?Se est¨¢ quedando vieja la moda vintage?
La subida de precios y la escasez de existencias frenan el boom de la ropa antigua. Investigamos hacia d¨®nde va la tendencia
Comprar vintage ya no es lo que era.? En mercadillos, tiendas de segunda mano y webs especializadas abundan estropicios recientes o grandes ¨¦xitos de los noventa que muchos todav¨ªa guardan en casa. Cualquier prenda medianamente interesante cuesta cara. Mucho m¨¢s que antes. "He vendido un vestido de Lagerfeld de los ochenta que hace tiempo encontr¨¦ sobre una manta en Saint-Denis por diez veces su precio original", comenta Ester Rold¨¢n, consumidora frecuente de moda antigua.
El hallazgo de vestidos a?os treinta en el Rastro, o gabardinas sesentonas sin usar en establecimientos de barrio son ya historias de abuelo cebolleta con las que algunos nos empe?amos en aburrir. Y en el sector preocupa que las nuevas generaciones de ropa vieja, confeccionadas por cadenas de moda pronta, no aguanten el peso de los a?os tan bien como las anteriores.?
Es evidente que el tiempo pasa inexorablemente y las modas mueren de ¨¦xito, pero adem¨¢s hay una serie de factores que han cambiado el mercado.
Kate Moss y Jamie Hince rebuscan en una tienda vintage
Cordon Press
Una de las razones principales es que? el aumento de la demanda ha provocado un encarecimiento de las existencias. Personas que ni se planteaban comprar segunda mano perdieron reparos tras ver que el vintage se lleva hasta a los Oscars.? Al mismo tiempo destinos muy visitados como Londres y Par¨ªs se han vuelto prohibitivos. El sector es reacio a compartir informaci¨®n sobre la procedencia del material, pero los profesionales buscan gangas en Estados Unidos, algunas ciudades europeas que prefieren mantener en secreto o mercadillos de Buenos Aires o M¨¦xico DF. Existe una oferta filtrada en ciudades como Toronto (donde compran Topshop y Urban Outfitters), pero la subida de los gastos de transporte, los cambios desventajosos de divisas y las tasas de las aduanas encarecen lo que podr¨ªa ser una compra asequible.
Adem¨¢s, hay cada vez m¨¢s amateurs dedicados a la compra-venta minoritaria.? Antes visitabas el desv¨¢n de tu abuela y te quedabas con lo que ten¨ªa valor sentimental. Hoy te tentar¨¢ sacar beneficios vendi¨¦ndolo en ebay. Es una visi¨®n que comparte Charlotta Lind, de Lotta, una tienda en Madrid especializada en moda de los? a?os 50 a los 70: ¡°Es cierto que los precios se han disparado. No es mi caso porque mis proveedores fijos son los mismos desde hace tiempo. Tengo una relaci¨®n estupenda con ellos y no me suben los precios sin raz¨®n. Ahora bien, personas que puntualmente se dedican a vender una herencia o simplemente listos que han encontrado un chollo piden cantidades desorbitadas¡±?
Para esta veterana con veinte a?os de experiencia, es normal que las d¨¦cadas m¨¢s tempranas y populares empiecen a faltar: ¡°Cu¨¢nto m¨¢s antigua sea la prenda, m¨¢s dif¨ªcil es encontrarla. Las de los a?os 60 empiezan a escasear pero todav¨ªa se consiguen buenas piezas de los 70¡±?
Lily Allen en el festival vintage Goodwood
Gtres
A todo lo anterior se une que los dise?adores saben que actualmente la nostalgia reconforta y vende. Quien m¨¢s y quien menos se lanza a resucitar prendas pret¨¦ritas. Desde Miuccia Prada a las hermanas Cruz, pasando por los ojeadores de Inditex, cualquiera que prepare una colecci¨®n visita a un marchante de vintage para inspirarse. Algunos profesionales dedican el 90% de su negocio a proporcionar material a dise?adores. La propietaria de una tienda confiesa que hay equipos de dise?o que se pasan horas mirando el archivo de su web y que ha pillado a una empleada de una cadena fotografiando prendas en el probador.
Los hay que van m¨¢s lejos y replican dise?os pasados. Sus precios similares e incluso m¨¢s bajos, el buen estado de los art¨ªculos y la abundancia de tallas les dan ventaja comercial. Un ejemplo es The Vintage Wedding Dress Company, un establecimiento londinense que se dedicaba exclusivamente? a vender vestidos de novia antiguos y ha ampliado el negocio la reproducci¨®n de dise?os nupciales de d¨¦cadas pasadas.
Para Bernardo Corach¨¢n, de la madrile?a Corach¨¢n y Delgado, parte del problema es que se ha abusado del t¨¦rmino vintage: ¡°Hay mucha confusi¨®n, sobre todo con la segunda mano monda y lironda. Los precios est¨¢n m¨¢s o menos igual. Para nosotros el vintage siempre es algo especial¡± remarca ¡°Algo de los 90 puede serlo y en cambio algo de los 60, no. Todo el mundo que tiene ropa en casa cree que tiene joyas vintage ya solo por el hecho de que sean de otras ¨¦pocas y no es as¨ª.¡±
?C¨®mo reinventarse para mantenerse en la brecha? Algunos comerciantes apuestan por un enfoque diferente y depurado. Es el caso de Sophie Merchant, propietaria de Merchant Archive, una boutique londinense frecuentada por Kate Moss que combina? material contempor¨¢neos y? antiguo. ¡° Me gusta especialmente el periodo que va de 1910 a 1920, cuando las mujeres empezaban a descubrirse. Es un periodo muy elegante antes del relumbr¨®n de los a?os veinte. Tambi¨¦n encuentro muy ponibles las chaquetas y las telas hechas de 1860 a 1880.? De 400 prendas que veo, compro cuatro para la tienda. Para hacerse una idea de lo poco com¨²n de mi g¨¦nero. Supongo que eso es lo que hace de Merchant Archive un buen sitio para comprar: buscamos la ropa, la escogemos y la mostramos en un ambiente de lujo y con marcas que la complementan. As¨ª es como actualizamos el vintage
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