¡®The Times¡¯ acusa a Greta Thunberg de ser un instrumento de los lobbies de la energ¨ªa
?El fen¨®meno Greta tambi¨¦n ha involucrado a grupos de presi¨®n verdes, relaciones p¨²blicas, eco-acad¨¦micos y un grupo de expertos fundado por una rica ex ministra socialdem¨®crata de Suecia con v¨ªnculos con las compa?¨ªas de energ¨ªa del pa¨ªs?, afirma el periodista.
Parece mentira que solo conozcamos a Greta Thunberg desde hace un a?o. Fue en agosto de 2018 cuando la joven activista se sent¨® en la plaza de Mynttorget, frente a la fachada del Riksdag, el Parlamento sueco, con una pancarta en la que se le¨ªa: ¡°Skolstrejk for Klimatet¡± (Huelga escolar por el clima). Desde entonces, aquella adolescente que le plant¨® cara al sistema de manera sosegada y pac¨ªfica se ha convertido en el grito de una generaci¨®n que va contra los poderosos y busca cambiar el mundo antes de que sea demasiado tarde. En noviembre de 2018, despu¨¦s de dar una charla TED, inici¨® el movimiento Juventud por el clima y las huelgas Fridays For Future. En diciembre de 2018, dio un discurso ante la Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Cambio Clim¨¢tico. En marzo de este a?o, fue nominada al Premio Nobel de la Paz. Thunberg representa a la juventud concienciada, despierta e indignada que sabe que son ellos quienes sufrir¨¢n en mayor medida los estragos del cambio clim¨¢tico si los que ahora gobiernan no escuchan y toman medidas.
En estos 12 meses, la joven Greta tambi¨¦n se ha ganado serios enemigos: desde negacionistas del cambio clim¨¢tico hasta pol¨ªticos de la ultraderecha que la utilizan en sus discursos como s¨ªmbolo de todo lo malo que est¨¢ por venir, tild¨¢ndola de ?apocal¨ªptica? y boicoteando sus intervenciones en alguna ocasi¨®n. Los fuertes odios que genera Greta parecen responder a su enorme poder de influencia y al temor que ello despierta. Y es que es cierto que una joven de tan solo 15 a?os ha conseguido generar la suficiente alarma social como para que el cambio clim¨¢tico sea un tema con el que se abren portadas de diarios alrededor del mundo.
Sin embargo, seg¨²n un extenso reportaje publicado en The Times firmado por Dominic Green, el activismo de Greta tambi¨¦n estar¨ªa favoreciendo a grupos poderosos que la podr¨ªan estar utilizando para sus propios beneficios: ?El fen¨®meno Greta tambi¨¦n ha involucrado a lobistas verdes, relaciones p¨²blicas, eco-acad¨¦micos y un grupo de expertos fundado por una rica ex ministra socialdem¨®crata de Suecia con v¨ªnculos con las compa?¨ªas de energ¨ªa del pa¨ªs. Estas compa?¨ªas se est¨¢n preparando para la mayor bonanza de contratos gubernamentales de la historia: la ecologizaci¨®n de las econom¨ªas occidentales. Greta, lo sepan o no ella y sus padres, es la cara de su estrategia pol¨ªtica?, escribe el periodista.
Green explica sus sospechas sobre la utilizaci¨®n de Greta remont¨¢ndose a los inicios de c¨®mo se volvi¨® viral: ?La historia que cuenta la familia es que Greta inici¨® una huelga en el parlamento sueco la ma?ana del 20 de agosto del a?o pasado. Ingmar Rentzhog, el fundador de la plataforma, We Don¡¯t Have Time, justo pasaba por all¨ª. Inspirado, Rentzhog public¨® la fotograf¨ªa de Greta en su propia p¨¢gina de Facebook. Al final de la tarde, el peri¨®dico Dagens Nyheter ten¨ªa la historia y la cara de Greta en su sitio web. El resto es viral?. El periodista afirma que Rentzhog, v¨ªa email, le dijo que conoci¨® por primera vez a Greta a las puertas del parlamento, pero luego reconoci¨® haber conocido a la madre de Greta,?la cantante de ¨®pera Malena Ernman, ?tres o cuatro meses antes de que comenzase todo? cuando ambos compartieron escenario en una serie de conferencias contra el cambio clim¨¢tico en Estocolmo. Rentzhog no apareci¨® en el lugar en el que Greta se encontraba manifest¨¢ndose por casualidad, sino que hab¨ªa sido informado por email por Bo Thor¨¦n, un activista del grupo local Fossil Free Dalsland. Bo Thor¨¦n se hab¨ªa puesto en contacto con Greta despu¨¦s de que esta ganase un concurso de escritura sobre medioambiente del peri¨®dico sueco Svenska Dagbladet y fue quien tuvo la idea original de la huelga de estudiantes.
La propia Greta ya hab¨ªa reconocido que, efectivamente, esa fue la forma en la que conoci¨® a Thor¨¦n: ?Me gust¨® la idea de una huelga de estudiantes, por lo que la desarroll¨¦ y trat¨¦ de que se me unieran otros j¨®venes. Pero nadie estaba realmente interesado. Pensaban que una versi¨®n sueca de la marcha Zero Hour tendr¨ªa un impacto mucho mayor. Por lo que decid¨ª planificar la huelga estudiantil por mi cuenta y despu¨¦s de eso no particip¨¦ en ninguna otra reuni¨®n?, afirm¨® Greta.
?No he inventado a Greta?, ha reconocido Rentzhog al periodista,?pero he ayudado a difundir sus acciones a una audiencia internacional?.? We Don¡¯t Have Time, la plataforma de Rentzhog, apareci¨® en 2017 con el prop¨®sito de ?responsabilizar a los l¨ªderes y a las empresas por el cambio clim¨¢tico usando el poder de las redes sociales?. Como explica Green, Rentzhog y su socio, David Olsson, tienen un pasado en el mundo de las finanzas y no en la ecolog¨ªa: como fondos inmobiliarios o corporaciones de inversi¨®n. En mayo de este a?o, Rentzhog y Olsson se convirtieron en presidente y miembro de la junta, respectivamente, de la think tank Global Challenge, cuya fundadora, Kristina Persson, es heredera de una gran fortuna industrial y fue Cooperaci¨®n N¨®rdica y Ministra de Desarrollo Estrat¨¦gico entre 2014 y 2016 en el gobierno Sueco. Tambi¨¦n fue representante del gobierno del banco central de Suecia.
?Entre los asesores principales de Global Challenge est¨¢ Catharina Nystedt Ringborg, ex directora ejecutiva de Swedish Water, asesora de la Agencia Internacional de Energ¨ªa y ex vicepresidenta del gigante energ¨¦tico sueco-suizo ABB. Ringborg tambi¨¦n es miembro de Sustainable Energy Angels, una firma de capital de riesgo de energ¨ªa verde, cuyos miembros son el qui¨¦n es qui¨¦n del sector energ¨¦tico sueco. Su presidente y el presidente de su comit¨¦ de inversiones son ex empleados de ABB, al igual que cuatro de sus 17 miembros?, escribe el periodista, ?as¨ª que cuando Greta conoci¨® a Rentzhog, ¨¦l ya era el presidente asalariado de un grupo de expertos privado propiedad de una ex Ministra socialdem¨®crata con experiencia en el sector energ¨¦tico. Su junta estaba repleta de poderosos intereses sectoriales, incluidos pol¨ªticos de carrera, l¨ªderes sindicales y lobistas con v¨ªnculos con Bruselas. Y la vicepresidenta de su junta, Ringborg, era miembro de uno de los grupos de inversi¨®n en energ¨ªa verde m¨¢s poderosos de Suecia?.
El periodista reconoce que tanto Greta como sus padres quiz¨¢s no conoc¨ªan estos datos y Svante, el padre de Greta, le comunic¨® que jam¨¢s han colaborado con Global Challenge, aunque la joven s¨ª que haya hecho labores de consultor¨ªa para We Don¡¯t Have Time.
We Don¡¯t Have Time y Global Challenge lanzaron un Plan de Emergencia Clim¨¢tica que tiene puntos en com¨²n con el discurso de Greta, seg¨²n este plan, el modelo que los gobiernos deben seguir pasa por ecologizar el negocio energ¨¦tico global a trav¨¦s de una inversi¨®n masiva del gobierno y una legislaci¨®n de emergencia.
Los padres de Greta afirman que su hija es completamente independiente. La propia Greta se pronunci¨® sobre ello: ?A mucha gente le encanta difundir rumores de que hay otras personas ¡°detr¨¢s de m¨ª¡± o que ¡°me pagan¡± o que ¡°me usan¡± para hacer lo que hago. Pero no hay nadie ¡°detr¨¢s¡± de m¨ª, excepto yo misma. No soy parte de ninguna organizaci¨®n. Algunas veces apoyo y coopero con varias ONGs con las que trabajo sobre el clima y el medioambiente. Pero soy absolutamente independiente y solo me represento a m¨ª misma. Y hago lo que hago completamente gratis, no he recibido dinero ni promesa de pagos futuros?.
?Para los titanes de la energ¨ªa en Suecia, como en otros lugares, salvar el planeta significa contratos gubernamentales. Los lobistas de la energ¨ªa verde est¨¢n utilizando t¨¢cticas de miedo populistas y una cruzada de ni?os para evitar a los representantes electos. Pero el destino es la tecnocracia, no la democracia; beneficio, no redistribuci¨®n. Greta, una hija del capitalismo despierto, est¨¢ siendo utilizada para facilitar la transici¨®n al corporativismo verde?, escribe el periodista.
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