Qu¨¦ ser¨¢ de m¨ª cuando crezca
Una semana antes de mi cumplean?os, fui a un concierto de Patti Smith en Central Park. Era una tarde perfecta, y cuando se hizo de noche la luna llena iluminaba el escenario. Ella pareci?a una pitonisa o una profeta, cantando ene?rgicamente, dedicando canciones a amigos y personas queridas que ya no estaban. Entre cancio?n y cancio?n, leyo? poemas e interactuo? con el pu?blico. No paraba de repetir que el momento era ahora, que habi?a que vivir, que nos lo deci?a desde la experiencia de quien ya habi?a visto y perdido muchas cosas. Ha escrito mucho sobre envejecer. En su libro de memorias recuerda la inocencia de su juventud, cuando se preguntaba que? seri?a de ella, a do?nde le llevari?a la vida y esos caminos que le pareci?an tan inescrutables. Le llevari?an a las personas que querri?a, se responde.
Cuando se empieza a acercar la fecha de mi cumplean?os siempre me pasa: los di?as que lo preceden paso por un riguroso autoana?lisis fi?sico y mental, casi siempre acompan?ado de una pequen?a (o no tan pequen?a) crisis existencial. Durante mucho tiempo me haci?a feliz que la gente asumiera que era mayor de lo que era, y pensaba que eso me aportaba seriedad y madurez. En los u?ltimos an?os, sin embargo, siento que deseo lo opuesto. A veces, sin querer, me adjudico menos edad de la que tengo si alguien me pregunta. Crecemos pensando que ciertas cosas tienen un li?mite temporal o fecha de caducidad: encontrar un buen trabajo, una pareja, una vocacio?n profesional, un apartamento bonito, ganas de cocinar, plantas a las que cuidar.
Mi admirada Nora Ephron estaba obsesionada con envejecer. Escribio? varios ensayos al respecto, en los que se queja de la gente que defiende que envejecer es genial, que no hay nada mejor que ser anciano y sabio y estar por fin en el punto en el que ves con claridad las cosas que realmente importan en la vida.
Ephron detestaba esos elogios de la madurez porque le recordaban todas las cosas de las que se arrepenti?a. Y sin embargo, a lo largo de sus 71 an?os, ella misma fue periodista, escritora, guionista, directora. En un discurso a jo?venes graduadas de la Universidad de Wellesley, su alma mater les dijo que teni?an todas las posibilidades del mundo a su alcance. Ella lo sabi?a mejor que nadie, que habi?a cambiado cuatro veces de profesio?n y tres de marido.
Smith tiene ahora 71 an?os, pra?cticamente la misma edad que teni?a Nora Ephron cuando murio?. En distintos registros, las dos han pensado y creado sobre que? significa crecer, vivir una buena vida. Ephron cierra su libro con una lista en la que reflexiona sobre las cosas que le gustari?a haber sabido de joven, los consejos que lamenta que nadie le dio. Algunos de ellos son estos: ¡°Nunca te cases con un hombre del que no podri?as estar divorciada. Escri?belo todo. Puedes pedir ma?s de un postre. Nunca se tienen suficientes jerse?is de cuello alto. Cuando alguien te dice ¡®nuestra amistad es ma?s importante que esto¡¯, alerta, porque casi nunca lo es. Si ese zapato no te calza bien en la tienda, nunca lo hara?¡±.
Volvi? caminando del concierto de Patti Smith, y pasee? durante horas en la noche neoyorquina, una de las u?ltimas antes de la llegada del fri?o. Y al entrar en casa, de repente ya no importaba tanto que se hubiera secado, una vez ma?s, una planta diminuta. Yo tambie?n me pregunto que? sera? de mi? cuando crezca.
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