Renee Zellweger responde con una carta a las cr¨ªticas sobre su f¨ªsico
¡°Tengo suerte. Es una bendici¨®n elegir una vida art¨ªstica y tener un trabajo que a veces te permite cambiar las cosas. Merece la pena pagar el precio en tu vida p¨²blica.
Aunque, en ocasiones, implica resignarse a la humillaci¨®n y, otras veces, entender cu¨¢ndo los silencios perpet¨²an un problema mayor¡°, as¨ª comienza Renee Zellweger la carta escrita en el Huffington Post haciendo referencia a cuando todo el mundo? juzg¨® su f¨ªsico.
Fue en octubre de 2014, cuando los tabloides sensacionalistas publicaban noticias sobre su operaci¨®n de cirug¨ªa est¨¦tica. ¡°No es que le importe a nadie, pero decid¨ª alterar mi cara y someterme a cirug¨ªa en los ojos. Este hecho no es relevante para nadie, pero la mera posibilidad fuera discutida por los periodistas serios y se convirtiera en tema de conversaci¨®n generalizada es una desconcertante ilustraci¨®n de la confusi¨®n entre noticias/entretenimiento y la fijaci¨®n social por lo f¨ªsico¡°.
Entonces, Renee no respondi¨® a las cr¨ªticas recibidas, ahora s¨ª: ¡°No creo que haya ninguna dignidad en dar explicaciones a quienes comercian con esc¨¢ndalos inventados o en buscar la aprobaci¨®n de aquellos que hacen de re¨ªrse de los dem¨¢s un deporte¡±, dice tajante en la carta.
Una foto publicada por Ren¨¦e Zellweger FC (@reneezellweger_fc) el
La actriz habla muy claro en la publicaci¨®n sobre c¨®mo la sociedad, y sobre todo los medios sensacionalistas, juzgan a las personas: ¡°No es un secreto que hist¨®ricamente el valor de una mujer se ha medido por su apariencia (¡) ?Demasiado delgada, demasiado gorda, se le ve mayor, mejor como morena, muslos con celulitis, escandaloso lifting, qued¨¢ndose calva, barrigona o hinchada? Zapatos feos, pies feos, sonrisa fea, manos feas, vestido feo, risa fea; material de titulares que enfatiza las variables que pretenden determinar el valor de una persona y servir de par¨¢metros en, cuyo estrecho margen, cada uno de nosotros debemos entrar para ser considerados socialmente aceptables y profesionalmente valiosos, y para evitar un doloroso rid¨ªculo¡±.
Para terminar, Renne invita a todos a la reflexi¨®n: ?Y si las insulsas historias sensacionalistas, los juicios y malentendidos quedaran confinadas en el tarro de entretenimiento vulgar y se sustituyeran en los medios de masas por conversaciones mucho m¨¢s importantes y necesarias?
Puedes leer la carta completa en The Huffington Post
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