As¨ª es ¡®Sole¡¯, la sobrecogedora pel¨ªcula que se adentra en el mercadeo de vientres de alquiler
Fiel a su estilo, el director italiano Carlo Sironi aborda el tema desde la perspectiva de dos j¨®venes olvidados por el sistema.
La maternidad subrogada contin¨²a siendo un tema inc¨®modo y pol¨¦mico con demasiadas aristas. No son muchas las pel¨ªculas que se atreven a abordarlo en toda la complejidad y poniendo de manifiesto sus luces y sus sombras.
El director italiano Carlo Sironi (Roma, 1983), estaba preparando un cortometraje cuando se dio de bruces con esta problem¨¢tica y decidi¨® situarla en el centro y transformarla pel¨ªcula titulada?Sole, que ser¨¢ estrenada en Espa?a el pr¨®ximo 6 de noviembre. Ya en sus trabajos previos hab¨ªa tratado el tema de la maternidad desde diferentes perspectivas, siempre a trav¨¦s de personajes que sufren la losa de las desigualdades sobre las que est¨¢ sustentado el sistema. Mujeres inmigrantes, que se ven abocadas a ejercer la prostituci¨®n o que carecen de oportunidades econ¨®micas o laborales y que se convierten en objetos ideales para que se pueda explotar su cuerpo en todos los sentidos.
Quer¨ªa Sironi introducirse en esa zona pantanosa que es el comercio reproductivo de las mujeres, pero quer¨ªa ser honesto con su propia condici¨®n de hombre y por eso decidi¨® que la pel¨ªcula estuviera contada desde un punto de vista masculino, el de un joven, Ermanno (el incre¨ªble actor natural Claudio Segaluscio) que se dedica a hacer peque?os hurtos mientras se gasta el dinero en las m¨¢quinas tragaperras y no tiene perspectivas de futuro ni nada que le importe demasiado. Un d¨ªa recibir¨¢ un encargo de su t¨ªo: ocuparse de una joven polaca embarazada, Lena (Sandra Drzymalska) que ha aceptado vender a su hijo cuando nazca.
El joven la acompa?ar¨¢ durante los ¨²ltimos meses de gestaci¨®n y su mirada ser¨¢ determinante a la hora de aproximarnos como espectadores a muchas de las diatribas morales que plantea la situaci¨®n. ¡°Quer¨ªa que estuvieran presentes todas las perspectivas, la de la mujer que no puede tener hijos y lo desea con todas sus fuerzas y la de la gestante que no tiene recursos para mantener a una criatura y en cuya decisi¨®n no interviene el altruismo¡±, cuenta el director.
En Sole se muestra la compra del beb¨¦ como una fr¨ªa transacci¨®n econ¨®mica (10.000 euros), abusiva y carente de sentimientos. Nadie se pondr¨¢ en la piel de esa chica, nadie le preguntar¨¢ c¨®mo est¨¢ y ser¨¢ tratada como un mero recipiente que contiene una mercanc¨ªa valiosa. Poco a poco Ermanno iniciar¨¢ un proceso de cambio, comenzar¨¢ a verla y entenderla, quiz¨¢s porque los dos han sido hu¨¦rfanos y late en ellos el desarraigo y el sentimiento de abandono.
Sironi quer¨ªa hablar de la juventud herida, de una generaci¨®n desencantada que ha terminado situ¨¢ndose en los m¨¢rgenes, el ¨²nico sitio en el que pueden refugiarse dentro un sistema devorador que se aprovecha de ellos y de su situaci¨®n de vulnerabilidad.
¡°Nadie ha cuidado nunca de ellos, as¨ª que no saben lo que eso significa. No tienen referencias, piensan que no pueden servir de modelo para nadie y de pronto tienen que enfrentarse a una serie de decisiones adultas para las que no est¨¢n preparados¡±, contin¨²a. En efecto, ambos j¨®venes se encuentran en la oscuridad. Y quiz¨¢s por ello la pel¨ªcula adquiere una tonalidad fr¨ªa y as¨¦ptica, mortecina y la mayor parte transcurre en interiores de una tristeza infinita.
El director en ning¨²n momento quer¨ªa juzgar a los personajes, pero hay escenas en las que su posici¨®n resulta clara sin caer en discursos sentenciosos. Basta ver a Lena en una camilla con los ojos perdidos mientras la mujer que va a comprar su beb¨¦ avasalla su espacio de intimidad pregunt¨¢ndole al doctor acerca de la ecograf¨ªa. O cuando tras el parto obligan a la joven a darle el pecho durante d¨ªas, sin importarles lo doloroso que puede ser para ella que se cree un v¨ªnculo afectivo. Todo ese desgarro se encuentra plasmado de manera minimalista y de una sobriedad que encoge por dentro.
Carlo Sironi trabaj¨® con la presidenta del tribunal de menores de Verona que le asesor¨® para entender todos los mecanismos y los vac¨ªos legales que rodean estas pr¨¢cticas y pudo contar con muchos testimonios de primera mano a trav¨¦s de ella. En cualquier caso, el director reconoce que, a pesar de este contexto que lo condiciona todo, quer¨ªa rodar una historia de amor entre dos j¨®venes inadaptados a los que el mundo les pasa por encima.
Sole, que en italiano significa Sol, ser¨¢ el nombre que le pongan a ese beb¨¦ que cambiar¨¢ para siempre las prioridades vitales de los protagonistas, aunque su presente se encuentre lastrado por la explotaci¨®n y por su condici¨®n de mercanc¨ªa barata de usar y tirar.
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