En defensa de Sally Rooney: por qu¨¦ ¡®Gente normal¡¯ es el libro definitivo y la serie del momento
Es tan poco habitual que una historia de amor con una estructura convencional triunfe en la ¡°ficci¨®n literaria¡± que Gente normal es una especie de perla en el oc¨¦ano de los libros que salen cada a?o al mercado.
Siempre ocurre lo mismo: los fen¨®menos de masas, antes de serlo, fueron fen¨®menos minoritarios. Y en ese tr¨¢nsito, muchos de los adeptos iniciales se pierden. Parece que lo que gusta a muchos, tiene que ser menos bueno. Sobre Sally Rooney (County Mayo, Irlanda, 1991) se han dicho muchas cosas: que es la autora de su generaci¨®n, el fen¨®meno literario de la d¨¦cada o que es la ¡°Salinger de la generaci¨®n Snapchat¡±. Pero las razones detr¨¢s del ¨¦xito de la escritora irlandesa son m¨¢s complejas que las etiquetas que se le otorgan a la ligera. Su debut Conversaciones entre amigos la lanz¨® al ¨¦xito de la noche a la ma?ana y con su segunda novela, Gente normal, se ha consolidado internacionalmente como autora de referencia. Los dos libros comparten temas y presentan ciertos paralelismos: la exploraci¨®n de clases sociales, la inseguridad econ¨®mica, el sexo y la b¨²squeda de la intimidad, historias protagonizadas por gente muy versada en asuntos literarios pero poco en materias del coraz¨®n. Relaciones en las que las cosas podr¨ªan ser f¨¢ciles y, sin embargo, nunca lo son.
La identidad literaria de Rooney abarca: millennial, irlandesa, marxista, anti-capitalista. Pese a la insistencia por parte de las editoriales y de la cr¨ªtica con vincularla directamente con su generaci¨®n ¨C millennial ¨C en las novelas de Sally Rooney apenas tienen importancia las redes sociales, y la propia autora no es activa en ninguna de ellas. En una entrevista en la revista O, Rooney explicaba que sent¨ªa mucha ansiedad ¡°sobre haber sido ¡®escogida¡¯ o etiquetada como la voz de una generaci¨®n, porque represento una porci¨®n privilegiada de esa generaci¨®n ¨C no soy una emisaria representativa.¡±
Las cubiertas de un dise?o f¨¢cilmente instagrameable que poco tienen que ver con el contenido de las novelas pueden explicar parte del hype que se ha creado entorno a Rooney como icono millennial, pero su obra va mucho m¨¢s all¨¢.
Gente normal: ¡°Un futuro cl¨¢sico¡±
Conversaciones entre amigos puso a Rooney en boca de todos, pero Gente normal fue un ¨¦xito instant¨¢neo de ventas y cr¨ªtica en cuanto se public¨® en ingl¨¦s. Gan¨® el Costa Novel Award, el Irish Novel of the Year y fue finalista de premios de la talla del Man Booker Prize y el Women¡¯s Prize for Fiction. Normal People se ha estrenado tambi¨¦n como serie en una coproducci¨®n de Hulu y BBC Three (que llegar¨¢ a Espa?a de la mano de StarzPlay el 16 de julio) y ya es para muchos la mejor serie del a?o.
Las novelas, como la autora, escapan las descripciones f¨¢ciles. Si tuviera que resumir la trama de Gente Normal, dir¨ªa que es una historia de un chico, Connell, y una chica, Marianne, y de su relaci¨®n a lo largo de los a?os que van del ¨²ltimo curso de instituto al final de la universidad. Marianne es rica y Connell es pobre, pero Connell es popular y Marianne, una marginada. Durante la carrera, en Trinity College, Connell y Marianne se acercan y se alejan, se intentan relacionar con buenas intenciones pero no siempre con buenos resultados, y establecen una din¨¢mica compleja que conduce el hilo de la novela.
La prosa de Rooney es absorbente y su estilo es sencillo. La autora incluye con destreza los di¨¢logos en el cuerpo del texto, sin comillas ni guiones. A trav¨¦s de saltos temporales entre 2011 y 2015 y alternando los puntos de vista de los dos protagonistas, acompa?amos a estos j¨®venes adultos en una historia que captura perfectamente las complejidades de crecer. El deseo de pertenecer, de ¡°ser normal¡±, los diferentes estratos que dividen las clases sociales y el dinero, el primer amor, la dificultad de encontrar un sentido profesional y personal en el mundo post-recesi¨®n econ¨®mica y del capitalismo tard¨ªo.
Nadie sabe qu¨¦ es ser normal y sin embargo todo el mundo quiere serlo: Marianne y Connell se dividen entre la idea de sentirse especiales y un deseo profundo de encajar y ser aceptados, queridos. El adjetivo normal viene del lat¨ªn normalis, y se aplica a todo aquello que se halla en su estado natural, a todo aquello que sirve como norma o regla, que se ajusta a unas normas fijadas de antemano, aquello que es com¨²n, usual, frecuente. Los protagonistas saben que lo ¡°normal¡± es tener una pareja, y la sombra de lo que ¡°no es normal¡± planea constantemente sobre ellos: depender de alguien emocionalmente sin medida, la depresi¨®n, las relaciones de maltrato. A veces creen que estar¨¢n mejor separados, otras que nunca nadie les entender¨¢ como se entienden el uno al otro.
Marianne y Connell leen y se preguntan cosas incesantemente, reflexionan sobre la importancia del arte y la literatura. Su historia es la de dos personas que se quieren pero no consiguen entenderse, y que se aferran, precisamente, a la excepcionalidad de su conexi¨®n: ¡°No es as¨ª con otra gente.¡±
¡°Las conversaciones de despu¨¦s son muy gratificantes para Connell, a menudo dan giros imprevistos y lo empujan a expresar ideas que nunca antes hab¨ªa formulado de un modo consciente. Hablan de las novelas que est¨¢ leyendo ¨¦l, de la investigaci¨®n que est¨¢ estudiando ella, del momento hist¨®rico concreto en el que est¨¢n viviendo, de la dificultad de observar dicho momento mientras ocurre. A veces tiene la sensaci¨®n de que Marianne y ¨¦l son como patinadores art¨ªsticos, improvisan sus conversaciones de una forma tan h¨¢bil y con una sincronizaci¨®n tan perfecta que a ambos les sorprende.¡±
?Es tan poco habitual que una historia de amor con una estructura convencional triunfe en la ¡°ficci¨®n literaria¡± que Gente normal es una especie de perla en el oc¨¦ano de los libros que salen cada a?o al mercado: una novela de una escritora joven que consigue enamorar a los lectores y a la prensa. Gente normal tiene ecos de comedias rom¨¢nticas como Cuando Harry encontr¨® a Sally: dos personajes a los que acabas queriendo como si los conocieras, una historia a trav¨¦s de varios a?os, alguna l¨¢grima y m¨¢s de un coraz¨®n roto. Como rese?aba el diario The Guardian, ¡°puede que Gente normal no trata de ser joven aqu¨ª y ahora, pero mejor que eso, trata de ser joven y estar enamorado en cualquier ¨¦poca. Puede que no sea absolutamente contempor¨¢nea, pero es un futuro cl¨¢sico¡±.
¡°A Marianne se le llenan los ojos de l¨¢grimas. Los cierra. Incluso en el recuerdo, este momento le parecer¨¢ siempre de una intensidad insoportable, y sabe que ser¨¢ as¨ª ahora mismo, mientras sucede. No ha cre¨ªdo nunca que fuese digna de ser amada. Pero de pronto tiene una vida nueva, y este es el primer momento de ella, y por muchos a?os que pasen nunca dejar¨¢ de pensar: S¨ª, ah¨ª fue, ah¨ª comenz¨® mi vida.¡±
Tanto el libro como la serie tienen, por supuesto, detractores. Una parte del establishment literario considera los libros de Rooney literatura menor, y es probable que parte de la cr¨ªtica tenga un componente de envidia: una escritora de veintinueve a?os sale de la nada y arrasa en librer¨ªas y peri¨®dicos con novelas sobre historias de amor. Hace poco la escritora Jessa Crispin escrib¨ªa que ¡°Normal People es poco m¨¢s que un culebr¨®n sin alma para millennials¡± y se refer¨ªa de pasada al fen¨®meno sociocultural que acompa?a a las novelas de Rooney. Escrib¨ªa Crispin: ¡°La gente ama a Sally Rooney. Creo que debo estar perdi¨¦ndome algo.¡± Y con cierto desprecio: ¡°Sus libros han sustituido a los de figuras como David Foster Wallace y Joan Didion como los libros con los que ser visto: ¡®Oh, ?se me ha ca¨ªdo esta novela superventas pero a la vez aclamada por la cr¨ªtica del bolso en el bar justo al lado de la persona que me gusta? ?Qu¨¦ torpe soy! ¨C Y as¨ª h¨¢bilmente se?alar a todos mi alrededor qu¨¦ gran gusto tengo y con qu¨¦ entusiasmo sigo el mundillo cultural.¡± Y yo pienso: qu¨¦ maravilla que un libro se convierta, adem¨¢s de en un tema de conversaci¨®n, en un objeto de deseo, algo que todo el mundo quiere tener. Porque mainstream no necesariamente significa peor.
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