Si eres una ¡®talla grande¡¯ no te visto ni en los Oscar
La actriz Melissa McCarthy vio como le rechazaban hasta seis dise?adores de alto nivel para vestirla en la ceremonia de 2012. Ahora contraataca y lanza su propia l¨ªnea de ropa.
?Qu¨¦ firma no so?ar¨ªa con la exposici¨®n medi¨¢tica que supone vestir a una nominada al Oscar? Aunque parezca que la pregunta se pueda responder por s¨ª misma, en Hollywood la l¨®gica brilla por su ausencia. Mejor asegurarse que Angelina Jolie se enfunde un Atelier Versace y su imagen d¨¦ la vuelta al mundo con su pierna al aire, que tener que vestir a una firme candidata a hacerse con la estatuilla algo menos agraciada y sin el tir¨¢nico 90-60-90 por bandera. No lo decimos nosotros, lo dice Melissa McCarthy, una de las insignias de la comedia americana y firme candidata a subir al podio de c¨®micas contempor¨¢neas junto a Tina Fey y Amy Poehler.?
"Hace dos Oscar, no pude encontrar a nadie que me hiciese un vestido. Pregunt¨¦ a cinco o seis dise?adores ¨Ctodos de alto nivel¨C y todos me dijeron que no", ha desvelado la actriz en el ¨²ltimo n¨²mero de la revista Redbook. El via crucis que pas¨® para conseguir un vestido en la ceremonia de 2012 es digno de an¨¢lisis. Ese a?o, McCarthy estaba nominada como mejor actriz secundaria por La boda de mi mejor amiga. Era su a?o. Hab¨ªa estado nominada al Bafta por la misma pel¨ªcula y ven¨ªa de ser doblemente nominada en los Emmy por su participaci¨®n (memorable) en un Saturday Night Live y por Mike & Molly, la serie con la que ya sali¨® triunfadora en 2011. Al final acudi¨® vestida por una firma especializada en tallas grandes, con un modelo vaporoso y en tono maquillaje de Marina Rinaldi. La cosa no qued¨® ah¨ª, tras la ceremonia del a?o pasado, en la web del Boston Globe compararon a la actriz con un elefante, aprovechando que su vestido era de color gris.
McCarthy, en los Oscar de 2012, de 2013 y en los Globos de Oro de este a?o.
Getty
?Por qu¨¦ no vestir a la mujer que, en palabras del New York Magazine, es la estrella n¨²mero 1 de Hollywood? McCarthy es la nueva jefa de la taquilla. Sus ¨²ltimas cinco pel¨ªculas han recaudado 650 millones de d¨®lares (unos 480 millones de euros) solo en Estados Unidos y ha sido portada de la edici¨®n estadounidense de Elle. Adem¨¢s, su pr¨®xima pel¨ªcula, Tammy, dirigida por su pareja Ben Falcone y coescrita con ¨¦l, promete ser uno de los t¨ªtulos del verano. "?No hubiese sido una jugada brillante ver c¨®mo Karl Lagerfeld vest¨ªa a una despampante Melissa? ?No hubiese sido una declaraci¨®n de intenciones espectacular en su momento?", lamentaba hace unos d¨ªas en el Daily Beast Cameron Silver, el estilista de McCarthy en la ceremonia que nadie quiso vestirla. Seguro que m¨¢s de uno de esos "dise?adores de alto nivel" se est¨¢ tirando de los pelos ahora mismo.
Frente a la negatividad, McCarthy ha decidido ponerse en acci¨®n. Hace unos d¨ªas, declar¨® a la revista Elle que lanzar¨¢ su propia l¨ªnea de ropa para tallas grandes para que las mujeres "se sientan bien consigo mismas". La marca se llamar¨¢ Pearl y estar¨¢ firmada a medias por sus creaciones y las de la estilista Daniella Pearl, con la que ya trabaj¨® en el vestido que luci¨® en la ceremonia de los Emmy en 2011. No tiene falta de experiencia. Tal y como declar¨® a la revista US Weekly en 2011, McCarthy estudi¨® dise?o de moda en su juventud porque "sab¨ªa que acabar¨ªa dise?ando ropa".
La protagonista de Cuerpos Especiales no es la ¨²nica que sufre el 'bullying' de la moda. Christina Hendricks, la impecable Joan de Mad Men, tambi¨¦n ha tenido m¨¢s de una amarga experiencia con los dise?adores a la hora de afrontar una alfombra roja. Hace cuatro a?os, Hendricks desvel¨® a Glamour su frustraci¨®n en este ¨¢mbito. "Todo se vuelve dif¨ªcil cuando llega la temporada de premios, necesito encontrar un vestido y solo hay disponible de la talla cero a la talla dos. Entonces es especialmente molesto ver a todos estos dise?adores dici¨¦ndote: 'Nos encanta Mad Men, nos encantas, pero no te haremos un vestido".
Asumiendo este doble est¨¢ndar de la industria, algunas plataformas ya est¨¢n comenzando a alzar su voz en favor de las curvas. El pasado 25 de mayo, la cineasta y activista Lindsey Averill consigui¨® recaudar en Kickstarter los 44.000 d¨®lares necesarios para la producci¨®n de su documental Fattitude, un film que se eregir¨¢ como f¨¦rrea defensa de las tallas grandes. "Estamos cansadas de la falta de diversidad en la cultura pop de cuerpos m¨¢s grandes", explican en su trailer. El film, que se estrenar¨¢ en 2015, "expondr¨¢ c¨®mo el odio hacia la gordura ha calado en la cultura popular, divulgando el mensaje de que 'estar gordo' es malo y demostrando que ser cruel, poco amable o injusto con una persona gorda es un comportamiento aceptable". Porque por mucho que celebramos el triunfo de supermodelos 'antidietas' como Robyn Lawley o el aterrizaje de nuevas l¨ªneas de moda low cost con un espectro de tallas m¨¢s amplio, el doble rasero cultural sigue imperando.
¡°Nos encanta ¡®Mad Men¡¯, pero no podemos vestirte¡±. A Christina Hendricks tambi¨¦n le han vetado algunos dise?adores en la alfombra roja.
Getty
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