Rossy de Palma solo hay una
Repite como chica Almod¨®var, ha sido jurado del ¨²ltimo festival de Cannes y triunfa en televisi¨®n con la serie ¡®Anclados¡¯. Esta actriz de raza siempre tiene algo que contar.
Puede que nunca hubiera desaparecido del todo, pero jam¨¢s se la ha visto tanto como ahora. Rossy de Palma (Mallorca, 1964) vive uno de sus mejores momentos. Solicitada por la moda como rotundo icono de estilo, d¨¦cadas despu¨¦s de haber sido musa de Gaultier y Mugler, la actriz tambi¨¦n tiene entre manos una serie televisiva de gran ¨¦xito (Anclados, en Telecinco) y un espect¨¢culo teatral (Resilienza d¡¯amore, estrenado en el Piccolo Teatro de Mil¨¢n y que este oto?o representar¨¢ en Madrid). Y, sobre todo, uno de los papeles principales en Silencio, lo nuevo de Pedro Almod¨®var, que termina de rodar este mes con Emma Su¨¢rez y Adriana Ugarte. Con la pel¨ªcula, De Palma se reencuentra con el cineasta manchego 20 a?os despu¨¦s de La flor de mi secreto (sin contar el cameo que le ofreci¨® en Los abrazos rotos). Rossy nos recibe en Par¨ªs para hacer balance con su desparpajo habitual, pero tambi¨¦n nos obsequia con alg¨²n momento de inesperada introspecci¨®n.
?Le ha sorprendido el ¨¦xito de ¡®Anclados¡¯?
Me confirma que la risa es una necesidad. Por eso triunfa, aunque tambi¨¦n tenga sus detractores. Se trata de un humor corrosivo que no convence a todo el mundo. Yo siempre digo que hay que tom¨¢rsela como si fuera un c¨®mic, como si fuera 13, Rue del Percebe. La serie cumple un cometido: permite que la gente se relaje un poco. Y que se r¨ªa, que siempre es la funci¨®n principal de toda comedia.
?Le da m¨¢s satisfacci¨®n hacer re¨ªr que llorar?
Las dos cosas me satisfacen, pero la comedia es un g¨¦nero en el que siempre me he sentido muy c¨®moda. Eso no quita que me guste participar en proyectos que no lo son, como Silencio. Mi personaje ser¨¢ austero e incluso antip¨¢tico. Interpreto a una mujer gallega, una paisana como tantas otras, en dos ¨¦pocas distintas, lo que implica una metamorfosis, que es algo que me encanta. Hemos rodado en las R¨ªas Altas gallegas, en la costa de Huelva y en el Pirineo aragon¨¦s. Ha sido precioso.
?C¨®mo vivi¨® que Almod¨®var le volviera a proponer un papel importante despu¨¦s de casi 20 a?os de espera?
Siempre he estado encantada de trabajar con ¨¦l, pero nunca le he insistido, incluso cuando me mor¨ªa de ganas. Prefiero que sea un deseo que nazca de ¨¦l, de su propia escritura. La verdad es que nuestros reencuentros, incluso al margen del cine, siempre han sido muy felices. No ha habido desamor en nuestra relaci¨®n, ni siquiera cuando no me llamaba.
La actriz lleva quimono de Yohji Yamamoto, vestido en la cabeza de Adolfo Dom¨ªnguez, collar Mosaique Delilah de Boucheron, medias de rejilla de Falke y zapatos de Ala?a.
Satoshi Saikusa
?Almod¨®var puede ser t¨®xico, pero es una droga maravillosa?, ha dicho Antonio Banderas. ?Lo comparte?
Yo no lo veo t¨®xico. Supongo que Antonio ha tenido m¨¢s presi¨®n que yo, sobre todo en La piel que habito. En realidad, Pedro es un hombre muy festivo. Incluso en sus proyectos dram¨¢ticos siempre hay momentos de broma. Tal vez sea porque siempre he hecho secundarios, nunca me ha peinado a contrapelo.
Cuando empez¨® a trabajar con ¨¦l, su cine molestaba¡
Nunca he entendido qu¨¦ pudo molestar, cuando todo lo que ha hecho Pedro es convertirnos en seres m¨¢s libres. Cada d¨ªa, en cualquier rinc¨®n del mundo, me cruzo con espectadores que me dan las gracias por su cine. A veces son personas que crecieron en reg¨ªmenes donde la homosexualidad no pod¨ªa ser manifestada. Las pel¨ªculas de Pedro les permitieron respirar. Sus personajes desprenden libertad y una especie de alegr¨ªa natural. Por muchas vicisitudes y obst¨¢culos que les ponga la vida, ellos siempre se apa?an. Le quitan hierro al asunto, recogen los pedazos rotos y se recomponen. En su cine siempre hay esperanza.
Cuando se estrene ¡®Silencio¡¯ se cumplir¨¢n 30 a?os de su primera colaboraci¨®n en ¡®La ley del deseo¡¯. ?C¨®mo ha cambiado como actriz en estas tres d¨¦cadas?
En lo personal he ganado en serenidad, porque con la edad el conflicto contigo misma suele disminuir, pero no creo haber cambiado como actriz. Mi manera de interpretar sigue siendo la misma. No soy una actriz de m¨¦todo ni de estrategia. Mi modo de trabajar consiste en olvidarme de m¨ª misma, en desaparecer y dejar que el personaje me posea. Soy una mujer cerebral y racional en todo menos en lo art¨ªstico. En el cine me libro a mi instinto, a lo que surja y suceda, casi como si me lanzara al vac¨ªo.
Rossy viste chaqueta y falda de Sybilla, tocado de Mariana Barturen y anillos de Gucci.
Satoshi Saikusa
Tras su ¨¦xito en los ochenta decidi¨® marcharse al extranjero. ?Por qu¨¦ lo hizo?
Cuando era peque?a, mi padre siempre me soltaba una expresi¨®n asturiana: ?Hija, t¨² eres mundial?. Y yo me lo cre¨ª¡ Me instal¨¦ en Francia a causa de las ofertas en la moda, que llegaron antes que las del cine. Dir¨ªa que, intelectualmente, Francia me ha aportado much¨ªsimo. Con total sinceridad, me permiti¨® evolucionar m¨¢s deprisa que en Espa?a. He podido acceder a un conocimiento y a una formaci¨®n que en este pa¨ªs existen, pero tal vez est¨¢n menos al alcance. En Francia tendr¨¢n muchos problemas, pero el an¨¢lisis intelectual no es uno de ellos. El nivel es muy alto.
Ha dicho varias veces que el arte le apasion¨® desde peque?a. ?Qu¨¦ le aportaba?
La poes¨ªa y el dada¨ªsmo fueron mis primeros amores. Para m¨ª, el arte ha sido una terapia bestial. Es algo que te ayuda a vivir mejor, a entender nuestra naturaleza, a colocar interrogantes en lo que no se puede entender o definir, e incluso a reponerse del dolor. Aunque, entre la pena y la nada, yo sigo prefiriendo la pena, como dec¨ªa Faulkner. A m¨ª, la nada no me pone nada [risas].
?Se conocen suficientemente todas sus facetas? ?La ha exprimido el cine tanto como hubiera debido?
Es algo que me suelen decir a menudo. A veces, es cierto, mi imagen se ha visto un poco reducida. He rodado pel¨ªculas que no han llegado donde exploraba facetas distintas. Pero no me quiero quejar ni hacer autocampa?a. Se ha dado lo que se ha dado¡
La actriz luce ¡®top¡¯ de Herm¨¨s, guantes de Lanvin, corona de Benoit Missolin Paris y anillos de Cartier y Messika.
Satoshi Saikusa
?Qu¨¦ tal en el Festival de Cannes, donde el mes pasado ejerci¨® de jurado de la secci¨®n oficial?
Fue una experiencia maravillosa. Cuando volv¨ª a mi casa me entr¨® el baj¨®n. La realidad era mucho m¨¢s dura [risas]. Nos seguimos mandando mensajes con los hermanos Coen y el resto del jurado, porque nos echamos de menos. En nuestra primera cena, les regal¨¦ unos abanicos personalizados de Olivier Bruno. Tambi¨¦n disfrut¨¦ al vestir a algunos de mis dise?adores fetiche en la alfombra roja, como Juanjo Oliva, Nicolas Vaudelet o Sybilla.
En una entrevista reciente asegur¨® haber rechazado pel¨ªculas que pretend¨ªan usar su apariencia ?de manera despectiva?. ?A qu¨¦ se refer¨ªa?
Me ha pasado alguna vez, pero no voy a dar nombres. Cuando veo que un papel tiene connotaciones despreciativas, no lo hago. Necesito sentir una comuni¨®n con el director. Y para eso aspiro a que haya cari?o y una mirada benefactora.
?Qu¨¦ relaci¨®n mantiene con su aspecto? ?Ha habido momentos en su vida en los que se ha gustado menos que ahora?
Hay cosas que me gustan de mi f¨ªsico y otras que no, como le sucede a todo el mundo. Es un poco cansino¡ De peque?a me dec¨ªa que cuando saliera del colegio me quitar¨ªa de encima a los necios que me criticaban. Pero los necios siguen estando por todos lados¡ [risas]. En el fondo, nunca salimos del colegio. En todo caso, me han dicho m¨¢s cosas bonitas que feas en la vida. Soy una persona afortunada. Estoy viva, estoy sana y me gano la vida con lo que me gusta. El resto es secundario.
Rossy lleva vestido de Adolfo Dom¨ªnguez, corona de Benoit Missolin Paris, pendientes propios y zapatos de Ala?a.
Satoshi Saikusa
Se ha relacionado hasta la saciedad su rostro con la obra picassiana. ?Le gusta o le molesta?
Antes no me reconoc¨ªa en Picasso, pero ahora s¨ª me sucede alguna vez. Es una cuesti¨®n de asimetr¨ªa. Tengo un ojo de cada color y las pupilas de tama?os distintos. Para ir hasta el fondo, supongo que tuve una par¨¢lisis facial en alguna fase embrionaria¡ Si hubiera tenido unas orejas enormes me las habr¨ªa operado, pero tener la nariz pronunciada nunca me molest¨®. Me fastidiaba la reacci¨®n de los dem¨¢s, pero nada m¨¢s. Es el ADN de la familia de mi madre, que son navarros y tienen narices imponentes. Recuerdo que, siendo joven, fui una vez a Bilbao. Mi nariz pasaba casi desapercibida¡ [risas].
Ha protagonizado una campa?a para unos grandes almacenes argentinos junto a Carmen Dell¡¯Orefice, modelo de 83 a?os. La moda se toma cada vez m¨¢s en serio la reivindicaci¨®n de las bellezas distintas y olvida la edad. ?Le parece oportuno u oportunista?
Eso ya lo hac¨ªa Gaultier en su d¨ªa¡ Si ahora es tendencia es solo porque se ha entendido que era necesario abrir mercado. Si solo comprara la gente perfecta con cintura de avispa, la mayor¨ªa de negocios lo tendr¨ªa fatal. En realidad, la belleza est¨¢ por todas partes. Una mujer como Iris Apfel a m¨ª me parece bell¨ªsima. Todo depende de la campa?a que hagan las firmas, pero en general me parece bien esta apertura. Me gusta ver a personas diferentes y peculiares. No se puede estigmatizar a nadie, crear guetos o hacer que una persona se sienta mal consigo misma. En el fondo, lo m¨¢s importante es la humanidad.
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