?Resistencia pasiva? o boicot sutil a las ¨®rdenes del jefe: el problema que se retroalimenta
Dices ?s¨ª? a tu jefe/a, cuando en realidad piensas ?no?, y lo que empez¨® con ilusi¨®n ahora es un empleo con el que no te identificas. En la asertividad tienes una soluci¨®n.
La din¨¢mica b¨¢sica entre jefe y empleado la conocemos todos. La recoge el art¨ªculo 5 del Estatuto de los Trabajadores entre los deberes laborales est¨¢n el de cumplir con las obligaciones concretas del puesto, de conformidad con las reglas de la buena fe y diligencia, cumplir las ¨®rdenes e instrucciones del empresario en el ejercicio regular de sus facultades directivas y contribuir a la mejora de la productividad. En principio ni siquiera hace falta que el empleado comprenda por qu¨¦ debe realizar una tarea? o est¨¦ de acuerdo con la estrategia elegida por sus superiores para llegar a sus objetivos, aunque cuando esto sucede es muy posible que acabemos ante un caso de resistencia pasiva.
La resistencia pasiva toma formas muy diversas. A diferencia de la resistencia activa, que manifiesta abiertamente una oposici¨®n, implica incumplir con las funciones de una manera igual de deliberada pero mucho m¨¢s sibilina. Es lo que sucede cuando un jefe encarga una tarea y el empleado la acepta pero siempre a sabiendas de que no la va a cumplir. Mientras dice ¡°s¨ª¡± en realidad est¨¢ pensando solamente c¨®mo aparentar que est¨¢ en ello, porque no tiene ninguna intenci¨®n de llevarlo a cabo. Se trata tambi¨¦n aprovecharse de cualquier resquicio legal o de las normas empresariales para evadir las peticiones aplicando la ley del m¨ªnimo necesario como forma de disidencia. La resistencia pasiva suele ser silenciosa pero no tiene nada que ver con la derrota: es, en realidad, una forma de boicot.
Llega siempre puntual, lo que indica cierto compromiso. Est¨¢ muy presente: se le oye teclear y habla por tel¨¦fono en un tono elevado (lo que en marketing se conoce como presencia de marca: haciendo ruido todos se dan cuenta de que est¨¢s ah¨ª). Camina muy r¨¢pido de un lado a otro, a por un caf¨¦, al ba?o, al comedor: tendr¨¢ tanto que hacer que va con prisa a todas partes. No acepta m¨¢s trabajo, lo que da a entender que est¨¢ ¡°hasta arriba¡±, y siempre opina en las reuniones (su inter¨¦s parece genuino). Socializa mucho y bien: una estrategia de relaciones p¨²blicas impecable. Cumple las apariencias de todo buen empleado, y en el fondo, siempre lo fue: a menudo los trabajadores m¨¢s competentes, independientes y comprometidos son los que exhiben mayor resistencia pasiva. Son personas que se preocupan mucho por su trabajo y su organizaci¨®n como para conformarse con una decisi¨®n que no comparten y al mismo tiempo son lo suficientemente perspicaces como para detectar si un punto de vista en desacuerdo puede poner en peligro su carrera. Una persona con mayor productividad, m¨¢s positiva y con una mayor implicaci¨®n demandar¨¢ que se impliquen con ella y cuando no lo consigue es natural que se sienta defraudada o decepcionada. Una respuesta posible es la protesta expl¨ªcita. Pero tambi¨¦n est¨¢ la posibilidad de la resistencia pasiva.
Esta reacci¨®n puede aflorar m¨¢s frecuentemente en una organizaci¨®n jer¨¢rquica?donde es culturalmente inaceptable oponerse directamente a las opiniones de los superiores pero tambi¨¦n depende mucho del car¨¢cter, resiliencia y capacidad de adaptaci¨®n del empleado.?¡°A veces se da una contradicci¨®n porque las empresas demandan?engagement o compromiso y eso debe ser bidireccional: si quieren que te impliques en un departamento, tarea o en tus funciones deben favorecer que te sientas implicado. Si simplemente te informan y no te hacen part¨ªcipe en la toma de decisiones que te afectan, entonces no vas a tener ese compromiso¡±, nos dice Elisa S¨¢nchez, psic¨®loga especializada en salud laboral y directora de Idein, confirmando que los cambios que se han producido en el escenario laboral en los ¨²ltimos dos a?os debido a la pandemia han cambiado las actitudes de empleadores pero tambi¨¦n de empleados.
Las personas que tienden a evitar la confrontaci¨®n, especialmente con figuras de autoridad, son las que m¨¢s recurren a esta actitud. Los comportamientos agresivos silenciosos a veces son resbaladizos y cuesta identificarlos, pero siempre son dolorosos para quien los sufre y muchas veces para quien los padece. Fingir estar bien en el trabajo, esforzarse por sonre¨ªr y mostrarse a gusto y hacerlo de forma sistem¨¢tica agota a los empleados, porque aparentar emociones positivas influye en la satisfacci¨®n que despu¨¦s tengamos en nuestra vida personal. Pero para los jefes responsanbles de proyectos, muchas veces empleados tambi¨¦n, tambi¨¦n resulta enormemente frustrante no saber a qu¨¦ atenerse. As¨ª lo concluye un estudio internacional publicado en ¡®Spanish Journal of Psychology¡¯ en el que participan la Universidad Complutense de Madrid (UCM), la Universidad Erasmo de Rotterdam (Holanda) y la Universidad de East Anglia (Inglaterra). Las consecuencias, advierte, son la aparici¨®n de diversos s¨ªntomas de estr¨¦s, depresi¨®n, fatiga, insomnio o ansiedad, y un aumento de los niveles de agotamiento emocional, entendido como el decaimiento f¨ªsico y ps¨ªquico.
¡°Uno de los problemas de las personas pasivas es que aguantan, aguantan y aguantan: la situaci¨®n les molesta pero no tienen las habilidades para poder expresar esa petici¨®n a la otra persona¡±, describe Elisa S¨¢nchez. A esa pasividad se puede a?adir un extra de agresividad: aunque se carezca de habilidades para transmitir la queja, s¨ª se tiene para boicotear la petici¨®n. ¡°Si se hace part¨ªcipe a los empleados de una decisi¨®n ser¨¢ m¨¢s f¨¢cil que acaben viendo sus beneficios, si es un cambio deseado¡±, matiza esta psic¨®loga. ?La resistencia es m¨¢s frecuente si los cambios se plantean como una imposici¨®n y no se les da sentido?, a?ade.
En cualquier caso el boicot silencioso y la pasivo agresividad no benefician a nadie en un entorno laboral. Todo lo contrario ocurre con asertividad?que ayuda en cualquier situaci¨®n. ?Es una habilidad que nos va a permitir expresar, con hechos, algo que no nos gusta. Es el estilo de comunicaci¨®n que m¨¢s impacto tiene en el resto¡±, asegura Elisa S¨¢nchez. Esta psic¨®loga nos pone un ejemplo de c¨®mo plantear el descontento de una manera asertiva ante tu jefe/a: ¡°Cuando se ha tomado esta decisi¨®n, o cuando me hab¨¦is informado, me ha sorprendido. Me hubiese gustado que se hubiese tenido en cuenta mi opini¨®n, porque cuando no se me tiene en cuenta me siento distanciado/a o siento que mi opini¨®n no importa, as¨ª que dejo de sentirme involucrado/a¡±.
Eso s¨ª,? ser asertivo no implica tener raz¨®n. Ser claro y resolutivo no significa que las cosas se vayan a resolver como a uno le gustar¨ªa.
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