Stella McCartney: ?Nadie deber¨ªa sacrificar estilo para ser sostenible?
Se adelant¨® a los nuevos h¨¢bitos de consumo y sent¨® las bases de un modelo de negocio sostenible, ¨¦tico y rentable. Con la compra de la participaci¨®n del 50% del grupo de lujo Kering en su firma, ahora es la etiqueta independiente con m¨¢s poder del circuito.
Contracorriente. Stella McCartney (46 a?os) siempre ha ido por libre. La mujer y la marca. Ambas siguen su propio pulso interno. Or¨¢culo y aliento de una industria que, a veces, permite abrir la v¨¢lvula de ox¨ªgeno lo suficiente para que el talento pueda respirar de nuevo a un ritmo m¨¢s pausado. O tal vez no. Quiz¨¢ sea solo la burbuja que ha creado Stella. Porque lo habitual es ver c¨®mo, uno a uno, los dise?adores ceden a la presi¨®n de los grandes grupos de lujo. Por eso, cuando en marzo la inglesa anunci¨® que compraba la participaci¨®n que pose¨ªa Kering del 50% en su firma, muchos se mostraron incr¨¦dulos y esperanzados.
Con ese movimiento Stella se convert¨ªa en la voz independiente m¨¢s poderosa de la moda. ?Era el momento adecuado para recuperar el control completo de la compa?¨ªa que lleva mi nombre. Tengo cuatro hijos. Y la oportunidad de tomar las riendas del negocio que lleva mi apellido es sumamente emocionante. Cuando se presenta esa posibilidad, como dise?adora, como mujer y como madre, no puedes dejarla escapar?, argumenta con satisfacci¨®n. ?Me siento profundamente agradecida a Francois-Henri Pinault, a su familia y a todos los que trabajan en Kering por todo lo que hemos construido juntos en los ¨²ltimos 17 a?os. Y vivo con ilusi¨®n el nuevo cap¨ªtulo que se abre en mi vida y todo lo que esta marca y nuestro equipo puede conseguir en el futuro?.
DIOSES Y MONSTRUOS
Casi todas las religiones apelan al agua como elemento de transformaci¨®n espiritual. Ya el fil¨®sofo presocr¨¢tico Tales de Mileto consider¨® que era el principio de todas las cosas. ?Un recurso natural esencial para el planeta y una forma de escapismo y relajaci¨®n? para esta dise?adora inglesa, que trabaja desde hace a?os para situar en la agenda pol¨ªtica y social de la industria de la moda ¨Cla segunda m¨¢s contaminante del planeta¨C la urgencia de proteger los oc¨¦anos. Si no estuviera al frente de un negocio millonario, solo ser¨ªa otra activista m¨¢s, que ¨Ccosas de la vida¨C es la hija de Paul McCartney. Lo dice ella misma, sin complejos y orgullosa. ?La sostenibilidad es lo que me mueve. Es un desaf¨ªo personal y el eje que define la modernidad de mi marca?, explica. ?Llevamos tiempo colaborando con la Fundaci¨®n Ellen MacArthur para acelerar la transici¨®n a una econom¨ªa circular, y reflexionando sobre los residuos textiles que generamos. B¨¢sicamente, la sostenibilidad lo es todo; y sin ella, no tenemos nada?.
No entiende el mundo de otra manera. Nunca lo ha hecho. ?Me educaron as¨ª?. Hoy parece f¨¢cil. Se ha convertido en el Santo Grial de una industria que, de la noche a la ma?ana, ha descubierto su vocaci¨®n de Indiana Jones. Todas las marcas proclaman la autenticidad de su propio c¨¢liz de la moda responsable. He ah¨ª la controversia. ?Nuestra empresa ha defendido los mismos valores ¨¦ticos desde el principio?, recuerda. Para Stella, no hay excusas: las marcas son responsables de los recursos que utilizan y de su impacto en el medio ambiente. ?El sistema que rige el funcionamiento de este negocio se basa en lanzar productos que quedan desfasados casi al instante y destruyen activamente el planeta?.
Asegurar la trazabilidad de la cadena de suministro es crucial para la subsistencia del planeta y del sector. Aunque la motivaci¨®n que explica la repentina toma de conciencia colectiva es, en muchos casos, m¨¢s econ¨®mica que ¨¦tica. Uno de los factores que, seg¨²n McCartney, ha llevado a la mayor parte de las empresas a abrazar los postulados de la responsabilidad social y ecol¨®gica es la necesidad de conectar con un consumidor m¨¢s joven. ?Las nuevas generaciones no estar¨¢n del lado de aquellos que no apliquen una pol¨ªtica de transparencia radical. Tampoco tolerar¨¢n la destrucci¨®n que esta industria genera hoy en d¨ªa. Exigir¨¢n m¨¢s conciencia y m¨¢s ¨¦tica. Con el tiempo, muchas marcas han empezado a ver ¨Cy las que no lo han hecho todav¨ªa, pronto lo har¨¢n¨C que un modelo de negocio como el m¨ªo crece, que sigo existiendo, y que hay espacio para abrir el debate?.
ESTADO NATURAL
Stella vive en Londres con su marido, Alasdhair Willis, director creativo de Hunter, y sus cuatro hijos, Reiley (7), Beckett (10), Bailey (11) y Miller (13). Pero la familia pasa los fines de semana en el campo, en una propiedad cerca de Bishampton, en el condado de Worcestershire. El entorno es buc¨®lico, reminiscencia de su infancia. ?Crec¨ª lejos de todo?. Sus recuerdos (y sus colecciones) siempre vuelven a High Park, la granja que su padre compr¨® en 1966, en el promontorio de Cantyre, al suoreste de Glasgow, para escapar de la Beatleman¨ªa.
Igual que de los setenta a los noventa, Paul y Linda construyeron un refugio para disfrutar de ?lo m¨¢s parecido a vivir en el fin del mundo?, Stella ha creado su oasis de privacidad en la campi?a inglesa. ?Me gusta estar aislada?, repite. ?Por eso cuando veo un edificio en el horizonte, planto un ¨¢rbol delante. Es mi instinto natural?, confes¨® en 2010 a Hamish Bowles en una de las pocas ocasiones en las que la creativa ha abierto las puertas de su casa a un periodista. Un trozo del paisaje de su infancia ¨Cenvuelto en el halo nost¨¢lgico de Cumbres borrascosas¨C est¨¢ tambi¨¦n en la nueva tienda de Old Bond Street, en Londres, en la que ha instalado enormes rocas cubiertas de musgo tra¨ªdas desde Escocia.
?No s¨¦ c¨®mo ser¨¢ la moda dentro de 10 a?os, pero espero que no haya animales muertos. Ojal¨¢ la tecnolog¨ªa evolucione de tal modo que nos permita salvar el planeta y la vida de las criaturas con las que lo compartimos. Esperemos que la sociedad sea m¨¢s consciente a la hora de consumir y pongamos el coraz¨®n en la ropa que llevamos ¨Cigual que hacemos con lo que comemos¨C. Eso ser¨¢ lo moderno?. En los setenta, hacerse vegetariano no era precisamente lo m¨¢s cool del mundo. ?Era muy dif¨ªcil?, admiti¨® Paul McCartney a The Guardian en 2007. Todav¨ªa hoy la ausencia de men¨²s veganos resulta frustrante en algunas capitales. Linda abri¨® el camino. Su libro de recetas (publicado en 1989) es el recetario vegetariano que m¨¢s r¨¢pido se ha vendido de la historia. ?Cuando fund¨¦ mi marca [en 2001] me dijeron que no lograr¨ªa crear una l¨ªnea de complementos de ¨¦xito porque la gente asocia piel con lujo. Pero he demostrado que se equivocaban. De ni?a me inculcaron el respeto a los animales. Ese amor gu¨ªa la pol¨ªtica de la compa?¨ªa. Da miedo, pero la moda debe modernizarse. Hago algo que nadie m¨¢s hace. Con suerte, m¨¢s gente se unir¨¢ a mi lucha?.
El poder est¨¢ en manos de la calle. Si los h¨¢bitos de consumo cambian, como vaticinan todos los analistas, lujo y low cost tendr¨¢n que acelerar el proceso de metamorfosis a marchas forzadas. ?Siempre he defendido que es mejor invertir un poco m¨¢s en un dise?o de alta gama que comprar 20 prendas de bajo coste en una semana, que acabar¨¢n en la basura?. Sin ¨¢nimo de parecer apocal¨ªptica, un vertedero fue el escenario que escogi¨® para una de sus ¨²ltimas campa?as. ?Ning¨²n ser humano deber¨ªa sufrir por culpa de esta industria. Tampoco el planeta. Desgraciadamente, la moda r¨¢pida contribuye a que esto ocurra?, denuncia. En la muestra Fashioned from nature (hasta el 27 enero de 2019 en el Victoria & Albert de Londres) ¨Cque analiza la compleja relaci¨®n entre moda y naturaleza¨C, solo hay una prenda de un gigante low cost: se trata de una pieza de la cadena sueca H&M. La misma con la que la dise?adora colabor¨® en 2005.
?Antes que activista, soy dise?adora?, puntualiza. ?Mi trabajo es dise?ar productos que sean bonitos, lujosos y codiciados?. Su equipo est¨¢ desarrollando m¨²ltiples proyectos en colaboraci¨®n con empresas como la biotecnol¨®gica Bolt Threads. Y aunque le apasiona hablar de estas iniciativas, cree que los avances tecnol¨®gicos deben ocupar un segundo plano, invisible, y ceder el protagonismo a la est¨¦tica. Que en la construcci¨®n de la suela de su nueva zapatilla, Loop, no se use pegamento es un detalle meramente t¨¦cnico. ?Nadie deber¨ªa sacrificar estilo para ser sostenible?, zanja esta visionaria, que tambi¨¦n supo adelantarse al fen¨®meno athleisure. Mucho antes de que el lujo mostrara su sensibilidad urbana y las deportivas inauguraran la era del fe¨ªsmo (confort) chic, ella lanz¨® una l¨ªnea de sportswear con Adidas. Era 2005.
El concepto de g¨¦nero es otro de los elementos que han modificado la radiograf¨ªa ideol¨®gica de los ¨²ltimos diez a?os. Stella siempre ha sido buena identificando el zeitgeist (ese esp¨ªritu de nuestro tiempo que lleva de cabeza a los equipos de marketing). ?Esta temporada hemos querido reflexionar sobre la identidad de la marca, y actualizar aquello que mejor hacemos y la relaci¨®n femenino/masculino es crucial. Por eso hemos querido juntar por primera vez a mujeres y hombres sobre la pasarela?. Las americanas (patr¨®n clave de su primera etapa) pasan a un segundo plano, signo de que ellas ya no se visten como ellos. ?Puedes llevar un vestido a la oficina sin sentirte como una criatura sexual?, ha analizado. En su empresa, el 80% son mujeres, tanto en dise?o como en finanzas. La hegemon¨ªa del patriarcado est¨¢ en horas bajas: ?Admiro a las mujeres a todos los niveles; y doy gracias de ser una? .
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