¡°Yo prefer¨ªa a Chabel¡±: la loca historia de la mu?eca Barbie de la Espa?a del pelotazo
Chabel de Feber, la alternativa espa?ola al icono de Mattel, fue un ¨¦xito en los ochenta y dej¨® de fabricarse en 1992. Ten¨ªa much¨ªsimos complementos, Martes y Trece la anunciaron, ?gatha Ruiz de la Prada dise?¨® una l¨ªnea y otra rindi¨® tributo a Madonna¡ Repasamos la historia de esta mu?eca que hoy es objeto de coleccionista.
En la ¨¦poca dorada del juguete espa?ol, de la f¨¢brica de Feber en Ibi (Alicante) sali¨® una mu?eca que, con sus innumerables complementos y accesorios (ten¨ªa caravana, invernadero, villa, discoteca, incluso una carroza y un castillo), lleg¨® a marcar a una generaci¨®n: Chabel, que triunf¨® en los ochenta y dej¨® de fabricarse en 1992, hace ahora 30 a?os. ¡°Feber era superimportante en aquella ¨¦poca, cada dos minutos hab¨ªa un anuncio en la televisi¨®n¡±, recuerda la dise?adora ?gatha Ruiz de la Prada, que en 1990 cre¨® su propia colecci¨®n de Chabel. Los anuncios televisivos de la mu?eca no cesaban, con figuras tan populares como el d¨²o c¨®mico Martes y Trece diciendo ¡°Tiene Feber¡± (en vez de fiebre) y entonando el pegadizo eslogan ¡°Chabeel, Chabeel, ?qu¨¦ bien!¡±. Ruiz de la Prada, que despu¨¦s ha dise?ado vestuario para Barbie y Nancy e incluso lleg¨® a dedicar uno de sus desfiles en Cibeles al mundo de las mu?ecas (con madres, ni?as y juguetes vestidas igual), cuenta que ¡°el equipo de dise?o de Feber era sensacional, hab¨ªa una libertad total¡±. Las chabeles de su colecci¨®n ¨Casegura que a¨²n conserva alguna de ellas¨C vest¨ªan sus caracter¨ªsticas estrellas y corazones. ¡°Eran mis trajes m¨¢s bonitos hechos para una mu?eca multitudinaria, con lo cual era una democratizaci¨®n¡±, argumenta la dise?adora.
Chabel naci¨® como una versi¨®n espa?ola de la mu?eca Licca Chan de la compa?¨ªa japonesa Takara, se?ala el historiador del juguete Juan Hermida, que lleva 25 a?os investigando el sector juguetero espa?ol. Seg¨²n datos de Famosa (propietaria de Feber desde 2006), ¡°en el desarrollo de Chabel pudieron participar unas 20 personas y en sus mejores a?os, 1987 y 1988, se llegaron a fabricar unas 500.000 unidades cada a?o¡±. Hab¨ªa una comarca de Alicante volcada en esa industria. ¡°En lo que se llama el Valle del Juguete, Onil, Ibi, y Castalla, con los pueblos de alrededor, exist¨ªa una gran tradici¨®n de mu?ecas. Hay que entender el contexto: con el baby boom de los sesenta se produjo un mercado inmenso de juguetes en Espa?a. Y como no se pod¨ªan importar del extranjero, porque las fronteras estaban cerradas por la pol¨ªtica aut¨¢rquica del franquismo, se gener¨® una gran industria del juguete¡±, sintetiza Hermida. Chabel jug¨® la baza internacional ¨Ccon colecciones de Madonna, figuras de cuentos como Cenicienta y protagonistas de pel¨ªculas¨C, pero tambi¨¦n la hiperlocal, con una colecci¨®n de esqu¨ª con nombres como Baqueira o Cerler. ¡°Cuando una mu?eca ya funcionaba, las marcas la quer¨ªan hacer muy local, por eso triunf¨® tanto en Espa?a la Nancy Primera Comuni¨®n, un concepto que no habr¨ªa funcionado en otros pa¨ªses, se?ala Hermida, ¡°lo que buscaban todas las empresas es que las ni?as se pudiesen identificar con las mu?ecas¡±. Destaca adem¨¢s el nombre del publicista Mariano Canut, de la agencia valenciana Canut & Bardina. ¡°Fue de los primeros en ver en la televisi¨®n el medio del futuro. Feber ten¨ªa en la f¨¢brica una estatua dedicada a ¨¦l¡±, subraya el experto. ¡°Al gran ¨¦xito de esta mu?eca contribuyeron, sin duda alguna, las grandes campa?as publicitarias que se hicieron en televisi¨®n, esta compa?¨ªa destac¨® por la importancia que le concedi¨® siempre a la publicidad¡±, a?ade Pilar Avil¨¦s Valls, coordinadora del Museo Valenciano del Juguete.
En ese museo ubicado precisamente en Ibi se conservan algunas chabeles, fruto de donaciones. Para muchas personas, esta mu?eca es sin¨®nimo de su infancia. El cari?o al recordarla es un¨¢nime. ¡°El ¨¦xito de Chabel sobre Barbie posiblemente se debiera a que frente a la sofisticaci¨®n de la primera, Chabel quer¨ªa representar a una adolescente y, por tanto, resultaba m¨¢s cercana a las ni?as¡±, explica la coordinadora del museo. Porque en los ochenta el icono de la compa?¨ªa estadounidense Mattel, Barbie, se encontr¨® con esta competidora espa?ola que a d¨ªa de hoy ¨Caunque Margot Robbie no est¨¦ rodando una pel¨ªcula sobre ella¨C sigue ocupando un hueco en la historia sentimental de una generaci¨®n. ¡°O eras de Barbie, o eras de Chabel. Y mi hermana y yo ¨¦ramos de Barbie. Pero cuando ten¨ªa 11 a?os empec¨¦ a comprar unos chicles rectangulares rosas en los que ven¨ªan pegatinas de distintos modelos y me enamor¨¦ de la Chabel Original Jeans y la ped¨ª para Reyes. Recuerdo que pegu¨¦ el cromo en la carta para que supieran el modelo que quer¨ªa. La sorpresa fue cuando nos trajeron una a mi hermana y otra a m¨ª, con tres modelos tejanos, con su percha y su marco de fotos¡±. La leonesa Sandra B., a sus 43 a?os, describe con todo lujo de detalles lo que sinti¨® aquella noche de Reyes de 1989, cuando se hizo con la que consideraba la mu?eca del momento. Pese al paso del tiempo, Sandra sigue conservando su mu?eca, con la que ahora juegan sus hijas: ¡°Tengo dos ni?as, de nueve y cuatro a?os, y rebuscando un d¨ªa en casa de mi madre la vieron y se la llevaron. La mayor dice que le gustan m¨¢s los juguetes de antes¡±.
Tambi¨¦n ha pasado de mano en mano la villa de Chabel que ten¨ªa la viguesa Iria F. F. ¡°Llor¨¦ mucho porque no la ten¨ªa, y cuando mis padres me la compraron fue un sue?o. Yo no quer¨ªa nada m¨¢s en el mundo, solo eso. Era mi tesoro. Han jugado con ella mi ahijada, la hija de mi pareja y ahora mi hija, que tiene tres a?os. Se nota que era de buena calidad¡±, explica. La valenciana Arantxa Cabrera apunta que ella ten¨ªa el modelo que recordaba a Escarlata O¡¯Hara: ¡°Me flipaba Lo que el viento se llev¨®, y la mu?eca ten¨ªa much¨ªsimos complementos. Barbie siempre me ha parecido extremadamente exagerada, no soy de rosas y tacones, y prefer¨ªa a Chabel, porque era m¨¢s cercana, m¨¢s real, no ten¨ªa esa cintura de avispa y esos pechos enormes y los pies en punta para ir en tacones. Era m¨¢s entra?able¡±. Precisamente ah¨ª, en la cercan¨ªa a sus potenciales consumidores, estuvo su secreto. La coleccionista Mar¨ªa Romero atesora tantas chabeles y complementos en su casa de Urduliz (Bizkaia) que ha perdido la cuenta. Romero es administradora junto a Paula Beltr¨¢ del grupo de Facebook Chabel de Feber, creado hace seis a?os y relacionado con el blog del mismo nombre, donde casi 1.000 personas recuerdan a la mu?eca e intercambian informaci¨®n sobre ella, y prepara junto a otras coleccionistas un libro sobre Chabel. ¡°Vamos a trabajar en ¨¦l cinco personas, cada una de una punta del pa¨ªs, de Zaragoza, Sevilla, Bilbao, M¨¢laga¡ No creo que pueda ser para este a?o, lo vamos autoeditar usando nuestras colecciones¡±, afirma.
El grupo de WhatsApp en el que Romero habla con otras coleccionistas sobre ese futuro libro y los avances de su colecci¨®n se llama Chabeleras sin Fronteras. Porque es cierto que el coleccionismo de estos juguetes no tiene l¨ªmites: Romero aprovecha sus viajes para explorar si quedan restos de f¨¢brica en tiendas y bazares, busca tesoros cuando visita otras ciudades por si quedan rarezas olvidadas en una estanter¨ªa. Su primera Chabel fue, como en el caso de Sandra B., un regalo de Reyes, ¡°el malet¨ªn de Chabel High School y el bici-taxi Marbella¡±. Le gustaba mucho m¨¢s que la competencia: ¡°Era m¨¢s accesible, no es como una Barbie con un Ferrari, yo me identificaba con ella¡±. Su preferida es la Chabel Lluvia, que tiene en todas sus variantes, ¡°fuera de caja y con caja¡±, y la que siempre se le escapa es Chabel Haw¨¢i, que a¨²n no ha podido incorporar a su colecci¨®n. Porque cada vez resulta m¨¢s complicado conseguir estas mu?ecas, asegura Romero: ¡°Despu¨¦s de la pandemia es m¨¢s dif¨ªcil. Mucha gente empez¨® a buscar en el confinamiento en Todocolecci¨®n y Wallapop, se acordaban de la mu?eca de su infancia y empezaron a comprarla. Ahora hay m¨¢s demanda pero no hay vendedores y la competencia acaba siendo muy grande¡±.
Ese af¨¢n de coleccionismo y de recordar a Chabel, impulsado por la nostalgia, es algo que notan Javier Ikaz y Jorge D¨ªaz, creadores de la web y los libros de Yo fui a EGB. ¡°Cuando ponemos alguna foto de Chabel en Facebook, con su familia y aquella furgoneta-casa enseguida la gente nos cuenta que la tuvo, o que se qued¨® con las ganas. Tambi¨¦n se ha hablado mucho del reloj-despertador de Chabel. Es incre¨ªble la cantidad de gente que lo tuvo¡±, se?alan. Incluso recuerdan los chicles ¡°con las pegatinas en las que nunca sal¨ªa la Chabel tenista, aquel cromo que todo el mundo anhelaba¡±. En los ochenta, defienden, los juguetes ten¨ªan algo diferente: ¡°En general el culto y las colecciones de juguetes de aquellos a?os vienen de la mano de gente que fue ni?o o ni?a entonces, hay una especie de nostalgia, y luego muchos de nosotros damos la tabarra a nuestros hijos, que ven esos juguetes diferentes a los de ahora, quiz¨¢ m¨¢s arcaicos o imperfectos, pero muchos peques de hoy los valoran, quiz¨¢ porque intuyen de alguna manera que estaban hechos con mimo¡±.
Y porque estaban llenos de detalles. Chabel ten¨ªa cocina, villa, ba?o, boutique, helader¨ªa, una uvi m¨®vil¡ ¡°Los complementos m¨¢s vendidos fueron la caravana, la villa y la hamburgueser¨ªa¡±, informan desde Famosa. Uno de los responsables de esos infinitos complementos fue Arturo Salvador. Comenz¨® a trabajar en Feber como delineante proyectista con 22 a?os, en 1988, en plena ebullici¨®n del fen¨®meno Chabel, aunque tambi¨¦n cre¨® piezas para Baby Feber o Pocas Pecas. ¡°Dibuj¨¦ un mont¨®n de complementos, se hac¨ªan moldes sin parar. En aquella ¨¦poca no se trabajaba con ordenador a¨²n, dibuj¨¢bamos los complementos a mano y los pas¨¢bamos a planos¡±, precisa Salvador. Su primera creaci¨®n para Chabel fueron las botas de agua de Chabel Lluvia. ¡°Conservo el plano y hace unos a?os busqu¨¦ las botas por internet, para tener un recuerdo¡±, dice. Tambi¨¦n realiz¨® un proyecto entero para la mu?eca, el de su discoteca: ¡°Supongo que me lo encargaron porque me gustaba mucho la m¨²sica, hice una pista con un saliente donde se pon¨ªa el walkman para que bailaran¡±. Destaca lo innovadora que era la mu?eca en aquellos tiempos. ¡°Fuimos pioneros en dise?ar con ordenador, empezamos en el 91, y los juguetes de Chabel ten¨ªan mucha electr¨®nica¡±, comenta. Seg¨²n los datos de Famosa, ¡°en el a?o 1990 hab¨ªa aproximadamente m¨¢s de 100 modelos diferentes de Chabel y algunas de las que m¨¢s destacaron fueron las de Cenicienta y Madonna¡±.
Luego, en el 92, justo el a?o en el que Espa?a se proyectaba al mundo con la Expo de Sevilla y los Juegos Ol¨ªmpicos de Barcelona, Chabel comenz¨® a desaparecer sin hacer ruido. ¡°En ese a?o no hicimos ya nada para ella, aunque se continuaban vendiendo las que quedaban en f¨¢brica, pero a veces la caja ya no se correspond¨ªa con lo que se met¨ªa dentro¡±, indica Salvador. ¡°A m¨ª me dio much¨ªsima pena que las mu?ecas Chabel se dejaran de fabricar¡±, lamenta Ruiz de la Prada. Y Hermida, desde la perspectiva de la historia de los juguetes, explica que ¡°muchas empresas se fueron extinguiendo porque ya hab¨ªa entrado much¨ªsima competencia extranjera, con compa?¨ªas como Hasbro y Mattel, y el mercado hab¨ªa empezado a recolocarse¡±. Chabel se desvaneci¨® poco a poco. Ahora que se cumplen 30 a?os de su desaparici¨®n, ?sus seguidores desear¨ªan que se volviera a comercializar? ¡°Depende. Si hacen reediciones es posible. Si la convierten en una Bratz o algo que no era, con labios de besugo, no. Me gustar¨ªa que se mantuviera la esencia de la mu?eca¡±, zanja Romero.
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