S¨®lo las ricas se divierten: por qu¨¦ cada generaci¨®n tiene su propia adaptaci¨®n de ¡®Emma¡¯
La nueva versi¨®n del cl¨¢sico de Jane Austen adapta su discurso a los c¨®digos del presente, pero al mismo tiempo vuelve a demostrar que la vanidad, la manipulaci¨®n y la impunidad que otorga el dinero son cualidades que no pasan de moda.
¡°Inteligente, bella y rica, con un hogar c¨®modo y una predisposici¨®n a la felicidad¡±, as¨ª es la hero¨ªna de Emma, la ¨²ltima novela que public¨® en vida su autora, Jane Austen, en 1815. ¡°Emma Woodhouse parec¨ªa reunir algunos de los bienes m¨¢s preciosos de la existencia; y, en realidad, hab¨ªa pasado casi veinte a?os en este mundo sin conocer grandes trastornos ni padecimientos¡±, a excepci¨®n de la muerte de su madre cuando era muy peque?a. Emma es la primera novela de formaci¨®n protagonizada por una mujer, y no una mujer cualquiera: es una mujer que puede hacer lo que quiere porque su situaci¨®n econ¨®mica se lo permite. No era el caso de las hermanas Bennet, protagonistas de Orgullo y prejuicio ni el de las Dashwood de Sentido y sensibilidad. Las ideas sobre para qu¨¦ sirve el matrimonio de Charlotte Lucas lo resumen bien: ¡°casarse hab¨ªa sido siempre su meta, ya que se trataba de la ¨²nica manera honorable de que una joven bien educada, pero con pocos medios de fortuna, se asegurara el porvenir y, aunque incierto como fuente de felicidad, el v¨ªnculo matrimonial representaba la manera menos desagradable de cubrir sus necesidades¡±. No es el caso de Emma Woodhouse, que como tiene esa parte resuelta, puede entretenerse jugando a la casamentera, hacer y deshacer con las vidas, sentimientos y opciones de los dem¨¢s. Y es lo que hace, por pura diversi¨®n, cegada por la vanidad de un primer ¨¦xito. Es arrogante y manipuladora, y no se da cuenta de que en las motivaciones de los otros para el matrimonio hay algo m¨¢s en juego que los afectos.
Como otras novelas de Austen, Emma se ha llevado al cine varias veces. La m¨¢s osada y la que capturaba mejor ese esp¨ªritu ligero y vanidoso de la novela era Clueless, de Amy Heckerling. La pel¨ªcula, estrenada en 1995, se tomaba algunas libertades, como traer la acci¨®n a un instituto de Beverly Hills, cambiar el nombre de la protagonista (no se llama Emma sino Cher; por cierto, interpretada por Alicia Silverstone) y de muchos de los personajes, pero conservaba algunos de los elementos fundamentales de la novela de Austen en la que se basaba: la importancia del dinero y la ceguera de la protagonista con respecto a los sentimientos de los dem¨¢s, seguramente, por vanidad. En la versi¨®n de Heckerling esto estaba subrayado por el primer desenga?o amoroso de Cher cuando intenta seducir a un chico sin darse cuenta de que es gay. Manten¨ªa tambi¨¦n el impulso de Pigmalion de la protagonista con la chica nueva que llega al instituto, aqu¨ª conserva el nombre, Harriet Smith (una Brittany Murphy luminosa), a la que Cher pretende moldear a su imagen y semejanza para mejorarla, sin darse cuenta de que Harriet tiene mucha m¨¢s experiencia en cuestiones sentimentales y que va por delante de ella en el sexo. Llevarlo al siglo XX, con los primeros tel¨¦fonos m¨®viles, jeeps, alcohol, drogas y sexo entre adolescentes le daba un aire transgresor m¨¢s evidente con respecto a la novela, que no es pacata en absoluto, aunque no habla de sexo de manera clara, est¨¢ presente de manera difusa en la novela, por ejemplo, en el origen del nacimiento de Harriet Smith: hija natural. De ah¨ª, por cierto, nace la confusi¨®n: Emma cree que su padre puede ser alguien importante, o al menos bien situado y eso le da opciones para alentar un matrimonio mejor que al que parece inclinarse el afecto de Harriet.
La nueva adaptaci¨®n de la novela de Austen tiene lo mejor del estilo de la escritora: la rapidez de los di¨¢logos, la gracia, la capacidad para la frase chispeante, la puesta en marcha y el desarrollo de escenas corales, y el asunto del dinero y la posici¨®n social. La arrogancia y vanidad de Emma se mantiene en la piel de Anya Taylor-Joy, la protagonista de la nueva Emma, bajo la direcci¨®n de Autum de Wilde. Y todo es un acierto en esta pel¨ªcula: por supuesto, la elecci¨®n de Johnny Flyn como apuesto Mr. Knightley, aunque con esa elecci¨®n se rebaje la diferencia de edad entre los protagonistas, lo que se gana es mucho. A?ade algunas, como el desnudo de espaldas de Flyn en la presentaci¨®n del personaje; tambi¨¦n la interpretaci¨®n de Mia Goth de Harriet Smith le da un encanto al personaje que en la novela no parece tener. Otro enorme acierto es Bill Nighy como padre de Emma, aligera al padre de la novela y lo lleva hacia el humor sin convertirlo en un clown.
Autum de Wilde consigue actualizar Emma y traerla al presente conserv¨¢ndola en su tiempo y en su contexto; la versi¨®n de Heckerling queda un poco anclada en su tiempo, los noventa, precisamente por los esfuerzos hechos para llevarla al presente. Cada generaci¨®n tiene derecho a su versi¨®n de Emma, y fiel al personaje, cada una se sentir¨¢ m¨¢s lista que la anterior. Pero todas se dar¨¢n cuenta de que su error est¨¢ en su vanidad.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.