?Sucumbe el arte a la autocensura?
La retirada en Francia (por su propia autora) de una obra que relaciona feminismo e Islam reabre el debate sobre la libertad creativa y la religi¨®n.
Apenas ha pasado un mes desde las multitudinarias manifestaciones de repulsa que siguieron al atentado de Charlie Hebdo y unos zapatos de tac¨®n dorados sobre unas alfombras de oraci¨®n evidencian la tensi¨®n creciente entre el mundo art¨ªstico y ciertos sectores religiosos. La obra Silence, de Zoulikha Bouabdellah, fue retirada por ella misma a finales de enero del pabell¨®n Vend?me de Clichy, que la hab¨ªa programado dentro de la muestra Femina ou la r¨¦appropriation des mod¨¨les.
A una charla entre la autora y la comisaria sobre lo oportuno de la pieza sucedieron notificaciones de amenazas a un grupo de ciudadanos musulmanes de que la muestra podr¨ªa originar ?incidentes incontrolables?. ?La ofensa? Pisar estos elementos de rezo con calzado es irrespetuoso. ?La autora celebra el rol de la mujer en la sociedad contempor¨¢nea ¨Caclara Sabrina Amrani, de la galer¨ªa hom¨®nima, que representa a Bouabdellah en Espa?a¨C . Tiene m¨¢s que ver con el feminismo que con la fe?.
Un Cristo crucificado en un bombardero provoc¨® que el entonces arzobispo Bergoglio (hoy papa Francisco) catalogase de ?blasfemia? en 2004 una muestra de Le¨®n Ferrari en Buenos Aires.
D.R.
Zoulikha, que es de origen musulm¨¢n y reside en Marruecos, comunic¨® que su intenci¨®n no era provocar sino ?ofrecer un punto de partida para el di¨¢logo?. Ante la ausencia de respuesta por parte de las instituciones en cuanto a facilitarlo y a las condiciones de seguridad, la retir¨®. Se ha negado a dar m¨¢s declaraciones a causa de las amenazas recibidas, y el resto de creadores del proyecto han anulado tambi¨¦n su participaci¨®n. Una de ellos es la artista multidisciplinar Orlan, acostumbrada al esc¨¢ndalo (en los noventa se someti¨® a nueve intervenciones de cirug¨ªa pl¨¢stica a modo de performance): ?Es inaceptable que un grupo de cristianos o musulmanes decidan por laicos o no creyentes?, subraya. Tambi¨¦n se solidariza la marroqu¨ª Amina Benbouchta, que hace poco vio una obra suya ¨Cun cepo sobre un coj¨ªn de terciopelo bordado en oro que se interpret¨® como una alusi¨®n a la monarqu¨ªa¨C salir del Museo Mohammed VI de Arte Contempor¨¢neo, por razones de seguridad. ?Definir la frontera entre expresi¨®n y provocaci¨®n corresponde a los juristas?, puntualiza.
El canadiense Eric Farache qued¨® ?en shock? tras saber que un hombre intent¨® robar su obra The Jew Funnies en el Jet Fuel Coffee de Toronto. El ladr¨®n consider¨® ofensivo que Farache utilizara el humor para relatar sus propias vivencias como jud¨ªo.
Eric Farache
?Las artes viven un contexto de autocensura e inseguridad desde el 11-S?, dice el pintor y dibujante Eric Farache, a quien recientemente un hombre trat¨® de robar parte de su obra c¨®mica The Jew Funnies, de tem¨¢tica jud¨ªa, por considerarla una afrenta. ?La s¨¢tira puede ser magn¨ªfica ¨Creflexiona¨C, pero criticar un credo de forma general propicia que el pobre y privado de derechos se sienta a¨²n m¨¢s indefenso. Debemos tener la libertad de crear, pero no necesitamos la de hacer da?o. Hay que reparar en lo dura que es la vida de otros y en que su fe quiz¨¢ sea lo ¨²nico que les sostiene?.
Herramienta de cambio. El choque arte-religi¨®n es un viejo tema para Andrea Giunta, analista de la pol¨¦mica en torno a una muestra de Le¨®n Ferrari en Buenos Aires, que exhib¨ªa a santos y cristos sufriendo tormentos como forma de abogar por la abolici¨®n del infierno. ?Soy contraria a marcar l¨ªmites en la creaci¨®n se?alados por la imprecisa frontera del respeto o el mantenimiento del orden p¨²blico ¨Csostiene¨C. Ello implicar¨ªa renunciar a uno de los motores de transformaci¨®n social que involucran inclusi¨®n, justicia o reconocimiento de las diferencias raciales o sexuales?.
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