?Por qu¨¦ seguimos a la gente que odiamos?
?Sigues a gente que te cae mal? ?Te emocionas cuando tu archienemigo cuelga una foto? ?Tienes una lista privada de tuiteros odiables? Has ca¨ªdo en el ¡®hate-follow¡¯ y puede que no haya vuelta atr¨¢s.
No los aguantas. Cada una de sus publicaciones te provoca un resoplido. Aprietas los pu?os al ver sus autofotos, sus profundos tuits ¨¤ la Coelho, sus posts con desayunos perfectamente estudiados.
No eres el ¨²nico. De hecho, has ca¨ªdo en uno de los vicios m¨¢s comunes en la red. Se llama 'hate-follow' y consiste en seguir (o cotillear, que nos conocemos) perfiles de personas que no solo no nos interesan, sino que encienden nuestro odio.
A veces son excolegas de trabajo, excompa?eros de piso, examigos de la uni o ex, sin m¨¢s. Otras son famosos blogueros o intagrameros cuyas vidas nos resultan incomprensibles.
En ocasiones los metemos en nuestros TL y la mayor¨ªa de veces reservamos sus perfiles para momentos en los que nos apetece recrearnos en la maldad. (?Incluso existen foros ¨C GOMI es el m¨¢s conocido¨C dedicados exclusivamente a comentar y criticar a v¨ªctimas del hate-follow!).
Pero, ?por qu¨¦ lo hacemos? ?Qu¨¦ nos impulsa a recrearnos en la animadversi¨®n? Las teor¨ªas son m¨²ltiples, pero aqu¨ª tienes algunas hip¨®tesis basadas en una intens¨ªsima investigaci¨®n de campo.
1. Nos gusta comprobar que el otro est¨¢ / es peor que nosotros
Escribe mal, cuelga fotos horrorosas, cree que hace gracia, habla como si conociera las m¨¢s profundas verdades del universo: cl¨¢sico objetivo del 'hate-follow'.
Seguir a este tipo de perfiles nos reconforta y nos hace sentir de alguna manera superiores. Queremos verles llegar al l¨ªmite, comprobar hasta d¨®nde puede llegar su capacidad para provocar verg¨¹enza ajena y as¨ª recrearnos en lo maravillosos que somos nosotros por contraste. Pero, ?cuidado!, estas peque?as pajas de autocomplacencia son adictivas, pero solo provocan satisfacci¨®n a cort¨ªsimo plazo.
2. Es ¨²til para saber el d¨ªa de la semana
Las v¨ªctimas del 'hate-follow' parecen tener una enfermiza obsesi¨®n con los d¨ªas de la semana. ¡°??nimo con el lunes!¡±, ¡°?Por fin viernes!¡±, ¡°?Qu¨¦ triste estoy el domingo!¡±, ¡°Mmmm, mi heladito de los mi¨¦rcoles¡±.
Es importante seguir a estos personajes para no perdernos durante la semana. En ese sentido realizan una labor social y debemos aplaudirles por ello.
3. Ellos son nosotros
Recon¨®celo. T¨² tambi¨¦n has dado grima en alg¨²n momento de tu existencia. Estas personas representan facetas que intentamos corregir o etapas de nuestra vida que nos gustar¨ªa no repetir. Nosotras tambi¨¦n ¨¦ramos as¨ª de cursis/superficiales/ingenuas/egoc¨¦ntricas/listillas y podemos volver a caer. Nada mejor que un buen recordatorio de vez en cuando para no desviarnos del camino que consideramos adecuado.
4. Nada une m¨¢s que el odio
Por mucho que lo practiquemos en la intimidad de nuestro tel¨¦fono u ordenador, el 'hate-follow' tiene un important¨ªsimo componente social. Nos gusta odiar a las mismas personas que nuestros amigos y compartir las estupideces ajenas nos acerca y nos hace sentir un poquito mejor con nosotros como grupito.
Adem¨¢s, ?hay una manera m¨¢s reconfortante de pasar la resaca que criticando por Whatsapp? Lo siento, pero no.
5. Sabemos algo que los dem¨¢s no saben
Una conocida cuelga una foto de su fixie apoyada en la puerta de una panader¨ªa org¨¢nica donde asistir¨¢ a un concierto indie-folk con sus intensas amigas tatuadas, pero ?t¨² sabes que hace un a?o era una choni maquinera que ni sab¨ªa qui¨¦n era Bon Iver ni le importaba!
Cuando conocemos el verdadero pasado de ciertos personajes, su esfuerzo por aparentar un nuevo estilo de vida nos resulta todav¨ªa m¨¢s exagerado y esperp¨¦ntico. Al mismo tiempo, nos fastidia ver que el resto de sus followers no se dan cuenta del timo. En resumen: nos 'horroencanta' ser testigos de los desesperados intentos de otros por seguir las modas de turno.
6. Es importante recordar que no todo el mundo es como nosotros
Puede ser que cotillear perfiles que consideramos absurdos nos reafirme en lo maravillosos que somos, pero tambi¨¦n nos recuerda que hay otras personas con otros mundos (y much¨ªsimos seguidores) y que incluso t¨² puedes estar siendo v¨ªctima del 'hate-follow'.
Quiz¨¢s esta s¨ª sea una buena pr¨¢ctica para devolvernos a la realidad y entender que a lo mejor no somos los m¨¢s listos ni los m¨¢s aut¨¦nticos, sino todo lo contrario.
Un convencido practicante del hate-follow confesaba que para ¨¦l esto era ¡°un poco como el tomaco, que sabes que es malo, pero quieres m¨¢s¡± y quiz¨¢s es ese componente de perversi¨®n y culpabilidad lo que lo convierte en adictivo. De la misma manera, estos peque?os viajes por vidas que detestamos nos ayudan a desestresarnos y nos provocan unas risas. Un dilema, vamos.
?Vosotras qu¨¦ pens¨¢is? ?Es el 'hate-follow' un vicio sano o deber¨ªamos dejarlo inmediatamente y plantearnos la rehabilitaci¨®n?
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.