Stella McCartney: ¡®Soy seis mujeres en una¡¯
Acaba de abrir su primera tienda en Espa?a. Lo ha hecho en Barcelona y con una inauguraci¨®n multitudinaria que nadie se quiso perder. Para celebrarlo, S Moda entrevista en exclusiva a Stella McCartney
Mi¨¦rcoles 7 de noviembre, 20.00 horas. Un grupo de castellers se re¨²ne en Paseo de Gracia con Rossell¨®, en Barcelona, para levantar un castillo humano. A su alrededor se empieza a amontonar la gente. No solo peatones y curiosos, convertidos en fot¨®grafos espont¨¢neos por obra y gracia de Twitter, Instagram y c¨¢maras de m¨®viles de ¨²ltima generaci¨®n. Tambi¨¦n hay fot¨®grafos profesionales, paparazis, cadenas de televisi¨®n, estilistas, periodistas y famosos, entre los que descubrimos a Miranda Makaroff, Ana de Armas y Natasha Yarovenko. Est¨¢ claro que no es una fiesta popular m¨¢s de la Ciudad Condal. Aunque parezca una escena surrealista, se trata de la inauguraci¨®n de una boutique de lujo: la primera de Stella McCartney en Espa?a. ?Por favor, que bajen ya?, susurra la dise?adora inglesa, mientras contempla boquiabierta (e incluso asustada) c¨®mo, uno a uno, los castellers construyen los seis pisos de la torre humana; hasta que la contenci¨®n se convierte en ovaci¨®n y el p¨²blico rompe en aplausos, Stella incluida, quien jalea animada en primera fila.
Hay tantos invitados que la mayor¨ªa prefiere salir de la tienda y hablar a pie de calle. Pocas aperturas consiguen despertar tanto inter¨¦s hoy en Barcelona. Pero es que Stella no es una dise?adora m¨¢s. Aunque su trabajo habla por s¨ª solo (se ha convertido, por derecho propio, en uno de los nombres m¨¢s respetados de la industria de la moda), para muchos sigue siendo la hija de un Beatle. Todos quieren hacerse una foto con ella. Desde una anciana que, con un caniche en brazos, se acerca para decirle algo al o¨ªdo hasta un grupo de amigas de apenas 17 a?os, a las que Stella anima a saltar el cord¨®n de seguridad para posar con ellas ante el objetivo de un iPhone; o tres ni?os de tres a cinco a?os, que se cuelan en su fiesta, mientras su madre graba la escena. ?D¨¦jalos que hagan fotos ahora si quieren?, comenta la creadora en voz baja a su equipo de prensa, que la protege de los flashes de los paparazis. Es tan cercana y cari?osa en persona que muchos parecen sorprendidos. ??Qu¨¦ buen rollo el que transmite!?, comenta una de las invitadas.
Por la ma?ana, el buen rollo hab¨ªa tenido nombre de hombre, el del presidente de Estados Unidos: Barack Obama. La noticia de su reelecci¨®n hab¨ªa sido trending topic en Twitter. Incluso Stella McCartney hab¨ªa retuiteado un mensaje del presidente a primera hora y, m¨¢s tarde, la portada del New York Post, en la que se le¨ªa: ?Barack, cuatro m¨¢s?. Imposible no comentarlo (tras chequear en la pantalla de su BlackBerry las fotos que ha recibido de sus hijos): ??Es una buena noticia para el mundo!?, asegura la dise?adora al equipo de S?Moda, en una mesa de la brasserie y gastrobar Blanc, en la planta baja del Hotel Mandarin Oriental. ?Y Michelle? Algunos se atreven a pronosticar que podr¨ªa llegar a ser presidenta de Estados Unidos. ??Es como Hilary!?, defiende. ?No existe ninguna raz¨®n por la que una mujer no pueda hacer lo mismo que un hombre; pensar lo contrario me parece un convencionalismo medieval. Michelle es un ejemplo a seguir como primera dama, como madre y como esposa, e incluso creo que es una aut¨¦ntica pol¨ªtica. De hecho, su papel en la campa?a ha sido digno de admiraci¨®n. Est¨¢ claro que han utilizado su imagen; y eso demuestra su fuerza y su carisma?.
En la mesa de al lado, uno de los miembros del equipo de prensa de la dise?adora fotograf¨ªa con el m¨®vil la portada del n¨²mero de noviembre de la edici¨®n espa?ola de Vanity Fair, en la que aparece Jos¨¦ Mar¨ªa Manzanares, imponente con el torso desnudo. ?C¨®mo no desviar la mirada, aunque sea por un segundo? ??Es un torero??, pregunta Stella. ?S¨ª?, confirmamos. ??Qu¨¦ extra?o! Cre¨ªa que se hab¨ªa prohibido en Espa?a?, comenta. ?Lo confieso: cuando pienso en el universo de la tauromaquia no puedo evitar recordar un libro infantil [muy popular en Estados Unidos] que nuestra madre nos hab¨ªa le¨ªdo cuando ¨¦ramos ni?os: La historia de Ferdinand. Es un cuento precioso que narra las aventuras de un peque?o toro espa?ol que no quiere pelear en la plaza?, explica mientras le da un sorbo a un vaso de t¨¦ que acaban de traer y alza la mano para coger una aceituna del plato.
Su madre, Linda McCartney, molde¨®, ya desde ni?a, la forma de pensar y ver la vida de Stella. ?Fue una mujer incre¨ªble?, repite siempre. ?Me inspir¨® much¨ªsimo?. De ella, hered¨® su filosof¨ªa ecol¨®gica y su firme activismo medioambiental. Dos pilares fundamentales de su marca: un modelo de negocio responsable que demuestra que la moda ¨¦tica tambi¨¦n puede ser rentable. ?Todav¨ªa queda un largo camino por recorrer?, asegura. ?Espero que poco a poco las grandes casas y las grandes corporaciones entiendan que es necesario luchar por una industria sostenible. Aunque, en el sector del lujo, los cambios asustan?. Hace tres a?os, defend¨ªa estos principios con vehemencia. ?Incluso envi¨¦ a mis colegas un v¨ªdeo antipieles que realic¨¦ en colaboraci¨®n con PETA?, recuerda. Hoy su discurso sigue siendo firme, pero mucho m¨¢s sosegado. Ya no insiste en las cifras de los ¨²ltimos estudios publicados por las Naciones Unidas. Su lucha se ha vuelto silenciosa. ?Es m¨¢s interesante y m¨¢s moderno ni siquiera mencionar que son prendas org¨¢nicas. La clave es el dise?o, que sea lujoso, atemporal¡ No hace falta decir que la suela es de un material biodegradable?, explica a esta revista.
No es la primera vez que visita Espa?a. Como tantas otras familias inglesas, vino de vacaciones con sus padres cuando era una ni?a ?No recuerdo en qu¨¦ lugares estuvimos, era demasiado peque?a. Pero s¨ª recuerdo que, cuando mi padre sal¨ªa de gira, nosotros ¨ªbamos con ¨¦l a Madrid y a Barcelona. La verdad es que me gusta mucho Espa?a. Su arte, su arquitectura, su cultura¡ Para una persona que trabaja en moda como yo, es un pa¨ªs con una riqueza fascinante?. Esta vez apenas estar¨¢ dos d¨ªas, ?llegu¨¦ ayer y me voy ma?ana, pero da igual, porque Barcelona es una de esas capitales en las que puedes sentir el esp¨ªritu de la ciudad al instante?. Como Londres. ?En Inglaterra la moda que se respira en la calle tiene mucha fuerza. Somos irreverentes. Nos da igual todo. Londres es una mezcla de estilos y culturas. All¨ª empez¨® la aut¨¦ntica revoluci¨®n de la moda. El punk-rock, los mods, el Swinging London¡ Es un motor capaz de generar nuevos movimientos de estilo?.
Sin embargo, Stella no responde al estereotipo londinense. Ella no es tan irreverente. ?Siempre me ha gustado probar cosas ligeramente diferentes, pero ninguna locura?, analiza. Ni siquiera cuando estudiaba Moda en la prestigiosa escuela Central Saint Martins. ?Soy como mi marca. En mi armario, como en mi colecci¨®n, puedes encontrar de todo: desde un impecable traje sastre, de mi ¨¦poca en Savile Row, a un dise?o de lam¨¦ dorado. En ese sentido, soy una persona de contrarios. Incluso cuando dise?o, a veces tambi¨¦n es f¨¢cil intuir mis ra¨ªces estadounidenses. Un sentido de la moda que he heredado de mi familia americana [su madre naci¨® en Nueva York] y que tiene mucho del Upper East Side?.
Su fascinaci¨®n por los polos opuestos convierte su discurso de estilo en una larga lista de binomios: femenino/masculino, ciudad/campo¡ Un enfoque que es autobiogr¨¢fico y que combina su vida en Londres ¨Cdonde est¨¢ su estudio¨C con su granja org¨¢nica y su refugio en la campi?a inglesa ¨Cdonde vive junto a su marido, Alasdhair Willis (exeditor de la revista Wallpaper y fundador de la firma de decoraci¨®n Established & Sons), y sus cuatro hijos (Miller, de siete a?os; Bailey, de cinco; Beckett, de cuatro; y Reley, de dos)¨C. ?Me muevo por instintos. Soy muy emocional. Si alguien tuviera que describirme por la ropa que llevo, podr¨ªa pensar que soy seis mujeres en una?, advierte. Ella prefiere no encasillarse. ?No me gustan las etiquetas. Creo que hoy no existen barreras ni estilos demogr¨¢ficos¡ Las redes sociales han globalizado el mundo?.
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