Siri Hustvedt: ¡°Las mujeres tendemos a pensar: ¡®No importa, qu¨¦ imb¨¦cil, no voy a decir nada¡¯ pero las ofensas van sumando y es importante se?alarlas¡±
La escritora, Premio Princesa de Asturias de las Letras 2019, nos recibe en exclusiva en su casa de Brooklyn. Intelectual y feminista comprometida, critica el miedo a las mujeres poderosas, alerta ante la pol¨ªtica actual y quiere ver una mujer presidenta de los Estados Unidos.
?Escribir es algo que necesito, m¨¢s que una elecci¨®n. Me ocurre desde que era adolescente. Si paso mucho tiempo sin hacerlo me siento¡ triste?. Siri Hustvedt (Northfield, Minnesota, 1955) habla como si escribiera, buscando la palabra precisa para definir lo que quiere expresar. Neurociencia, pol¨ªtica, literatura y feminismo se suceden con naturalidad en su discurso. Y tambi¨¦n en su ¨²ltima novela, Recuerdos del futuro (Seix Barral). Su protagonista, S. H., es una joven reci¨¦n llegada al Nueva York de los setenta, y a la vez es una mujer madura que encuentra el diario que escribi¨® en 1979. Estas dos narradoras le sirven para indagar en la memoria y sus espejismos, relatar una agresi¨®n sexual o criticar a Donald Trump. Precisamente, su militancia intelectual y feminista ha sido clave para que le concedan el Premio Princesa de Asturias de las Letras 2019, que tambi¨¦n recibi¨® su marido, Paul Auster, en 2006. ?l responde al tel¨¦fono fijo de su casa de Brooklyn ¨Cbarrio al que ella se mud¨® hace 37 a?os¨C con un l¨¢nguido ?hola? y al momento la voz animada de Siri le dice: ?Paul, cuelga, ya lo cojo yo?.
S. H. halla un viejo diario y revive esa ¨¦poca. ?Los recuerdos son fiables?
Probablemente no podemos fiarnos siquiera de lo que hemos escrito en un diario. No tenemos recuerdos originales, cambian cada vez. En neurociencia lo llaman reconsolidaci¨®n. En el libro exploro ese territorio, pero tambi¨¦n recontextualizo la memoria: la narradora adulta es capaz de poner sus recuerdos en un contexto para abordarlos de una manera diferente. Por eso es una novela sobre memoria e imaginaci¨®n.
?Por qu¨¦ los lectores muchas veces creen que las novelas son autobiogr¨¢ficas?
Hasta cierto punto me divierte el hecho de haber escrito siete novelas y que en todas la gente asuma que, de alguna manera, es la historia de mi vida, aunque la narre un hombre. Esto nos ocurre m¨¢s a las mujeres. Est¨¢ asentada la idea en la cultura de que para nosotras todo es personal, confesional, y que no podemos inventarnos las cosas. Pues bien, yo me invento muchas¡
La protagonista recuerda y analiza lo que le hizo sentir una agresi¨®n sexual. ?El movimiento MeToo est¨¢ influyendo en la literatura?
Esto es muy curioso, porque justo despu¨¦s de escribir la escena sobre la agresi¨®n sexual sal¨ª a desayunar y me encontr¨¦ la noticia del MeToo en los peri¨®dicos. Fue un poco extra?o. Creo que la narradora, cuando echa la vista atr¨¢s, reconstruye lo que sucedi¨® de una forma que no pod¨ªa de joven: se libera de la culpa, sale de ese lugar de pasividad y avanza hacia un punto de acci¨®n donde articula la rabia que sinti¨® tras ese suceso.
Est¨¢ asentada la idea en la cultura de que para las mujeres todo es personal, confesional, y que no podemos inventarnos las cosas
?Es necesario entender las reacciones de las v¨ªctimas? En Espa?a ha sido muy pol¨¦mica la sentencia de abuso en el caso de La Manada.
Cualquiera que sepa algo sobre las agresiones sexuales sabe que a menudo la respuesta de la v¨ªctima es quedarse paralizada. Se trata de algo muy com¨²n en todo tipo de traumas. Y tambi¨¦n la disociaci¨®n, que es lo que le pasa a S. H.: siente como si no estuviera all¨ª. Es habitual ser incapaz de reaccionar y actuar de la forma en que te gustar¨ªa. No entender esto me parece muy inculto y na¨ªf.
?La literatura es hoy? m¨¢s feminista que nunca?
El feminismo es algo bastante viejo, Christine de Pizan ya escrib¨ªa sobre la misoginia en el siglo XIV. Pero creo que en Europa y EE UU estamos viendo su crecimiento. Y en parte se debe a esta terrible reacci¨®n contra el feminismo y lo cosmopolita, las ¨¢reas urbanas, que son lugares muy diversos. Lo vemos ahora en Espa?a, con la subida de Vox; lo vemos en EE UU, con un presidente que representa a ese sector reaccionario de nuestro pa¨ªs. Y es parte de la realidad reaccionaria indignarse contra los progresos que han logrado las mujeres.
?Y cu¨¢les son los desaf¨ªos para una intelectual ante una sociedad mis¨®gina?
La misoginia es algo complicado. Hay gente que se enfada ante las mujeres que parecen no encajar y que no se disculpan por ello, que son, por ejemplo, intelectuales o artistas. Sienten algo irracional contra ellas. Eso es algo que me ha ocurrido en m¨²ltiples ocasiones en mi vida, y lo encaro siendo generalmente extremadamente tranquila.
Patty, uno de sus personajes, act¨²a de esa forma cuando afirma que ?el mundo ama a los hombres poderosos y odia a las mujeres poderosas?.
S¨ª, exactamente. Patty se muestra calmada cuando la atacan. Esta es la estrategia: estar calmada y corregir a la gente. Las mujeres no deben dejar pasar las cosas. Hay una tendencia a pensar: ?No importa, qu¨¦ imb¨¦cil, no voy a decir nada?. Pero esas m¨²ltiples peque?as ofensas van sumando, y creo que es importante se?alarlo. Una no tiene que mostrarse enfadada o beligerante, simplemente puede decir: ??Entiendes lo que me acabas de decir y c¨®mo lo interpreto yo?, ?por qu¨¦ me lo has dicho, me lo podr¨ªas explicar??. Suele funcionar bien.
Ese personaje tambi¨¦n le sirve de excusa para hablar de misticismo y de las brujas modernas¡
Al investigar para la novela le¨ª sobre estos grupos que florecen en California, relacionados con los movimientos de los sesenta y el feminismo, la religi¨®n y la psicoterapia. No es una filosof¨ªa que yo suscriba en absoluto, pero quise que Patty hablara sobre un problema que he investigado: la placenta y la supresi¨®n del nacimiento como un momento importante dentro de la filosof¨ªa y el arte occidentales. Otras culturas lo representan, y me interesa mucho saber por qu¨¦ est¨¢ tan profundamente suprimido en la nuestra.
Hay gente que se enfada ante las mujeres que parecen no encajar y que no se disculpan por ello, que son, por ejemplo, intelectuales o artistas
Tambi¨¦n habla de figuras femeninas ¡®suprimidas¡¯ tras un hombre, como la baronesa Elsa von Freytag-Loringhoven con Marcel Duchamp.
La suya es una historia entre muchas en las que, sea cual sea el logro que una mujer ha conseguido, ha sido hist¨®ricamente suprimido. Hay incontables ejemplos, y no solamente en el arte, sino en la ciencia, la literatura¡ En todo el mundo tenemos supresiones de figuras femeninas porque no encajan en la narrativa heroica. Esa idea del h¨¦roe es importante en esta novela, en la segunda p¨¢gina hago una referencia a Don Quijote. Y tambi¨¦n hablo de Tristram Shandy, porque no quise hacer una narraci¨®n convencional, sino tambi¨¦n una novela c¨®mica, donde imaginaci¨®n y memoria se acercan.
Tambi¨¦n irrumpe la realidad con Donald Trump. Escribe: ?Es la era de un hombre poderoso gritando obscenidades sobre los musulmanes, los negros, los inmigrantes y las mujeres ante enormes multitudes de gente blanca que lo veneran?. ?Esto puede cambiar con las presidenciales del pr¨®ximo a?o?
Lo espero, pero debo decir que estoy realmente asustada. Estamos viviendo en un pa¨ªs dividido. Es una realidad aterradora y tengo miedo por nuestra democracia, porque han ocurrido muchas cosas que est¨¢n debilitando nuestras instituciones. No quiero decir que tengamos una rep¨²blica maravillosa y perfecta, pero s¨ª que creo que estamos viviendo un tiempo particularmente peligroso. La escritura de esta novela coincidi¨® con la anterior campa?a electoral y observ¨¦ la tremenda misoginia hacia Hillary Clinton. Ella fue la primera mujer en tener una opci¨®n real de conseguir la presidencia, y solo unos pocos hablaron de lo que eso significaba.
?Llegar¨¢ en 2020?
Me encantar¨ªa. Yo voy a votar dem¨®crata y espero que tengamos una mujer presidenta. Como feminista soy extremadamente consciente de todo esto, me afecta ver informaci¨®n sesgada contra las mujeres en los medios. Y no creo que siempre sea consciente, sino que forma parte de su percepci¨®n: ?qui¨¦n es importante?, ?qui¨¦n es una figura de autoridad? Esto siempre ha sido asociado a los hombres.
Es educacional.
Exactamente. La uni¨®n de autoridad y patriarcado est¨¢ profundamente incrustada en nosotros. Y creo que parte de entender c¨®mo cambiar el problema es hacernos conscientes todos de nuestros sesgos inconscientes e intentar hacer algo al respecto.
?Y c¨®mo se puede conseguir ese cambio?
En un debate acad¨¦mico, la mujer que lo dirig¨ªa me cort¨® y eso no me gust¨®. Me pregunt¨¦ si me habr¨ªa molestado igual si lo hubiera hecho un hombre y llegu¨¦ a la conclusi¨®n de que me habr¨ªa parecido menos agresivo. Eso significa que incluso alguien como yo, que lleva pensando en esto muchos a?os y leyendo pensamiento feminista, todav¨ªa repite ciertas ideas de c¨®mo act¨²an los hombres y las mujeres. Por eso, creo que tengo que ser muy consciente de mis respuestas y percepciones en el mundo, para lograr vivir como me gustar¨ªa.
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