Pedanter¨ªa, melodrama, el primer beso homosexual de la tele y Katie Holmes: razones para regresar a ¡®Dawson Crece¡¯
Las seis temporadas del culebr¨®n adolescente creado por Kevin Williamson ya est¨¢n disponibles en Netflix. Aunque algunas personas lo pongan en entredicho, la serie fue muy revolucionaria en su tiempo.
La maldita nostalgia. Simple y llanamente eso es lo que nos lleva a recuperar esas pel¨ªculas y series que, a?os ha, nos cautivaron. Dado que la pandemia ha limitado nuestras opciones de ocio, millones de personas han decidido recientemente volver a ver aquellas producciones que, por los motivos que fueran, m¨¢s les marcaron. Las plataformas de streaming, sin duda, han contribuido a este revival ficcional. Ocurri¨® con Friends mientras estuvo disponible tanto en Netflix como en Amazon Prime (ahora s¨®lo puede disfrutarse a trav¨¦s de HBO). Y apostamos a que esto mismo es lo que tambi¨¦n suceder¨¢ con otro t¨ªtulo algo incomprendido por el p¨²blico generalista. Nos referimos a Dawson Crece, el melodrama creado por Kevin Williamson que, desde hace escasos d¨ªas, forma parte del cat¨¢logo de Netflix.
Dawson Crece, a pesar de que se cuestione, marc¨® un antes y un despu¨¦s en la historia de la televisi¨®n entre 1998 y 2003. Sobre todo, en lo que a dramas adolescentes se refiere, ya que nunca trat¨® al telespectador de una forma infantil. Todo lo contrario. Acostumbrados hasta entonces a productos que apostaban por el humor (ah¨ª estaba Salvados por La Campana) o tramas defendidas por pijos superficiales con la vida m¨¢s que resuelta (el caso de Beverly Hills, 90210), la creaci¨®n de Williamson tir¨® por una senda notablemente m¨¢s realista y humana.
En el peque?o pueblo ficticio de Capeside no hab¨ªa grandes lujos. Incluso, sus protagonistas no eran los m¨¢s populares del instituto. Bien podr¨ªa decirse que eran una panda de so?adores inadaptados que, a base de palos, aprend¨ªan a ser adultos. No obstante, revisitando aquellos cap¨ªtulos, sigue sorprendiendo notablemente el florido l¨¦xico que empleaban, m¨¢s cercano al del cine cl¨¢sico que al de una producci¨®n televisiva pensada para p¨²beres. La actriz Michelle Williams, quien encarnaba a Jen, siempre se apoyaba en un diccionario para comprender los guiones que llegaban a sus manos. Todos, sin excepci¨®n, nos sentimos en alg¨²n momento como ella a lo largo de esos 128 episodios.?
Esa pedanter¨ªa verbal, impropia de alguien que apenas tiene 15 a?os, fue sumamente criticada. Pero a quien se anime a ver nuevamente Dawson Crece no le chocar¨¢ en absoluto. M¨¢s bien le producir¨¢ cierta simpat¨ªa encontrarse con di¨¢logos tan redichos y filos¨®ficamente forzados. Eso mismo ocurre al observar a Dawson trabajando en uno de esos extintos videoclubs en los que devor¨¢bamos cintas de VHS o, sin ir m¨¢s lejos, al rememorar c¨®mo lig¨¢bamos cuando Internet o los smartphones no controlaban nuestro apetito sexual. En los noventa todo era muy, muy diferente. Esa a?oranza por lo que ya fue, en definitiva, por nuestra despreocupada juventud, sigue siendo un buen motivo para recuperar en la actualidad esta serie.
Eso s¨ª, visto ahora en perspectiva, hay que poner varios puntos sobre las ¨ªes (perd¨®n por los spoilers). Por ejemplo, habr¨ªa que detenerse en el tri¨¢ngulo amoroso que formaron Dawson (James Van Der Beek), Joey (Katie Holmes) y Pacey (Joshua Jackson). Si bien en la primera temporada todos quer¨ªamos que Joey acabara con Dawson, lo cual ocurri¨®, en la segunda qued¨® m¨¢s que claro que lo suyo, aun siendo almas gemelas, no iba a funcionar por una simple raz¨®n: su desmedida intensidad. Dawson, pese a ser el alma m¨¢ter de la serie, era insufrible. No solamente se las daba de sabelotodo, viv¨ªa en una fantasiosa burbuja y lo ¨²nico que le preocupaba era convertirse en el nuevo Steven Spielberg, sino que en demasiadas ocasiones comprobamos que ¨²nicamente ve¨ªa a su conquista como un mero trofeo que poseer. Adem¨¢s, se tom¨® la licencia de juzgar despectivamente el pasado de Jen, por lo que era mucho m¨¢s t¨®xico, siniestro y chapado a la antigua de lo que a primeras se pod¨ªa percibir.
En la tercera temporada, ya sin Kevin Williamson al mando, los guionistas nos sorprendieron gratamente: los dos personajes m¨¢s carism¨¢ticos, Joey y Pacey, empezaron a salir juntos. Aquello s¨ª que era amor verdadero: la qu¨ªmica entre ambos, tanto delante como fuera de las c¨¢maras, era indiscutible. Ante lo inesperado de los hechos, el mundo se dividi¨® entre quienes apoyaban la relaci¨®n de Joey con Dawson y los que posicionaron del lado de Pacey. No fue hasta el final de la sexta temporada, cuando Williamson volvi¨® para escribir los ¨²ltimos dos cap¨ªtulos, que el eterno debate se resolvi¨®. Efectivamente, Dawson se qued¨® solo. Aunque eso no quita que, tal como su creador cont¨® en una entrevista a The Hollywood Reporter, fuese oficialmente del team Dawson: ¡°De hecho, escrib¨ª el final con ellos juntos y entonces algo me preocup¨®. Las almas gemelas no siempre son tu amor rom¨¢ntico. Tal y como yo lo veo, Dawson y Joey terminaron juntos. Son almas gemelas para siempre. Y tienen ese profundo v¨ªnculo de amistad que nunca, nunca se ir¨¢. Pero tras su amor rom¨¢ntico por Pacey [refiri¨¦ndose a Joey] era con quien quer¨ªa estar y compartir su vida. Y de una manera extra?a todos son almas gemelas. Dawson y Pacey siempre iban a ser mejores amigos¡±.
Dawson Crece, asimismo, desarroll¨® otras tantas subtramas hasta entonces poco explotadas en la peque?a pantalla. Por mucho que Williamson vaya a permanecer eternamente en el coraz¨®n de los amantes del g¨¦nero slasher por haber firmado guiones tan exitosos como el de la saga Scream o S¨¦ Lo Que Hicisteis El ?ltimo Verano, en realidad, aprovech¨® esta serie para plasmar sus vivencias como adolescente en la conservadora Carolina del Norte. El personaje de Dawson no solamente est¨¢ inspirado en ¨¦l, sino tambi¨¦n el del secundario Jack, interpretado por Kerr Smith. ¡°Incluso antes de que traj¨¦ramos a Jack al programa, siempre se dise?¨® para que saliera del armario y fuera gay. No lo compart¨ª con todo el mundo porque, como escritor gay en Hollywood, ten¨ªa miedo de que esa historia fuera rechazada por la cadena¡±, coment¨® en el ya citado The Hollywood Reporter. Por suerte no hubo ning¨²n amago de censura: el 20 de mayo del 2000, tres a?os despu¨¦s de que Ellen DeGeneres diera el paso de anunciar que era lesbiana en Ellen, Smith y Adam Kaufman se dieron el primer beso homosexual en la televisi¨®n generalista estadounidense.
S¨ª, por momentos puede parecer demasiado sesuda para ser un simple culebr¨®n de y para adolescentes. Pero ah¨ª, precisamente, est¨¢ el encanto atemporal de Dawson Crece. D¨¦cadas atr¨¢s, cuando se estren¨®, no todo el mundo supo apreciar y entender de qu¨¦ trataba. Pero el asunto cambia radicalmente cuando se degusta actualmente, siendo ya adultos. M¨¢s que un guilty pleasure, innegablemente, fue, es y ser¨¢ una serie que marc¨® una ¨¦poca. Ahora que se puede es tiempo de darle una segunda oportunidad.
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