El arte tambi¨¦n puede verse en ba?ador: nueve piscinas dise?adas por artistas
Hacerse unos largos al lado de un mural de Keith Haring, comerse un helado contemplando una escultura de Chillida o bucear entre los trazos de David Hockney. Obras de arte en las que sumergirte.
En el verano de 1952, cuando Henri Matisse ten¨ªa ya 82 a?os y su estado de salud le obligaba a ir en silla de ruedas, el artista le pidi¨® a su asistente, Lydia Delectorskaya, que le llevara a una piscina de Cannes. De vuelta al H?tel R¨¦gina, donde viv¨ªa el pintor, Matisse tuvo una refrescante idea: iba a dise?arse su propia piscina.
Lo que sucedi¨® a continuaci¨®n fue un excitante proceso creativo que comenz¨® con Delectorskaya cubriendo las paredes del comedor con una banda de papel blanco, y continu¨® con el artista recortando siluetas de nadadores y formas marinas (¨¦l lo llamaba pintar con tijeras) en papel pintado de azul. Los recortes fueron fijados con alfileres sobre el improvisado lienzo que recorr¨ªa las cuatro paredes y el resultado fue un ballet de cuerpos, chapoteos y criaturas marinas al que Matisse titul¨®, sin mucha vacilaci¨®n, La piscine. Tras su muerte, dos a?os despu¨¦s, esta piscina de papel se traslad¨® de Niza a Par¨ªs y actualmente se puede admirar en el MoMa de Nueva York.
En estos tiempos de confinamiento, dibujarse una piscina en el sal¨®n puede que sea la ¨²nica manera para muchos de acceder a este espacio de agua inm¨®vil y olor a cloro. Pero si tienes la suerte de poder viajar, hay otras maneras de zambullirse ¨Cliteralmente¨C en las obras de algunos de los artistas m¨¢s importantes del siglo XX.
La Colombe d¡¯Or, el hotel de los artistas
A pocos kil¨®metros de Niza, en Saint-Paul de Vence, se encuentra un hotel donde el arte no solo est¨¢ en su piscina, sino por todas partes. En La Colombe d¡¯Or uno puede tomar el sol a la sombra de un m¨®vil de Calder, remojarse mientras contempla un mosaico de Georges Braque o tomar el almuerzo rodeado de obras de Picasso, Matisse o Fernand L¨¦ger.
Abierto en los a?os 20 por Paul Roux, un campesino muy interesado en el arte que volv¨ªa de luchar en la I Guerra Mundial, por las habitaciones de este establecimiento centenario han pasado algunos de los artistas m¨¢s importantes del siglo XX. Pintores y escultores -como Marc Chagall, Joan Mir¨® o C¨¦sar Baldaccini- que a menudo pagaban su estancia con obras de arte, convirtiendo el hotel en un peque?o museo donde las obras se pueden contemplar mientras cenas o te tomas un caf¨¦.
Las piscinas de Hockney
A Bigger Splash?es sin duda la obra m¨¢s reconocible de David Hockney, pero no es la ¨²nica obra de este pintor que retrata una piscina. El artista, que se mud¨® a la soleada California en 1964 y ha estado viviendo all¨ª en diversas temporadas, ha incorporado este elemento en muchas de sus obras y en los 80 tambi¨¦n se lanz¨® a pintar el fondo de algunas piscinas, como por ejemplo la del Hotel Roosevelt de Los ?ngeles.
Seg¨²n la leyenda, Hockney se plant¨® all¨ª una ma?ana de 1988 con un cubo de pintura azul y un pincel atado al palo de una escoba y durante cuatro horas fue trazando sus caracter¨ªsticas l¨ªneas curvas en el fondo y las paredes de la piscina. Estos trazos, que parecen danzar bajo el agua, fueron restaurados en 2019 y seg¨²n el director del hotel tienen un valor estimado de un mill¨®n de d¨®lares.
Afortunadamente hospedarse en el hotel cuesta mucho menos, unos 260 d¨®lares la noche, un precio que no est¨¢ nada mal si tenemos en cuenta que podremos tocar con nuestras manos una aut¨¦ntica obra de Hockney.
Luces y sombras en la piscina
James Turrell es un artista que lleva desde finales de los 60 jugando con la percepci¨®n que tenemos de los espacios a trav¨¦s de la luz. En Espa?a podemos encontrar sus obras en la entrada del Convent de Sant Agust¨ª de Barcelona o en la Fundaci¨®n NMAC de Vejer de la Frontera, pero si queremos sumergirnos de lleno en una de sus instalaciones nos tendremos que ir a Jap¨®n.
A unas dos horas en tren desde Tokio, en las afueras de Tokamachi, se encuentra la House of Light, una casa construida en el 2000 para la Trienal de Arte de Echigo-Tsumari que funciona como instalaci¨®n art¨ªstica y como casa de hu¨¦spedes.
Inspirado por el libro El elogio de la sombra, de Tanizaki, en esta casa Turrell quiso unir la arquitectura tradicional japonesa con su particular uso de la luz para crear un espacio para la meditaci¨®n. Con capacidad para hospedar hasta 12 personas en habitaciones compartidas, el principal atractivo de la casa se encuentra en la sala principal, que dispone de un techo m¨®vil que permite ver el cielo y un juego de luces dise?ado por Turrell que se activa al atardecer y al amanecer.
La casa tambi¨¦n tiene una peque?a piscina interior iluminada con fibra ¨®ptica que seg¨²n el artista, proporciona a los ba?istas la sensaci¨®n de poder tocar la luz con las manos.
Chillida y Keith Haring en la piscina del barrio
En Barcelona, el Parque de la Creueta del Coll es un peque?o oasis que durante los meses de verano convierte su estanque en una piscina p¨²blica. Situado en una colina que antes fue una cantera, este espacio construido en 1987 destaca por el Elogio del agua, la enorme escultura de Eduardo Chillida que queda suspendida sobre el lago.
Construida con 54 toneladas de hormig¨®n y sujetada con cables de acero anclados en la monta?a, Chillida dec¨ªa que la mitad de la escultura era obra suya, y que la otra mitad estaba en el agua. Inspirada en el mito de Narciso, la idea del escultor era que la gente pudiera ver la obra reflejada en el estanque. Actualmente esto no es posible ya que en 1998 una de las barras que sujetaba la pieza de hormig¨®n se desprendi¨®, y por seguridad, ahora la escultura solo puede verse desde cierta distancia.
El mismo a?o que Pascual Maragall inauguraba la obra de Chillida, en Nueva York, en uno de los d¨ªas m¨¢s calurosos de agosto, Keith Haring celebr¨® una pool party en una piscina p¨²blica de Manhattan. Mientras el dj Junior Vasquez pinchaba y un mont¨®n de gente bailaba y se ba?aba a su alrededor, Haring se subi¨® a un andamio y pint¨® sirenas, delfines y peces en un mural de m¨¢s de 50 metros de largo. La obra, que ha sido restaurada varias veces por la Fundaci¨®n Haring, puede contemplarse en el Tony Dapolito Recreation Center.
Baldosas, p¨ªxeles e ilusiones ¨®pticas
En 1979, Victor Vasarely, uno de los principales representantes del op art, tambi¨¦n se aventur¨® a crear una piscina con su particular estilo colorista y geom¨¦trico. De forma hexagonal y situada en la azotea del Auditorio Rainer III, en M¨®naco, la piscina de Vasarely destaca por las baldosas de colores que recubren el fondo formando un dibujo abstracto que parece tener volumen.
La obra, titulada Hexa Grace, le ciel, la mer, la terre, puede verse sin problemas desde el paseo que pasa por encima del Auditorio, algo clave para Vasarely, pues el artista h¨²ngaro siempre defendi¨® que el arte deb¨ªa integrarse en la vida cotidiana y estar al alcance de todos.
A poco m¨¢s de una hora de M¨®naco, cerca de Le Muy, en la Provenza, se encuentra Domaine du Muy, un parque de esculturas contempor¨¢neas donde entre pinos, alcornoques y robles, podemos encontrarnos obras de Sol LeWitt, Keith Haring, Yayoi Kusama o Peter Kogler.
Kogler, que durante toda su carrera ha realizado obras inmersivas que juegan con la percepci¨®n del espacio, cre¨® para este espacio una piscina que nos remite a los gr¨¢ficos de ocho bits de los primeros ordenadores y a las ilusiones ¨®pticas de Escher. Llena de l¨ªneas ondulantes dibujadas con el gresite t¨ªpico de las piscinas, intentar nadar en l¨ªnea recta seguro que es todo un reto.
La ¨²ltima piscina de esta lista es tambi¨¦n la m¨¢s reciente. La dise?adora y directora de arte Alex Proba, fundadora del Studio Proba, lleva muchos a?os aplicando sus ilustraciones en alfombras, paredes, muebles o p¨®steres. A principios de este extra?o 2020, le ofrecieron plasmar su universo gr¨¢fico en una piscina de una casa de Palm Springs (California) y la dise?adora no se lo pens¨® dos veces. Seg¨²n cuenta, tard¨® unos ocho d¨ªas en pintar toda la piscina con la ayuda de su asistente y la verdad es que el resultado es espectacular, ?qui¨¦n no querr¨ªa ba?arse aqu¨ª?
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