12 gestos f¨¢ciles para una rutina de moda y belleza m¨¢s sostenible
Si hemos sido capaces de democratizar ambas industrias, tambi¨¦n podremos lograrlo con la sostenibilidad. Imaginar otra forma de vivir (y sobre todo, ponerla en pr¨¢ctica) es posible.
Con el discurso de Greta Thunberg (Suecia, 2003) arraigado en la conciencia colectiva y el movimiento internacional Fridays for Future llamando a la acci¨®n, nadie puede negar el lugar, tan crucial, que la crisis clim¨¢tica ocupa en la agenda p¨²blica y pol¨ªtica. Pero que esta conversaci¨®n se traduzca en un cambio real depende en gran medida de los esfuerzos de la sociedad civil. De poco sirve reconocer el calentamiento global o corear ¡°no hay planeta b¡± si luego no abrazamos la sostenibilidad. Tenemos el poder de cambiar el mundo a trav¨¦s del consumo y, sin embargo, son pocas las personas que trabajan diariamente por reducir la huella ecol¨®gica de sus h¨¢bitos. No hace falta que seamos Wallace Smith Broecker, basta con verdear el espacio que ocupamos. Estos doce gestos de belleza y moda son un buen comienzo.
1. Elegir art¨ªculos de higiene y cosm¨¦tica sin envasado ni embalaje. Una manera de recortar el n¨²mero de residuos que generamos con nuestro ritual de belleza es apostar por productos libres de empaque. Por desgracia, no siempre es viable. En tales casos, los frascos de vidrio reutilizables y biodegradables, con tapas de madera FSC o de bamb¨² y correctamente certificados son la alternativa m¨¢s responsable. Sin embargo, lo primero que hemos de hacer para comprar con conciencia es consultar la etiqueta en busca de los sellos ¨Ccomo Ecocert o Cosmos Organic, Eco-Friendly PE o HDPE PCR¨C que garantizan el respeto al medioambiente durante las distintas etapas del proceso, desde la elaboraci¨®n hasta la venta.
Ver¨®nica Garc¨ªa, qu¨ªmica anal¨ªtica por la UPV y doctora en tecnolog¨ªa medioambiental por la universidad de Oulu (en Finlandia), cre¨® Terai en 2015 comulgando con esta filosof¨ªa. ¡°Estamos continuamente investigando para mejorar nuestro compromiso con la sostenibilidad¡±, explica a S Moda. Su cosm¨¦tica, alejada del modelo de producci¨®n industrial, es de autora y 100% artesanal. ¡°Utilizamos ingredientes vegetales, cuya extracci¨®n y posterior uso mira por el entorno. Adem¨¢s, nos decantamos por un packaging primario [prescinden del secundario] que dura en el tiempo y se puede recargar¡±.
2. Cambiar el gel y el champ¨² l¨ªquidos por un jab¨®n s¨®lido. Este segundo apartado es una prolongaci¨®n del anterior, y Lush es toda una eminencia en Naked Innovation (l¨ªneas de producto sin recipientes ni envoltorios innecesarios). Fue Mo Constantine, cofundadora de la compa?¨ªa, la que populariz¨® esta f¨®rmula en 1987. ¡°Una pastilla equivale a tres botellas de 250 mililitros y dura entre 80 y 100 lavados¡±, detalla Gloria Pav¨ªa, directora de comunicaci¨®n de la firma en Espa?a. ¡°Para que te des cuenta del impacto en cifras: en los ¨²ltimos 14 a?os hemos vendido 41,3 millones de champ¨²s compactos, lo que supone haber dejado de fabricar 124 millones de envases. Es decir, hemos ahorrado al planeta 3100 toneladas de pl¨¢stico¡±.
Para quienes se muestran esc¨¦pticos a esta propuesta y la consideran poco higi¨¦nica, Mark Constantine ¨Cotro de los precursores de Lush¨C tiene unas palabras: ¡°El jab¨®n s¨®lido no necesita conservantes y, en las peores condiciones de humedad, retiene su aroma. Su naturaleza alcalina combate las bacterias, las levaduras y los hongos. Satisface tus necesidades y, cuando se acaba, no te deja con una bote vac¨ªo, un dispensador y un muelle imposibles de reciclar¡±. Pero si su razonamiento no te convence, saber que en 2050 habr¨¢ m¨¢s pl¨¢sticos que peces en el oc¨¦ano, seg¨²n un informe presentado en el Foro Econ¨®mico Mundial celebrado en Davos (Suiza), deber¨ªa ser argumento suficiente para tomar la decisi¨®n.
3. Ducharse en vez de ba?arse, cerrando el grifo entre aplicaciones. Mientras las Naciones Unidas y la Unesco alertan de que miles de millones de personas viven en zonas con problemas de suministro de agua, sufriendo de sed y malas condiciones de higiene, el resto la usa cada vez m¨¢s: desde 1950 su consumo se ha duplicado y en 2030 habr¨¢ vuelto a multiplicarse por dos. Ante este pron¨®stico, solo nos queda aprender a hacer un uso responsable de este recurso, empezando por frenar su desperdicio durante el aseo.
?4. Renovar el kit de higiene dental. Basta con adquirir un dent¨ªfrico s¨®lido y un cepillo de dientes con el mango de bamb¨² moso y hebras de Nylon-6 Dupont. ¡°Los modelos enteramente de pl¨¢stico pueden tardar en desintegrarse entre 75 y 400 a?os¡±, apunta Antonio Rela?o Pastor (Marmolejo, 1990), impulsor y CEO de Brushboo, que promueve un estilo de vida org¨¢nico a trav¨¦s de la salud bucal. ¡°Queremos que las personas tomen conciencia de lo mucho que puede da?ar el planeta un acto tan ordinario como lavarse los dientes¡±.
?5. Pasarse a la copa menstrual. Este artilugio con forma de embudo, que se inserta en la vagina durante el per¨ªodo, ha sido una de las grandes revelaciones de los ¨²ltimos a?os. Pese a la sensaci¨®n de novedad que lo acompa?a, la primera patente ya naci¨® en el siglo XX. El modelo que actualmente distribuyen empresas como Cyclo es de silicona m¨¦dica, un material suave y flexible que no irrita ni causa alergias. ¡°Puede durar una d¨¦cada. Teniendo en cuenta que menstruamos de media cuarenta a?os, tendr¨ªamos suficiente con cuatro copas para toda nuestra vida f¨¦rtil. Si esto lo traducimos a compresas y tampones desechables, la suma asciende a unos 12000 y tiene un alt¨ªsimo coste medioambiental¡±, expone la ide¨®loga de la marca, Paloma Alma S¨¢nchez.
El deseo de compartir lo que hab¨ªa descubierto sobre ¡°el ciclo¡± despu¨¦s de a?os de sufrimiento f¨ªsico y emocional llevaron a esta espa?ola a emprender un proyecto de educaci¨®n menstrual que comercializa productos respetuosos con el ecosistema y con la salud sexual de las mujeres. Aqu¨ª a?adimos las bragas espec¨ªficas para la regla y las compresas de tela. Estas ¨²ltimas, al ser de algod¨®n ecol¨®gico, son agradables para la vulva. ¡°No pican, son transpirables y muy efectivas. Tampoco traspasan ni abultan. Adem¨¢s, tras su uso, las puedes enjuagar en fr¨ªo y meter a la lavadora. No es tan tedioso como la gente se imagina y pueden durar varias primaveras¡±, a?ade.
?6. Reemplazar los discos tradicionales por muselinas, toallitas o discos reutilizables. Empleamos al menos uno en cada limpieza facial y el n¨²mero se dispara cuando nos desmaquillamos. Siguiendo la estela de las coreanas, la soluci¨®n definitiva es aplicar el gel, el t¨®nico y la hidratante con los dedos. Otra opci¨®n para retirar los restos de suciedad es recurrir a dise?os lavables como los de Sinpl¨¢stico. ¡°Son 100% algod¨®n, fomentan la econom¨ªa local y apoyan el emprendimiento femenino gracias a nuestro taller de inserci¨®n¡±, expone Marion De La Porte, copromotora junto a su compa?ero Javier Barrios.
7. Decantarse por una maquinilla de acero inoxidable. Se repite la m¨¢xima de huir de la obsolescencia programada y abrazar, como anta?o, los ¨²tiles imperecederos. ¡°Este tipo de maquinilla dura toda la vida frente a las de usar y tirar. Suponen, adem¨¢s, un ahorro econ¨®mico considerable¡±, arguye Mar¨ªa Arias, propietaria de Unpacked Shop (Calle de Narv¨¢ez, 28), el primer supermercado sin pl¨¢sticos de Madrid. En este espacio la compra se efect¨²a a granel, y sus principales verticales son la alimentaci¨®n y el cuidado personal.
8. Confiar el bienestar de tu melena a un cepillo eco. La plataforma Cero Residuo importa el movimiento internacional Zero Waste (consistente en generar la m¨ªnima basura posible) al que se adhieren los negocios aqu¨ª citados. ¡°Promueve las 5 erres: rechazar, reducir, reutilizar, reciclar y compostar (rot en ingl¨¦s)¡±, introduce B¨¤rbara Lacroix Carbonell, al frente de la iniciativa. ¡°Los peines y cepillos de materiales naturales tienen muchas ventajas aparte de ser perennes y de residuo cero. Son m¨¢s amables con el cuero cabelludo, no generan electricidad est¨¢tica y reparten la grasa capilar (y por tanto, el brillo). El masaje que procuran las cerdas estimula la circulaci¨®n sangu¨ªnea, ayudando a la renovaci¨®n de los nutrientes desde la ra¨ªz, favoreciendo el crecimiento del pelo y eliminando las c¨¦lulas muertas¡±, remata.
9. Llevar contigo una bolsa de tela. Complementando o sustituyendo al bolso, la cuesti¨®n es tener siempre una a mano para eludir la tentaci¨®n de pedir una bolsa de pl¨¢stico al comprar en el s¨²per, la librer¨ªa u otro establecimiento. Correctamente doblada, no pesa y apenas ocupa espacio. En Avoid Waste tienen varios modelos unisex, de algod¨®n org¨¢nico y con mensajes grabados. ¡°No es solo para hipsters y eco¡¯s¡±, defienden desde la web. ¡°Es para todos¡±.
10. Dar una segunda vida a la ropa, tanto la que cuelga de tu armario como la que queda en stock. Esto se consigue a trav¨¦s del upcycling ¨Cneologismo que combina el reciclaje (recycling) con la mejora de lo existente (up)¨C y resulta inaplazable para hacer de la moda un oficio sostenible. Mariola Marcet Rodr¨ªguez lo trajo a Espa?a hace dos a?os con su proyecto Upcyclick. ¡°Surgi¨® en noviembre de 2016 a partir de ¡®De armario a armario¡¯, una pop up de intercambio de ropa que ten¨ªa en marcha para dar salida a lo que no nos ponemos y eliminar el estigma de la segunda mano¡±, rememora. ¡°Adem¨¢s de alargar la vida de las prendas, reivindicamos el trabajo de las costureras, dise?adoras y sastres de nuestro pa¨ªs (a las que llamamos Fashion Makers) para fomentar un consumo de cercan¨ªa que, aparte de ser m¨¢s personal, minimiza la contaminaci¨®n¡±.
La din¨¢mica es sencilla: por un lado, la gente puede customizar sus prendas con la ayuda de una fashion maker y, por otro, comprarlas ya actualizadas en la tienda online. ¡°Recopilamos retales, pasamaner¨ªa y dem¨¢s detalles relegados al olvido para darles un nuevo aire a las piezas, pudiendo llevar las tendencias a un precio asequible y sin repercusi¨®n para el h¨¢bitat¡±, sintetiza la valenciana. ¡°Se necesitan 7000 litros de agua para confeccionar unos vaqueros, que es lo que bebe una persona durante 10 a?os. Este tipo de comparaciones te abren los ojos¡±. Precisamente por eso, reflejan en cada etiqueta el ahorro que supone haber reinventado una camiseta, traje o vestido en vez de confeccionarlo de cero.
11. Apostar por el trabajo artesanal. ¡°Menos cantidad y m¨¢s calidad¡± y ¡°vuelta a los or¨ªgenes¡± son dos m¨¢ximas que repiten los talleres y comercios consagrados a la artesan¨ªa. En Cocol puedes encontrar accesorios hechos a mano, como las famosas boinas de lana merino de Elosegui o las cestas de esparto que urden con mimo en Andaluc¨ªa. Otro ejemplo son los bolsos de La Portegna, concebidos en Ubrique. Las alpargatas de Ball Pag¨¨s, los pendientes de Pedrusco o la lencer¨ªa de Baelle abanderan el talento espa?ol a trav¨¦s del maridaje entre tradici¨®n y vanguardia.
12. Disfrutar de la moda mediante suscripci¨®n. S¨ª, lo mismo que haces para escuchar m¨²sica (Spotify) o ver contenido audiovisual (Netflix). No es otra cosa que el alquiler de ropa. Con el Fashion Sharing pagas una cuota mensual y recibes una caja con prendas, en su mayor¨ªa ecol¨®gicas. Este nuevo nicho se dirige a las generaciones Z e Y, en constante b¨²squeda de etiquetas con un discurso socialmente responsable. Ecodicta respalda este fen¨®meno.
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