As¨ª ha sido el esperad¨ªsimo debut del d¨²o Prada / Raf Simons: con uniformes para un futuro raro y una nueva logoman¨ªa
Prendas envolventes, siluetas bal¨®n o piezas deconstruidas, las identidades de Miuccia y Simons se superponen sin distanciarse de la filosof¨ªa de la marca.
Juntos pero no revueltos. As¨ª se podr¨ªa definir primera colecci¨®n de Prada firmada por Miuccia y Raf Simons, quiza uno de los debuts m¨¢s esperados de los ¨²ltimos a?os. Cuando el pasado febrero anunciaron que, apartir de ahora, la direcci¨®n creativa de Prada estar¨ªa a cargo de ambos dise?adores, muchos se preguntaron si este ser¨ªa el fin de la identidad de la casa milanesa tal y como la conocemos o si, por el contrario, la inclusi¨®n del belga en la ecuaci¨®n era una forma de insluflar aire fresco a una firma que desde hace un par de a?os no genera los mismos suspiros de admiraci¨®n de siempre. La inc¨®gnita se ha resuelto hoy, con una colecci¨®n filmada en la Fundaci¨®n Prada, habitual sede de sus desfiles: las se?as de identidad de ambos se superponen, pero no se entremezclan, y la idea general que siempre respira la marca (ese aura de ¡®intelectualidad para llevar¡¯ que la rodea) sigue intacto. El nuevo Prada no es m¨¢s moderno, tampoco est¨¢ pensado, como se supon¨ªa, para las nuevas generaciones. Sigue sirviendo para todo el que pueda permit¨ªrselo y se atreva a llevar, como ellos mismos comentaban tras el desfile, ?un uniforme, que te ayude a expresarte pero en el que no tengas que pensar?.
?La novedad es la pesadilla de los dise?adores. Y ahora no es tan relevante. Ahora es el momento de volver a la ra¨ªces para poder expresarte?, comentaba Miuccia Prada en la ronda de preguntas que sucedi¨® a la presentaci¨®n. Lo cierto, sin embargo, es que el Prada de Miuccia y Raf no est¨¢ tan anclado en la perversi¨®n de la cl¨¢sica est¨¦tica burguesa que tanto le obsesiona a la dise?adora. Con Raf los tejidos parecen m¨¢s ligeros (est¨¢ el cl¨¢sico nylon de la casa, pero tambi¨¦n otros tejidos t¨¦cnicos y materiales fluidos como el cr¨¨pe de seda) y el estilismo del desfile sigue siendo uniformado, pero ya no juega a mezclar opuestos o a hacer esos juegos inveros¨ªmiles de estilo que tanto le gustan a Miuccia.
El mensaje, sin embargo, sigue siendo tan profundo y opaco como siempre: el escenario del v¨ªdeo juega a mostrar las c¨¢maras, convirtiendo la atm¨®sfera en asfixiante; la colecci¨®n comienza con logos bien visibles que, a medida que avanza, se van autodestruyendo paulatinamente hasta terminar siendo estampados borrosos, tal vez dando a entender el inicio de un nuevo cap¨ªtulo; y la mayor¨ªa de las salidas estar centradas en el acto de ¡®arroparse¡¯, las camisas tienen una capa exterior con la que envolverse, los abrigos? y hasta las gabardinas, con el escote al hombro, est¨¢n pensadas para crear el efecto ¨®ptico de envolverse en un tejido c¨¢lido. ?La clave no es pensar en uno mismo, sino en el subconsciente colectivo, en qu¨¦ est¨¢ pasando ahora. Conectar con la sociedad lo es todo?, comentaba Miuccia. Por si quedaba alguna duda de que esta colecci¨®n versa sobre las necesidades y la situaci¨®n actuales, ciertas piezas estaban estampadas con esos mensajes tan cr¨ªpticos como caracter¨ªsticos que Raf Simons suele a?adir a su trabajo (y que hasta ahora Prada nunca hab¨ªa usado): conexi¨®n/ desconexi¨®n, continuo/ discontinuo, verdadero / falso.
?Trabajar juntos es sencillo. Compartimos la misma visi¨®n de la moda, as¨ª que, aunque haya que dialogarlo todo, es m¨¢s c¨®modo sentirse respaldado?, afirmaban ambos acerca de una colecci¨®n que sigue cumpliendo con los requisitos de Prada (plantear preguntas, reformular ideas y ser absolutamente reconocible desde el momento en que se presenta) pero a?adi¨¦ndole matices made in Simons (tejidos ligeros, mensajes estampados y gusto por la deconstrucci¨®n, entre otros). ?No sabemos qu¨¦ pasar¨¢ despu¨¦s de esta colecci¨®n; el mundo cambia y nosotros tambi¨¦n?. Su ¨¦xito radica en que contin¨²en sabiendo responder ante ¨¦l como hasta ahora.
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