Becomely: de vestir a las profesoras de su fundador al ¨²ltimo videoclip de Amaia
Produciendo bajo demanda a partir de tejidos existentes, Quique Vidal consolida su firma de dise?os abullonados y grandes vol¨²menes que, a partir de ahora, solo vender¨¢ a trav¨¦s de Instagram.
?El bicho raro de la clase?. As¨ª define Quique Vidal (Valencia, 25 a?os) Becomely, la firma de moda que puso en marcha cuando a¨²n no hab¨ªa acabado el instituto. ?Me refiero a que no es una marca superelegante de alfombra roja, pero tampoco es informal. Y aunque no es solo para j¨®venes, tampoco es una firma que mujeres de 50 o 60 a?os vistan de forma habitual?, se explica al otro lado del tel¨¦fono. Por eso haber vestido en las ¨²ltimas semanas a dos artistas de edades y estilos muy distintos en dos eventos bien diferentes es motivo de alegr¨ªa para el joven dise?ador.
La m¨¢s reciente en apostar por uno de sus vestidos de aires infantiles y vol¨²menes grandilocuentes ha sido Amaia. La cantante aparece en su ¨²ltimo videoclip, Yamaguchi, con un vestido blanco que sigue la reconocible est¨¦tica de la marca y est¨¢ fabricado, como todo lo que hacen, con tejido deadstock (es decir, telas sobrantes de proveedores o talleres que se transforman en vestidos y camisas de edici¨®n limitada). ?Su estilista, Helena Contreras, nos pidi¨® varias prendas para el v¨ªdeo y al final eligi¨® este vestido blanco, muy en sinton¨ªa con lo que quer¨ªan transmitir y con las referencias orientales de la canci¨®n. Siempre hab¨ªamos querido vestir a Amaia y me encanta el resultado porque la superposici¨®n de prendas que lleva sobre el vestido crea algo completamente nuevo?, cuenta Vidal sobre la camisa y chaleco firmados por la marca mallorquina Accidente con flores.
Un par de meses antes fue la actriz Emma Su¨¢rez la que puso sus ojos sobre las creaciones de la marca. ?Un d¨ªa vino al showroom, se prob¨® varias prendas y nos encarg¨® un vestido para un estreno que ten¨ªa. Se lo hicimos en tres d¨ªas y se lo puso con mocasines y unos calcetines?, recuerda el dise?ador. Su aparici¨®n ha servido para que un nuevo p¨²blico m¨¢s maduro se acerque a Becomely en busca de dise?os diferentes que no siempre terminan siendo tan dulces como parecen. Pero a pesar de las inesperadas nuevas embajadoras de la marca, para Quique lo m¨¢s importante es vestir a cualquiera que se sienta identificado con lo que hace. ?Que se lo ponga Lady Gaga no me parecer¨ªa especialmente relevante?.
Su marca, de hecho, comenz¨® de forma espont¨¢nea vistiendo a mujeres an¨®nimas. Cuando a¨²n no hab¨ªa terminado el instituto, varias profesoras le encargaron vestidos para su graduaci¨®n. ?Siempre tuve muchas inquietudes y desde muy joven hac¨ªa trabajos de estilismo con fot¨®grafos de Valencia despu¨¦s de clase?. Aquel encargo a los 17 a?os sembr¨® el germen de lo que hoy es Becomely, aunque la marca naci¨® de forma oficial dos a?os despu¨¦s, en 2015. ?Me mud¨¦ a Madrid y empec¨¦ con cero euros. Trabajaba en Starbucks a media jornada y hac¨ªa algunas editoriales para revistas y con eso la fui financiando. Despu¨¦s desfil¨¦ un par de veces en Samsung Ego y tuve que pedir un cr¨¦dito para producir las colecciones de la pasarela, as¨ª como una peque?a c¨¢psula comercial que vend¨ªa en el Cibelespacio?, rememora.
Con la venta de aquellas camisetas, calcetines y su famosa bisuter¨ªa 3D, que fue se?a de la casa en sus comienzos, aunque ahora ha pasado a un segundo plano, Vidal fue sacando a flote su marca. ?Con el dinero que ped¨ªa produc¨ªa y con los beneficios segu¨ªa produciendo?. No es muy distinto de lo que ocurre ahora. El dise?ador compagina Becomely con su otro proyecto, Estudio Cartulina, empresa especializada en comunicaci¨®n, brand consulting y producci¨®n, ?porque vivir solo de la moda no es f¨¢cil si quieres ser fiel a tus principios. M¨¢s a¨²n en tiempos pand¨¦micos en los que hay menos eventos?, apunta.
Esos valores de lo que habla pasan por la sostenibilidad y la producci¨®n ¨¦tica y local. El 90% de sus creaciones est¨¢n elaboradas a partir de tejidos que encuentra en f¨¢bricas que han cerrado y todo est¨¢ producido aqu¨ª. Los vestidos los hace en Madrid, los botones se forran en Valencia y si necesita revestir con tela alg¨²n calzado recurre a un artesano de Sevilla. Adem¨¢s, colabora con un taller que da formaci¨®n y trabajo a mujeres que han sido v¨ªctimas de la trata y de otros abusos. Esta forma de trabajar, ¨¦tica y sostenible en todos los aspectos, da lugar tambi¨¦n a un modelo de negocio que en los ¨²ltimos meses ha evolucionado.
Hasta ahora, los vestidos de Becomely se produc¨ªan bajo demanda y pod¨ªan comprarse en su p¨¢gina web, as¨ª como en algunas tiendas seleccionadas que inclu¨ªan a pa¨ªses como Asia. Pero con la llegada da la pandemia, Quique y Ekaitz, su pareja y mano derecha en la marca, han cambiado el modo de vender. ?Ya no tenemos p¨¢gina web y estamos centrado las ventas en las redes sociales, sobre todo, en Instagram. Vamos a empezar a lanzar piezas de edici¨®n limitada, de las que solo habr¨¢ disponibles una, dos o tres, y el que quiera podr¨¢ adquirirlas mandando un mensaje privado?. Esto les permite, asegura, ajustar un poco m¨¢s el precio y llegar a clientas de pa¨ªses asi¨¢ticos, del norte de Europa o Am¨¦rica, tres de las localizaciones que m¨¢s inter¨¦s muestran en Becomely, aunque el mayor n¨²mero de ventas se concentra en Espa?a.
Otro de sus pr¨®ximos proyectos ser¨¢ el de aprovechar los peque?os retales sobrantes de la producci¨®n de sus camisas y vestidos creando complementos como bolsos, limosneras o sombreros. Una f¨®rmula para llevar la sostenibilidad hasta sus ¨²ltimas consecuencias al paso que acercan la marca a aquellas clientas que quiz¨¢ no puedan permitirse un vestido, pero quieren formar parte del universo Becomely. El futuro lo marcar¨¢n sus propias clientas: ?Me influyen mucho las mujeres que visten mis dise?os porque hasta que no se los ponen, la firma no existe?.
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