella, la excepci¨®n camina, muy poco a poco, hacia una transformaci¨®n del canon: ¡°Noto en las galer¨ªas un movimiento de mayor internacionalizaci¨®n y diversidad de los artistas, y en los museos se ven ahora exposiciones que incluyen a artistas antes marginalizados: ind¨ªgenas, afrodescendientes, o que abordan tem¨¢ticas que antes no ten¨ªan ese palco, ese escenario. Ahora empiezan a ganar terreno, y creo que no est¨¢ mal forzar un poco para que se normalice la diversidad. La diversidad en todo: etnias, g¨¦nero, sexualidad. Hasta que no se hable de arte, de artistas, como un todo, queda mucho por hacer¡±.
Ella lleva toda su vida oyendo hablar de artistas y de cultura. Su t¨ªo, Pedro Correa do Lago, es un renombrado coleccionista de documentos firmados (Taschen recopil¨® su colecci¨®n, que incluye textos de Lucrecia Borgia, Vincent van Gogh o Marcel Proust en La magia del manuscrito). ¡°Tambi¨¦n es editor y tuvo un negocio de libros antiguos en S?o Paulo, y mi padre es coleccionista de libros y numism¨¢tico, tiene una gran colecci¨®n de monedas. En casa siempre hubo un entorno cultural e intelectual, una relaci¨®n muy cercana con el mundo del arte¡±, explica.
Maria ha heredado el gen coleccionista y en su casa atesora recuerdos de distintas ¨¦pocas y pa¨ªses: piezas de cer¨¢mica creadas por su madre, un colorido tapiz de la artista brasile?a afincada en Miami Karla Caprali, viejos utensilios de taller de impresi¨®n y alg¨²n libro antiguo conviven con iconos del dise?o como las sillas Paulistano de Paulo Mendes da Rocha o la Standard de Jean Prouv¨¦¡ ¡°Me gusta mezclar lo moderno con lo antiguo, muebles de dise?o con objetos de herencia familiar. Algunas cosas son nuevas, otras vienen de mercadillos, hay alguna obra de arte que he intercambiado con artistas, voy empezando mi peque?a colecci¨®n de forma discreta¡±, precisa. Sobre la mesa baja del comedor, cerca de una placa met¨¢lica del artista Ivan Grilo en la que se lee ¡°Somos tambores ricos de fe¡±, llaman la atenci¨®n dos amuletos de candombl¨¦ [religi¨®n afrobrasile?a de car¨¢cter animista en la que se rinde culto a los orishas] compuestos por distintos colgantes. ¡°Los hac¨ªan las mujeres esclavizadas, las que se liberaban los utilizaban para comprar la libertad de las dem¨¢s, porque eran de plata¡±, relata, ¡°esta casa es muy Brasil, y tiene un punto did¨¢ctico, viene gente de todas partes y me pregunta qu¨¦ cu¨¢l es la historia detr¨¢s de cada objeto¡±.
Tanto su abuelo materno como el paterno eran diplom¨¢ticos, uno espa?ol y otro brasile?o. ¡°Eran amigos y mis padres se conocieron en Bruselas a trav¨¦s de ellos. Soy hija ¨²nica, y desde que era muy peque?a me llevaron a ver de todo. Tengo fotos m¨ªas con estatuas romanas de cuando estuvo mi abuelo como embajador en El Vaticano, el padre de mi padre. Yo quer¨ªa ir a Disney y mi padre siempre me dec¨ªa que me llevaba a los parques de atracciones de verdad. A las ruinas de verdad, a los castillos de verdad¡±, recuerda con una gran sonrisa.
Viajar, para ella, es algo natural. Y el cambio, una constante. ¡°Tener una familia internacional n¨®mada me ha proporcionado acceso a muchas cosas, sobre todo por la apertura de cabeza. Y ese es el alma de aventura, nos estamos moviendo siempre¡±, subraya. Estudi¨® en la Escuela de Artes Visuales de Parque Lage, en R¨ªo de Janeiro, y en 2003 se mud¨® a Madrid para especializarse en dise?o editorial en el IED. Trabaj¨® como freelance y en agencias de publicidad, aprendi¨® a maquetar, a conceptualizar, ide¨® una marca de papeler¨ªa de lujo y encuadernaci¨®n hecha a mano a la que ya llam¨® Familia. En 2010 regres¨® a Brasil, pero un trabajo de dise?o de imagen para el hotel carioca Arpoador la llev¨® a Nueva York en 2013. ¡°Empec¨¦ a trabajar con un estudio de dise?o que estaba all¨ª. Fue todo pura casualidad, serendipia, porque, aunque ten¨ªa proyectos interesantes, en R¨ªo me sent¨ªa frustrada, no era mi mejor yo¡±, recuerda. Gracias a este encargo entendi¨® que pod¨ªa volcar sus experiencias, sus conocimientos de arte y su cultura visual en distintos medios y ah¨ª comenz¨® a germinar la idea de crear su editorial. ¡°Nueva York fue una ciudad que me recibi¨® muy bien, ah¨ª me descubr¨ª. Coincid¨ª con gente que no conoc¨ªa esas etiquetas previas de d¨®nde has nacido, d¨®nde has estudiado, qui¨¦n es tu familia¡ Me permiti¨® tener esa libertad de ser y de hacer¡±, explica. Pero despu¨¦s de seis a?os, el ritmo de la Gran Manzana le pareci¨® excesivo: ¡°Al principio me dio mucho impulso, pero luego me cans¨®. Es una ciudad en la que si no te est¨¢s moviendo todo el tiempo sientes que te quedas atr¨¢s. No se disfruta del dolce far niente, de despertarte tarde el s¨¢bado y estar dos horas en casa desayunando y leyendo el peri¨®dico sin tener que pensar cu¨¢l es el pr¨®ximo plan. Y yo creo que el hedonismo nutre la creatividad¡±.
Eso la llev¨® a iniciar una nueva etapa en Madrid, a lanzarse de lleno al proyecto editorial de Familia, del que habl¨® el pasado julio en la nueva librer¨ªa Paperground del barrio madrile?o de Chamber¨ª, especializada en editoriales independientes. ¡°Siento mucha pasi¨®n por lo que hago. El nombre naci¨® porque esa pasi¨®n por libros viene de mi familia. Cuando empec¨¦ no ten¨ªa business plan, no sab¨ªa c¨®mo financiar los libros. He ido aprendiendo sobre la marcha¡±, asegura. Por el camino ha coincidido con artistas que han ampliado esa familia, de Lenora de Barros a Sara Ramo. Los pr¨®ximos con los que va a trabajar son Marcos Chaves y Juliana Cerqueira Leite, escultora que este oto?o inaugura una individual en Nueva York. ¡°No s¨¦ cu¨¢ndo lo sacaremos, porque est¨¢ muy ocupada con la exposici¨®n, quiz¨¢ para su cierre. Como editora, hay un punto en el que no puedes presionar al artista, tienes que respetar sus tiempos. Yo siempre les digo lo mismo: esto tiene que ser placentero, tienes que disfrutarlo. Si dejas de hacerlo, paras y lo retomas cuando lo puedas volver a disfrutar, porque lo bonito es el proceso¡±. Lo que hace especial un libro de artista, sostiene, es que ¡°es un h¨ªbrido¡± que interesa tanto a los expertos en arte como a las personas ¡°que se enamoran del objeto libro, del papel, la impresi¨®n, lo est¨¦tico, lo t¨¢ctil¡±. Maria trata de hacerlo siguiendo siempre sus propios dictados: ¡°Yo no quiero encajar en ning¨²n sitio. No me gustan las etiquetas, no me identifico con ninguna. Creo que cada uno encuentra su valor si es capaz de abrazar su singularidad, independientemente de por d¨®nde vaya su camino¡±.
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