Esto es lo que significa ser artesano en 2017
Madrid acoge un nuevo circuito de dise?adores que reivindican el saber hacer de disciplinas tradicionales. Crear local para vender global es su mantra.
Barrios como el de las Letras, Malasa?a, Lavapi¨¦s-Tirso de Molina o Salamanca tejen una red invisible que, poco a poco, va forjando un circuito de dise?o alternativo en Madrid. Sus integrantes beben de la artesan¨ªa, apelando a un saber hacer que remite a la tradici¨®n, respeta los tiempos y valora lo hecho a mano. Todos trabajan diferentes materiales, del esparto a la porcelana, y colaboran en distintos proyectos. Proceden de Extremadura, Cantabria, Murcia, Asturias, Galicia e incluso uno es madrile?o, pero la ciudad se ha convertido en su pueblo. Tambi¨¦n comparten generaci¨®n ¨Cest¨¢n entre los treinta y los cuarenta y tantos¨C, adem¨¢s de esp¨ªritu emprendedor. La mayor¨ªa de sus negocios ronda los tres a?os de existencia, aprovecharon la crisis para invertir en creatividad y las redes sociales para evitar hacerlo en marketing. En su caso, el boca a oreja se traduce en Me gusta y Regrams. Y funciona. Pero ?c¨®mo se ha gestado este vivero de creatividad artesanal urbana? Nos lo cuentan.
Y SARAH JESSICA PIS? MALASA?A¡ ¨C Javier S. Medina
?Desde que llegu¨¦ a Madrid he vivido en este barrio. Quer¨ªa que el taller estuviera por aqu¨ª, que los clientes me viniesen a buscar al vecindario. Yo soy muy provinciano, me gusta conocer y saludar a la gente, ver los balcones abiertos en primavera, o¨ªr la campana tocando¡ Es como un pueblecito?, dice el pacense Javier S. Medina. Con sus manos trabaja las fibras naturales; achaca el auge de objetos como los suyos a que ?la gente se ha cansado de la gran producci¨®n, de lo de usar y tirar, quiere piezas de por vida y ¨²nicas?.
En 2014 empez¨® su aventura como artesano urbano, cuando decidi¨® colgar en Instagram una de sus piezas, un espejo de bamb¨². En 2016, Sarah Jessica Parker se person¨® en su taller de la calle Escorial, charl¨® con ¨¦l, compr¨® sus trofeos ecol¨®gicos de esparto¡ ?Hasta me ponen de ejemplo de marketing, pero yo no hago nada: bajo de casa, me pongo el mandil, trabajo y cuelgo alguna foto¡ Esto se ha movido por s¨ª mismo. Creo que la clave ha sido contar una historia. Todo tiene una: el mandil me lo ha hecho mi madre, las herramientas las usaba mi padre en la zapater¨ªa¡ La gente cuando viene a comprar desde la otra punta del mundo busca o¨ªr eso, visitan el taller, hacen fotos; se llevan su pieza, pero tambi¨¦n un trocito de tu historia?.
PONER HUMOR A LA TRADICI?N ¨C Abe The Ape
?A veces las situaciones de crisis te dan ese punto de locura para hacer lo que quieres?, resume Abraham Men¨¦ndez, el hombre que est¨¢ detr¨¢s de la marca de cer¨¢mica Abe The Ape. Este gijon¨¦s estudi¨® publicidad, cine, moda¡ Y un buen d¨ªa decidi¨® centrarse en la ilustraci¨®n y la cer¨¢mica, aportando humor a la tradici¨®n. ?Ten¨ªa un trabajo seguro, pero le ech¨¦ un ¨®rdago a todo y me ha salido bien la jugada. Madrid ha mejorado mucho en creatividad?. Y eso ha generado un circuito: ?Estamos todo el d¨ªa conectados, si surgen problemas nos ayudamos. Es como una cooperativa?. ?l trabaja en Malasa?a, colabora con peque?os talleres donde tiene los hornos de sus platos ilustrados, con firmas como Dur¨¢n o La Tapicera y con f¨¢bricas tradicionales como el Centro Cer¨¢mico de Talavera. El entendimiento entre dise?ador y artesano, afirma, resulta clave hoy en d¨ªa: ?Es una uni¨®n buena, pero dif¨ªcil. El creador a veces piensa que es lo m¨¢s cool y se encuentra con el artesano, que a lo mejor es cerrado de mollera. T¨² le dices quiero que a este botijo le pongas tetas y te dice ¡®?Si un botijo no ha llevado tetas en cien a?os!¡¯¡ Hay que llegar a un punto medio de entendimiento para conseguir cosas chulas, ese es el futuro?.
DE PIEZA ?NICA A PRODUCCI?N ¨C Andr¨¦s Gallardo
Cuando decidieron montar su firma, la coru?esa Marina Casal y el murciano Andr¨¦s Gallardo ya hab¨ªan trabajado juntos en marcas de moda, conoc¨ªan el intr¨ªngulis de la peque?a empresa. ?Empezamos sin arriesgar mucho. Ten¨ªamos un dinero ahorrado y pensamos que si nos iba mal, no nos ¨ªbamos a complicar, pero fue todo muy fluido. El mayor reto llega ahora, cuando nos enfrentamos a producciones m¨¢s grandes?, explica Casal. Por temporada, crean ?unos mil objetos de joyer¨ªa y 500 bolsos, m¨¢s o menos?, apunta Gallardo. Toda una evoluci¨®n desde sus inicios, cuando hac¨ªan piezas ¨²nicas con restos de porcelanas antiguas comprados en mercadillos. ?Al empezar a vender vimos que necesit¨¢bamos producir nuestras propias piezas y encontramos una f¨¢brica en Portugal en la que trabajamos con un artesano que es un apasionado de la porcelana. Ahora hay un resurgir de lo artesanal, de los buenos acabados, de lo hecho a mano. Es un valor a?adido que la gente aprecia?, se?ala el dise?ador. Sus bolsos se hacen en Ubrique, apunta Casal, porque ?tienen un conocimiento artesanal heredado adaptado a la demanda actual?. A?ade, adem¨¢s, la importancia de la creaci¨®n local para vender internacional: ?Con las redes sociales estamos al mismo alcance de un cliente de Hong Kong que de uno de Madrid. Hemos cerrado muchos acuerdos de venta con tiendas a trav¨¦s de Instagram?.
RESCATAR LA T?CNICA (Y ACERTAR) ¨C Heredero de Crisp¨ªn
Creadores como Javier Aramburu, Rosal¨ªa Banet, Tito P¨¦rez Mora o Eugenio Merino tienen claro d¨®nde enmarcar sus obras: en esta tienda que Juan Carlos Fern¨¢ndez abri¨®, en 2014, en el barrio de Las Letras. Y en esa elecci¨®n coinciden tambi¨¦n instituciones, ministerios, museos y ferias como Arco. ?Comenc¨¦ a dedicarme a la enmarcaci¨®n en 2008, un poco a causa de la crisis. Soy restaurador de pintura, era algo que conoc¨ªa?, recuerda el madrile?o. Su gran idea: rescatar la t¨¦cnica de enmarcar en papel, popular en el siglo XIX. ?Fue fortuito, me lo pidieron unos amigos que son anticuarios, y a partir de ah¨ª fui buscando modalidades, formas de trabajar¡ Y ahora es lo que m¨¢s me demandan, junto a urnas de cristal y marcos ebonizados, que es una t¨¦cnica que imita al ¨¦bano?.
Para Fern¨¢ndez, poner en valor la artesan¨ªa se justifica en un hartazgo de lo masivo: ?Hay una vuelta a recuperar viejas tradiciones. Ha habido un momento en el que todo era demasiado tecnol¨®gico, de ah¨ª el regreso a lo vintage y a lo elaborado a mano?. ?Y cu¨¢l es el nexo que forja esa sensaci¨®n de nueva comunidad creativa madrile?a? ?Que todos somos de la misma generaci¨®n, tenemos edades parecidas y bebemos de las mismas fuentes. Y tambi¨¦n todos estamos en comunicaci¨®n, nos vamos aportando informaci¨®n unos a otros. En cierto modo, se ha creado un circuito en la ciudad?.
TIEMPO DE ¡®COLLAGE¡¯ ¨C Mari Qui?onero
?Todos nos venimos a Madrid porque aqu¨ª es donde est¨¢ el trabajo. Podr¨ªa hacerlo en cualquier lugar, pero aqu¨ª est¨¢n las oportunidades, las marcas, los clientes. Y, adem¨¢s, para m¨ª la ciudad es muy inspiradora. Me gusta vivir en el centro, salir a la calle, ver las tendencias. Eso me ayuda a trabajar?. Para Mari Qui?onero resulta importante ?volver a lo esencial y darle ese valor a?adido a las cosas, que tanto digital ya cansa?. En sus collages e ilustraciones el proceso siempre empieza a mano, y cree que ?hay un p¨²blico que valora ese tiempo, ese trabajo?. Esta historiadora del arte murciana trabaj¨® en marketing publicitario antes de establecerse como artista a tiempo completo: ?Durante un mont¨®n de a?os tuve vidas paralelas, y de una forma muy natural me fui profesionalizando. Cuando dedicas toda tu energ¨ªa a crear, las cosas van mejor?.
Aunque tambi¨¦n hay momentos complicados, reconoce. En esos ayuda que haya surgido una comunidad creativa dentro de la urbe: ?Siendo Madrid una ciudad tan grande, de pronto estamos ah¨ª y todos nos hemos ido conociendo a lo largo de los a?os y hacemos pi?a. Es que la vida del aut¨®nomo une mucho. Nos apoyamos entre nosotros, somos gente muy sana, no hay miedos ni envidias; nos ayudamos, y si se pueden hacer cosas bonitas entre todos, genial?. Entre sus pr¨®ximas colaboraciones anuncia la que en junio lanzar¨¢ con la firma madrile?a de bolsos Zubi: ?Voy a hacer el collage #michicaconturbante por encargo con sus tejidos estampados?.
PONER EL ARTE A SUS PIES ¨C Javier Velarde
Busca lanas en Nueva Zelanda, tiene talleres en India. El santanderino Javier Velarde reconoce que su proceso requiere mucha investigaci¨®n. ?Cuando empec¨¦ a hacer alfombras era un mundo desconocido para m¨ª, tuve que buscar proveedores y materiales, saber qu¨¦ se pod¨ªa utilizar y qu¨¦ no. Por ejemplo, la lana neozelandesa que empleo la eleg¨ª porque es tan blandita que hace que al final los colores sean lo m¨¢s parecidos posible a los de la obra en s¨ª?. Estudi¨® Bellas Artes en la Universidad Europea de Madrid, pero decidi¨® dar un giro hacia el textil a su carrera, sin perder nunca el referente del color, de la pintura: ?Yo hago cuadros, y de los cuadros salen las alfombras. Detr¨¢s de cada pieza hay un proceso de ilustraci¨®n y pintura. Al acabar la carrera me present¨¦ a convocatorias, pero expectativas y realidad no iban a la par, por eso me plante¨¦ llevar mi obra a un contexto m¨¢s utilitario?.
Sus alfombras se elaboran con las t¨¦cnicas Hand-Tufted y Hand-Knnoted. Muchas veces trabaja por encargo, dando forma a peticiones o ideas que desarrolla junto al cliente. ?La artesan¨ªa hace que asocies el trabajo con el concepto de pieza ¨²nica. En mi caso, la fabricaci¨®n es muy artesanal, y cada una adquiere el valor de pieza art¨ªstica. La producci¨®n unitaria da m¨¢s valor?, explica Velarde. Y la ciudad ayuda en el proceso creativo: ?La verdad es que Madrid tiene un contexto que favorece a la creaci¨®n, te anima a empezar un proyecto, sobre todo en el ¨¢mbito del arte, la artesan¨ªa o el dise?o?. Ese movimiento propicia las colaboraciones, como la colecci¨®n c¨¢psula que realiz¨® con Oxymoron Shoes o la instalaci¨®n que hizo para uno de los desfiles de Davidelfin.
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