Me llamo Mary Poppins ?quieres ser mi amigo?, por Eva Hache
Deja de meterme quincalla en el bolso, que parezco una burra con alforjas
Claro, te guardo las llaves. Y la del coche. Y el m¨®vil, claro, dame. ?Ah!, te llevo el mechero y el tabaco, claro que s¨ª, el libro que te has comprado, el pan y medio kilo de peras, ponlo aqu¨ª. La cartera y la documentaci¨®n que te hacen feo en los bolsillos y el frontal de la radio del coche, que mira qu¨¦ zona m¨¢s mala donde has aparcado, pobre, por no pagar tres euros de parking. Dame, dame, sin problemas. ?Que te pesa el abrigo y que qu¨¦ bueno hace? Pero vamos a ver¡ ?T¨² no te has dado cuenta de que del bolso de Mary Poppins se sacan hasta l¨¢mparas de pie pero no entra ni un papel de fumar? Deja de meterme quincalla en el bolso, por todos los dioses benditos y co?o ya, que en vez de una institutriz parezco una burra con alforjas. Y esto que ves en mi columna vertebral son escoliosis y superlordosis y no son personajes de ?sterix. Superlordosis es este superh¨¦roe que hay encima de mi culo resping¨®n que hace que se te olviden todos los respetos cuando te entran ganas de apoyar el cubata en mi sobrenalga y escoliosis es esta curva sinuosamente pronunciada que hace que parezca que vivo eternamente apoyada en el quicio invisible de la manceb¨ªa.
Hablando de copla y de bolso high density, no podemos dejar de hablar de El Bolso por antonomasia: El ba¨²l de la Piquer. Cuenta la leyenda (y la santa Wikipedia) que ?viajaba siempre con un mont¨®n de ba¨²les con ropa de cama, de mesa y similares, pues ten¨ªa la costumbre de alquilar una casa en el lugar donde estuviera de gira. Su marido acarreaba dos ba¨²les llenos de aceite de oliva?. Adem¨¢s de denotar todo esto que ser¨ªa tan escrupulosita como para negarse a dormir en s¨¢bana ajena o a comer en manteles con lamparones de otros, o el marido traficaba con oro verde o era rarito. O eso, o que ya se hab¨ªa hartado do?a Concha de ?ll¨¦vame las llaves, t¨² que tienes ba¨²l, y estas veintisiete garrafas de aceite, que ya sabes que no me gusta la mantequilla, churri?.
Y, l¨®gicamente, y por eso del por si acaso, ella llevar¨ªa tambi¨¦n los ba¨²les con sus ropajes, los de la actuaci¨®n, el joyer¨ªo, el maquiller¨ªo y, arremetidos en cajoncitos departamentos, a los piconeros, a la Lirio, la lima y el lim¨®n, a Antonio Vargas Heredia, a la ni?a de la estaci¨®n con todo el personal ferroviario y a los compositores Valverde, Quintero, Le¨®n y Quiroga, al negro que ten¨ªa el alma blanca y a Benito Perojo.
Es indiscutible que la Piquer ten¨ªa mundo, buena voz y mucho arte. Lo que s¨ª podemos discutir es el tama?o de los b¨ªceps de los porteadores, que m¨¢s que brazos yo me imagino jamones de Jabugo de trece kilogramos con grasa entreverada y manitas al final. Menos mal que la mujer andar¨ªa bien de parn¨¦ y de sherpas, porque si no tendr¨ªa la espalda que iban a haberle tenido que meter las batas de cola con sacacorchos.
Y vosotros, ?oh hombres!, haced el favor de ser responsables de vuestras propias cosas. Si no os caben en los bolsillos, las dej¨¢is en casa o las tir¨¢is. U os compr¨¢is un bolso mono muy para hombres que ya hace a?os que hab¨¦is decidido entrar de lleno en el consumismo. O ?qu¨¦ os cre¨¦is, que no nos hemos dado cuenta de que os depil¨¢is desde hace a?os? ?Si algunos ten¨¦is menos pelos que la Barbie! ?Cre¨¦is que no sabemos que lo hac¨¦is por gastar? Igual que nosotras. Si no nos hubieran vendido que es necesario pasar horas de escapismo y semisoledad en la estetici¨¦n, aunque nos cobren a veces como si fuera estetimil, nos hubi¨¦ramos dejado los pelos largos como lianas. Y no nos importar¨ªa ni llevar monos mon¨ªsimos a juego colgando y jugando a trapecismos. As¨ª que eso, gastad en bolsos.
Hace ya mucho que la ¨²nica opci¨®n era la mariconera y, es cierto, con ese nombre hasta a m¨ª me dar¨ªa verg¨¹enza llevarla colgada o pedirla en una tienda. Pero ya no se llama mariconera e Indiana Jones lleva bolso desde 1981. Mucho macho manda, no hay excusa que valga y a las amigas se les paga las fantas. Y a vosotras, solo una palabra: clutch. Ese bolso que no hay quien pronuncie, chiquitajo que no cabe un col¨ªn y asunto arreglao.
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