Si no es la ¨²ltima Coca Cola del desierto, ?por qu¨¦ la cobran como si lo fuera?
Razones por las que el minibar es ese prohibitivo objeto de deseo.
No falla. La consigna al entrar en una habitaci¨®n de hotel suele ser ¡°no toques el minibar¡±. El caso es que lo normal es que el hu¨¦sped lo abra, husmee a ver qu¨¦ joyas l¨ªquidas esconde en su interior, si son refrescos convencionales o hay zumos ex¨®ticos y aguas de lujo con botellas de dise?o y luego lo vuelva a cerrar con sigilo, si no con resignaci¨®n. ?Y eso? Sin duda: el precio. Por t¨¦rmino medio, la botella de agua (de 33 cl) viene a costar en torno a los 2,50 ¨C 4 €, seg¨²n la categor¨ªa del hotel. Los refrescos entre 3 y 4 € y las cervezas entre los 3,50 y hasta los 7 €, seg¨²n si son de importaci¨®n o nacionales. Haciendo la cuenta de la vieja resulta que un litro de agua viene a salir por unos 7 €, un precio bastante superior al que suelen cobrar hasta en un restaurante de lujo con mantel de hilo por una botella de agua que, adem¨¢s, sirve elegantemente un camarero que no es lo mismo que tu se?or marido en albornoz con el logo del hotel.
La consecuencia son hu¨¦spedes que se lanzan a la b¨²squeda de un chino, tienda de conveniencia o supermercado 24 horas para comprar agua y refrescos, regresan al hotel con sentimiento de triunfo y atraviesan la recepci¨®n con las botellas camufladas bajo el brazo como quien practica el estraperlo. Desde el Grand Hotel Central de Barcelona justifican esos precios porque ¡°no es solo la Coca-Cola, est¨¢n tambi¨¦n los costes indirectos del personal que tienes que contratar para tener lista toda la log¨ªstica de los minibares adem¨¢s de dar un servicio en habitaciones¡±. Esto es, el coste de la mininevera, la electricidad que consume y la persona que repone. Aunque tambi¨¦n reconocen que ¡°el margen de beneficio es alto¡±.
En el Hotel ?nico de Madrid, un coqueto hotel boutique de cinco estrellas en pleno barrio de Salamanca, una Coca Cola del minibar cuesta 6 €. ¡°No consideramos que sea un precio caro poner a la disposici¨®n del cliente las 24 horas del d¨ªa un completo surtido de productos y a una temperatura adecuada. Adem¨¢s si se necesita cualquier cosa para complementar su bebida del minibar, un mayordomo lo sube sin coste¡±. Se entiende copa de bal¨®n, rodaja de lim¨®n, agitador para gin tonic¡ El Hotel Me Madrid, buque insignia de los hoteles de dise?o de lujo, ofrece una botella de agua Fiji de un litro por 8 €. Si no se quiere un agua "molona" sino, sencillamente, una que aplaque la sed entonces son solo 5 €. Las miniaturas de alcohol se disparan a 10 €, una bolsa de frutos secos a 6 € y una bebida energizante a otros 6 €.?
En el polo opuesto en AC Hotels by Marriott el minibar es gratis. ¡°El minibar gratuito es uno de los est¨¢ndares de calidad de AC y que permiten que nuestros clientes se vayan de cualquiera de nuestros hoteles con sus expectativas cumplidas¡±. A?aden, adem¨¢s, que se trata de una muestra de respeto hacia sus clientes que se evitan as¨ª el bochorno de confesar al hacer el check-out que se han metido entre pecho y espalda dos cervezas y un zumo de naranja mientras ve¨ªan la televisi¨®n. Y un ahorro de tiempo al abandonar el hotel, vital sobre todo en viajes de negocios. En sus minibares no hay bebidas de lujo ni dise?os innecesarios. Hay cosas de beber que gustan en l¨ªneas generales a todo el mundo: ¡°Dos Coca-Colas, dos cervezas, una sin y otra con, una Fanta de naranja y otra de lim¨®n y agua¡±. NH no arriesga tanto con las gratuidades aunque en su promoci¨®n Weekend Extender incorpora un d¨ªa de minibar gratis a quienes reservan un fin de semana completo.
As¨ª las cosas quienes cobran ¨C y mucho ¨C apuestan por aportar un valor a?adido al minibar. El Grand Hotel Central ha incorporado en los ¨²ltimos a?os t¨¦s helados, mojitos, roncolas, sangr¨ªa¡ hasta mascarilla fr¨ªa para los ojos. El Hotel The Mercer en Nueva York Otros ofrece snacks delicatessen de Dean & Deluca y el Barcel¨® Los Cabos Palace Deluxe en M¨¦xico ofrece un amplio repertorio de chocolatinas, que ya se sabe que la suma de un marco rom¨¢ntico con los efectos afrodis¨ªacos del chocolate suele ser imbatible. A precios prohibitivos pero es lo que tienen los hoteles de lujo.
Otros ampl¨ªan la oferta a un mueble o estante aleda?o donde venden junto al minibar preservativos, lubricante, naipes, gorras, protectores solares¡ Un aut¨¦ntico supermercado que, por momentos, desconcierta ya que uno no sabe muy bien si echarles mano y arriesgarse a pagar un ojo de la cara o abstenerse y quedar de tonto. Como regla general, lo que hay sobre la mesilla de noche y en el ba?o va incluido en el precio, se puede utilizar, disfrutar y dormir tranquilo. Lo dem¨¢s es de pago. Por ejemplo, el Hotel Unique de Sao Paulo deja junto a la cama en una discreta cajita un preservativo y un paquete de chicles mentolados. Un detalle que se agradece, que los achuchones hoteleros siempre llegan cuando una tiene la log¨ªstica desarmada y pedir al servicio de habitaciones un capuch¨®n a horas intempestivas arruina hasta la pasi¨®n de la pareja m¨¢s fogosa.
En Espa?a los hoteles para adultos tambi¨¦n se aplican a los detalles er¨®ticos. El Hotel Magnolia de Salou deja en sus habitaciones Pool (las de gama cara) un ¡°kit sensual¡± consistente en un neceser con dos preservativos, aceite sensual comestible sabor canela y gel pasi¨®n lubricante efecto eucalipto. En el Me Madrid el supermercado de merchandising incluye velas arom¨¢ticas (22 €), una Moleskine (7 €) o un kit antiresaca de Apivita (12 €). Son los art¨ªculos Take ME Home, bien para disfrutar en el hotel o para llevar a casa como recuerdo.
Y como las estrategias de marketing afilado andan a la orden del d¨ªa hay hoteles que hasta se apuntan al happy hour con sus minibares. El The Jumeirah Lowndes Hotel in Knightsbridge de Londres fue uno de los pioneros al ofrecer un 30% de descuento en las consumiciones del minibar efectuadas entre las 10 y las 12 de la noche.
En la pel¨ªcula ?Four Rooms? los clientes acaban con el minibar y el servicio de habitaciones.
DR
Algo en lo que suelen coincidir todos los hoteles es en la botella de agua de cortes¨ªa. Esa que evita que el hu¨¦sped sediento arriesgue su flora intestinal bebiendo un vaso de agua del grifo en un destino diferente al de su domicilio habitual. Es esa que dejan sobre el escritorio, unas veces con una escueta tarjeta en la que se lee with compliments y el sello del hotel, otras, sin identificar, por si acaso as¨ª el hu¨¦sped no se atreve a tocarla y eso que se ahorra el establecimiento.
Un detalle horrible en el que incurren muchos hoteles es ponerla solo el primer d¨ªa, aunque el resto de la estancia le cueste lo mismo al cliente. Aqu¨ª se impone ser sibilino. Basta una llamada a Recepci¨®n preguntando por qu¨¦ no hay botella de agua de cortes¨ªa. Si la respuesta es que solo se pone el primer d¨ªa siempre queda a?adir un ¡°vaya, as¨ª que a partir del segundo d¨ªa ya no cuento con la cortes¨ªa del hotel, ?no es as¨ª?¡±. Lo normal es que para ahorrarse malos rollos con un cliente descontento capaz de liarla en Tripadvisor broten un par de botellas de agua. Claro que antes de ponerse borde es mejor tantear si esa botella se pone en la cobertura, que es como en el lenguaje hotelero se denomina a cuando el servicio de habitaciones entra al caer la tarde en la habitaci¨®n, retira la colcha, abre la cama y deja un bomb¨®n. Y muy frecuentemente tambi¨¦n una botella de agua de cortes¨ªa.?
Una estrategia habitual de supervivencia econ¨®mica hotelera de los hu¨¦spedes honrados pero no millonarios es vaciar el minibar para rellenarlo con sus propios art¨ªculos, desde sus refrescos a esa tortilla de patata y fiambre que se llev¨® para el viaje y que a¨²n no se ha terminado. Por no hablar del alivio que da en verano el aftersun fresquito reci¨¦n sacado de la nevera. Ojo aqu¨ª al vaciarlo. Algunos hoteles incorporan sensores electr¨®nicos por presi¨®n, de modo que al retirar una botella autom¨¢ticamente se entiende que es para su consumo y su importe se carga a la cuenta final del cliente. Suelen ser esos hoteles en los que al hacer el check-in solicitan un n¨²mero de tarjeta de cr¨¦dito por si hay gastos. Si uno no anda con cuidado, se puede encontrar con un cargo astron¨®mico por un minibar que, encima, nunca ha consumido.
Tambi¨¦n aqu¨ª hay trucos de hu¨¦sped avezado como retirar con cuidado la lata de refresco, poner en su lugar un vaso del cuarto de ba?o relleno de agua y cambiarlo posteriormente por otro refresco adquirido en el chino de la esquina. Es cutre pero viene a engrosar la lista de trucos para zamparse el minibar y marcharse sin pagar. Porque los jetas tambi¨¦n existen. ¡°Y muchas m¨¢s veces de las que se piensa¡±, comentan desde Room Mate Hotels. ¡°Est¨¢n hasta los que se toman las patatas fritas y las rellenan cuidadosamente con aire¡±. En estos casos, si se entreg¨® la tarjeta de cr¨¦dito al entrar en el hotel, ¨¦ste elegantemente proceder¨¢ a cobrarse sin piedad los snacks consumidos. Es lo que denomina un late charge. Sabedores de las man¨ªas de los amigos de lo ajeno algunos hoteles incluyen en la lista de precios del minibar el abrebotellas y las copas. Por si acaso alguien descuidadamente lo mete en la maleta¡??
Para evitar disgustos o que la habitaci¨®n acabe convertida en un bazar en los hoteles vacacionales de la cadena Barcel¨® el minibar directamente est¨¢ vac¨ªo pero enchufado y listo para que el cliente lo rellene con sus propios alimentos (el pur¨¦ de los ni?os, batidos de chocolate, jam¨®n York¡). Ahora, por ejemplo en el Hotel Barcel¨® Punta Umbr¨ªa Beach Resort, como el hotel ya no gana nada vendiendo bebidas se considera un extra y solo se ofrece bajo petici¨®n y con cargo.
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