?Qu¨¦ une m¨¢s a la pareja, el amor o el sexo?
Seg¨²n los entendidos, el pegamento de contacto para una relaci¨®n est¨¢ compuesto de una sabia combinaci¨®n de ambos elementos.
Tras el amoroso, cari?oso y hasta empalagoso fin de semana es muy probable que muchos opten por elegir al amor como ese cemento, gelatina o pegamento capaz de unir hasta los mil pedazos en que quedaban reducidos los antiguos platos de Duralex, cuando ca¨ªan al suelo. Otros, apelando al sentido com¨²n, sostendr¨¢n que cuando el sexo desaparece la pareja deja de existir y propondr¨¢n todo un listado de nombres para designar a dos personas que conviven bajo un mismo techo, hacen juntas la compra, se sientan en butacas contiguas en el cine, comen los fines de semana con sus respectivos padres, a los que les llevan pasteles, o se van de vacaciones al mismo destino y comparten apartamento en la playa. Tambi¨¦n es posible que un tercer grupo de personas persista en la idea de que el sexo implica amor y viceversa. Aunque a priori nos parezca un pensamiento un poco caduco, cuentan con una cierta base cient¨ªfica. Durante el orgasmo, un neurotransmisor llamado oxitocina se libera en ciertas partes del cerebro y los cient¨ªficos est¨¢n descubriendo que esta sustancia es uno de los ingredientes clave para que los seres humanos fabriquen amor, confianza, lazos y reduzcan el miedo. Adem¨¢s de que tambi¨¦n es una de las razones por las que los orgasmos resultan tan placenteros. Ya saben, no faltan los partidarios de explicar lo inexplicable, es decir el amor, mediante f¨®rmulas qu¨ªmicas, hormonas y todos los procesos que tienen lugar en el laboratorio interno con el que todos contamos. En cuanto a si el amor desemboca siempre en el sexo, existir¨ªa tambi¨¦n una biblioteca entera sobre por qu¨¦ cuando amamos a ciertas personas no est¨¢ bien que las manos u otras partes de la anatom¨ªa participen de ese sentimiento, que debe estar circunscrito a nuestro cerebro. Convencionalismos sociales, mitos o tab¨²es que dejo para Freud y otros expertos en el estudio del comportamiento de esa especie tan rara, llamada hombre.
Es dif¨ªcil tambi¨¦n conseguir que un sex¨®logo y especialista en terapia de pareja se decida por el ingrediente clave para que la pareja celebre, a?o tras a?o, el d¨ªa de San Valent¨ªn sin que les parezca una cursilada con vocaci¨®n consumista. Casi todos se decantan porque el amor y el sexo son igual de importantes y dif¨ªcilmente separables. Algo as¨ª como si intent¨¢ramos decidirnos por lo qu¨¦ es m¨¢s urgente para estar sano, ?un cuerpo o una mente en perfectas condiciones? Casi todos los dedicados a la salud explicar¨ªan que es imposible tener mal una cosa sin que, inevitablemente, repercuta en la otra.
Lo que s¨ª se podr¨ªa apuntar a favor del sexo es que ¨¦ste es menos hip¨®crita y le cuesta esbozar sonrisas o mirar para otro lado cuando la cosa no va bien. La dimensi¨®n sexual es tambi¨¦n la raz¨®n por la que, generalmente, se decide pedir ayuda a un tercero, seg¨²n explica Iv¨¢n Rotella, sex¨®logo, director de Astursex, un centro de atenci¨®n sexol¨®gica en Avil¨¦s, y miembro de La Asociaci¨®n Estatal de Profesionales de la Sexolog¨ªa (AEPS). ¡°Habitualmente, las parejas con problemas vienen porque ¨¦stos han empezado a reflejarse en la cama¡±, cuenta Rotella, ¡°pero cuando esto sucede es que ya hay conflictos en otros ¨¢mbitos de la convivencia. Lo que ocurre es que es pr¨¢cticamente imposible disimular entre las s¨¢banas. En el sexo nos comportamos como somos, vulnerables, desnudos y todo lo que cargamos a nuestras espaldas se refleja en la cama. Una relaci¨®n sexual no es un mero intercambio de fluidos o placer. Es comunicaci¨®n, y cuando esta no funciona en el d¨ªa a d¨ªa es muy dif¨ªcil que fluya en el dormitorio ¡±.
Durante algunos a?os Estela (43 a?os), Madrid, pens¨® que pod¨ªa pasar ilesa la prueba del pol¨ªgrafo, que supone el sexo en una relaci¨®n de pareja. ¡°Aunque la convivencia con mi ex hab¨ªa empezado ya a ser mec¨¢nica, cuando no dolorosa y llena de discusiones, el sexo segu¨ªa siendo muy bueno. Yo creo que eso fue lo que permiti¨® que la relaci¨®n se prolongase en el tiempo, algunos a?os m¨¢s all¨¢ de su fecha de defunci¨®n. De hecho, recuerdo que tuve una aventura con una persona encantadora, parec¨ªamos hechos a medida en todo, menos en la cama. No funcionaba a pesar de que nos gust¨¢bamos. La ruptura con mi pareja fue consecuencia de un cambio de ciudad por motivos laborales. Los encuentros se fueron espaciando y, como no ten¨ªamos hijos, la cosa se acab¨®. Nunca lo he consultado con ning¨²n psic¨®logo, pero creo que lo nuestro fue una adicci¨®n. Te acostumbras a unas pautas para conseguir placer sin hacerte muchas preguntas. Con la perspectiva del tiempo, veo que no ¨¦ramos una pareja, sino amantes, aunque con el inconveniente de vivir bajo el mismo techo y tener que soportarnos. Y este tipo de relaciones no suelen ser muy duraderas¡±.
Los requisitos b¨¢sicos para que una uni¨®n pueda calificarse como pareja son tres, a juicio de Ra¨²l Gonz¨¢lez Castellanos, sex¨®logo y terapeuta de pareja del centro de sexolog¨ªa y psicolog¨ªa Ars Amandi, en Madrid: ¡°Intimidad, pasi¨®n y compromiso. El primero se podr¨ªa llamar tambi¨¦n complicidad¡±, aclara Gonz¨¢lez. ¡°Si hay mucha intimidad pero no hay pasi¨®n, yo dir¨ªa que hay una muy buena amistad. Si hay pasi¨®n pero no compromiso o intimidad, se tratar¨ªa de amantes. El sexo es un elemento que, al igual que hacen los bonobos, se utiliza a menudo como herramienta pacificadora, para bajar la guardia o firmar una tregua, pero si no hay ning¨²n otro nexo de uni¨®n, la pareja acaba por deshacerse¡±. En este aspecto, y seg¨²n Iv¨¢n Rotella, ¡°los hombres demuestran una mayor capacidad de resistencia en esta situaci¨®n, ya que pueden seguir manteniendo relaciones sexuales, a¨²n cuando el resto de la estructura que sostiene a la pareja se desmorone. A la mujer, por su forma de entender el sexo, de una manera m¨¢s global, le resulta m¨¢s complicado. Siempre pongo el ejemplo de que el hombre vive en un piso con habitaciones separadas ¨Cpuede compartimentar m¨¢s sus emociones-; mientras que el g¨¦nero femenino ocupa un loft, donde esconder algo resulta m¨¢s complicado¡±.
Malinterpretaciones en torno al sexo y al amor
Muchas de las causas de prolongar la vida de pareja con respiraci¨®n asistida, cuando est¨¢ ya ha dejado de utilizar sus pulmones hace tiempo; o de tirar la toalla y denegarle una segunda oportunidad, est¨¢n en una mala concepci¨®n, no solo de lo que es una pareja sino de lo que es el amor y el sexo.
A Iv¨¢n Rotella le gusta decir que ¡°el amor suele estorbar mucho en las relaciones de pareja. Me refiero a esa mala concepci¨®n de lo que significa este t¨¦rmino. El amor no lo justifica todo, ni es algo que se alimenta del aire, ni un modelo determinado que tengamos que copiar. Hay muchas formas de amor, y por lo tanto de parejas, y hay que elegir, e incluso construir, la que m¨¢s se ajuste a nuestros deseos. Es tambi¨¦n muy probable que, con los a?os, haya que revisar ese modelo. Por tanto, la pareja est¨¢ en permanente estado de negociaci¨®n ¨Cque no de conflicto¨C y en esa negociaci¨®n hay que buscar el bien com¨²n y eliminar palabras como ¡®culpa¡¯ o ¡®sacrificio¡¯, para sustituirlas por otras como ¡®responsabilidad¡±.
El amor tampoco tiene mucho que ver con esa imagen almibarada de la pareja siempre de acuerdo, siempre junta, en la que uno hace las veces de protector y el otro de hombre sensible o damisela en peligro. ¡°Doy muy poco tiempo de vida a las parejas que llegan a la consulta y me dicen, ¡®nosotros nunca discutimos¡¯. Al fin y al cabo discutir, siempre y cuando se haga de forma civilizada, es una forma de comunicaci¨®n y ¨¦sta, junto con la confianza, el sentimiento y el sexo, son los cuatro pilares que sostienen una relaci¨®n¡±, confiesa Rotella. Seg¨²n Gonz¨¢lez Castellanos, mantener ¨¢mbitos de independencia y libertad es otro de los requisitos necesarios para crear un medioambiente en el que Cupido crezca y siga practicando el tiro con arco. ¡°Si no existe esto, entramos en una relaci¨®n opresiva, en la posesi¨®n. Puede ser muy reconfortante tener a alguien que se ocupe de nosotros y nos haga la vida m¨¢s f¨¢cil, pero cederle demasiado cuidado se traduce, tambi¨¦n, en permitirle m¨¢s control. Algo que puede resultar peligroso¡±, afirma este experto en parejas.
En palabras de Rotella, ¡°los celos, aunque est¨¦n justificados, no tienen nada que ver con el amor, sino m¨¢s bien con la sensaci¨®n de propiedad y la inseguridad personal del que los tiene. En este aspecto, las parejas liberales cultivan un mayor respeto y menor af¨¢n posesivo, aunque sus problemas vienen muchas veces por liarse con su particular concepci¨®n del amor. Podemos tener sexo o desear a muchas personas, pero uno no puede enamorarse de m¨¢s de dos personas a la vez. Hasta desde el punto de vista biol¨®gico es imposible¡±.
Luchar a brazo partido por la convivencia y olvidar dejar algo de energ¨ªa para el sexo, por eso de que ¨¦ste es algo instintivo, es, seguramente, el mayor error de la mayor¨ªa de las parejas, en opini¨®n de estos expertos. Gonz¨¢lez habla de la necesidad urgente de una conciliaci¨®n de la vida laboral y sexual . ¡°Hay que cultivar los momentos er¨®ticos, no solo en la cama sino en la vida diaria, de la misma forma que se cultivan las amistades, porque si la pareja est¨¢ todav¨ªa sana y con ¨¢nimo de seguir juntos, se puede reactivar la hormona del enamoramiento. Incluso una infidelidad puede, a veces, despertar de nuevo el inter¨¦s¡±.
Loli y Pedro, Plasencia, en sus 40 y pocos, viv¨ªan una agradable relaci¨®n de pareja sin sexo. Seg¨²n ella, ¡°no puedo decir si lo echaba de menos o no. Era una inercia en la que no entraban ni siquiera las preguntas¡±. La aventura que ¨¦l mantuvo durante unos meses, les llev¨® a terapia, a darse cuenta de que ten¨ªan mucho en com¨²n y a volver poco a poco, al desenfreno, instaurando en un primer momento lo que ellos llamaron ¡°hot fridays¡±.
Rotella apunta a que la frecuencia, en cuanto a las relaciones sexuales, es importante, ¡°aunque es mejor la calidad que la cantidad¡±. En el lado puesto, Ra¨²l Gonz¨¢lez destaca el consumismo sexual que se autoimponen algunos para no caer en la rutina. ¡°Es irse al polo opuesto¡±, afirma este sex¨®logo, ¡°hay que respetar los tiempos naturales y saber que la relaci¨®n puede pasar por momentos de sexo cero. La sociedad nos vende ahora un capitalismo er¨®tico en el que hay que comprar juguetes, experimentar nuevas sensaciones, posturas y modalidades. A mi consulta llegan chicas muy preocupadas porque no son capaces de experimentar el squirt, o la eyaculaci¨®n femenina¡±.
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