Y el FBI, ?qu¨¦ opina de esto?
La moda, especialmente la moda r¨¢pida, se basa en la cultura de la copia.
El FBI detuvo el viernes a varios miembros de Megaupload, la plataforma que permite subir archivos a internet y descargarlos o visualizarlos. Les acusan de provocar da?os de 386 millones a la industria del entretenimiento y de "mega consipraci¨®n", entre otras lindezas, lo que les podr¨ªa costar hasta 50 a?os de c¨¢rcel.
Pero mientras se persigue con furia la copia de discos y pel¨ªculas y su ¨¦tica se debate en la calle, la copia de dise?os de moda goza de aprobaci¨®n social. Por un lado est¨¢n las falsificaciones, principalmente bolsos, que se venden en rec¨®nditas trastiendas de Shangai, Nueva York o en su versi¨®n m¨¢s popular en el top manta de las calles principales de nuestras ciudades. Por otro lado tenemos los famosos clones: prendas, generalmente de bajo coste, inspiradas en otras originales, generalmente caras, que cuentan con legiones de seguidores. Blogs y m¨¢s blogs se encargan de rastrear las copias m¨¢s logradas de las ¨²ltimas colecciones presentadas en pasarela, los bolsos que m¨¢s se asemejan al 'it bag' del momento y los "homenajes" a prendas estrella de la temporada.?
La ley protege los dise?os del plagio
En Espa?a los dise?os de moda est¨¢n protegidos por la ley de propiedad industrial. Esta ley, que tambi¨¦n regula las marcas, las patentes y algunos procesos de fabricaci¨®n permite registrar un logo, un invento o un dise?o original, por ejemplo. Sin embargo, no es imprescindible haber registrado el dise?o para poder cursar una demanda por vulneraci¨®n de dicha ley. De hecho, ser¨ªa muy caro y muy complicado registrar cada prenda de una colecci¨®n: son muchas piezas y algunas tienen ciclos cortos de menos de 6 meses. Esta es una de las razones por las que en la industria de la moda apenas se registran dise?os y, sin embargo, los juicios y acusaciones por plagio son numerosos. Las cadenas de moda r¨¢pida son protagonistas en muchas pol¨¦micas por plagio, y muchas se ha visto obligada a retirar de sus tiendas prendas por asemejarse demasiado a las de otras firmas.?
Demandar o no demandar
En estos momentos Loboutin y YSL litigan en los tribunales por la suela roja. Loboutin argumenta que es un distintivo original de la marca y algo as¨ª como su logo. YSL se defiende recordando que la suela roja no es un invento del franc¨¦s sino que Luis XIV ten¨ªa zapatos con suela roja, igual que Dorothy y sus chapines colorados. Esta batalla no es la ¨²nica planteada entre titanes. Louis Vuitton consigui¨® prohibir la emisi¨®n de un v¨ªdeo de Britney Spears en el que hab¨ªan tuneado el salpicadero de un Hummer rosa con una copia del estampado Cherry Blossom de la casa francesa. En Espa?a uno de los casos m¨¢s sonados (aunque parecer ser que luego se evapor¨®) fue la denuncia de Custo a Desigual por "imitaci¨®n sistem¨¢tica de la marca", es decir, copiar su estilo.
Las cadenas de moda r¨¢pida son las que m¨¢s se han beneficiado de esta cultura de la copia. Urban Outfitters se ha visto envuelto en numerosas pol¨¦micas y cruces de acusaciones por copiar a j¨®venes dise?adores. Asos es un maestro en eso de la compra: dobl¨® sus ventas gracias a la copia de las sandalias y el vestido que Sarah Jessica Parker luc¨ªa en la pel¨ªcula de Sexo en Nueva York.
Los casos no siempre acaban en los juzgados. La falta de recursos, el miedo a perder contra una gran corporaci¨®n o la falta de asesor¨ªa legal puede disuadir de presentar una demanda. Otra raz¨®n por la que estos casos no siempre llegan a los juzgados es porque se pactan soluciones previas como compensaciones econ¨®micas o retirada de los productos. En febrero de 2012 Stradivarius ofrec¨ªa en sus tiendas unas camisetas con fotos de varias blogueras utilizadas sin su consentimiento. Pero se menospreci¨® el poder medi¨¢tico de las chicas. Al final la cadena retir¨® las camisetas de sus tiendas y pidi¨® disculpas.?
Prada, Topshop
Las copias, ?perjudiciales o positivas para las marcas?
Amaya Arzuaga es una de las pocas voces cr¨ªticas con un sistema empresarial que pivota, en parte, sobre las copias de dise?os. No obstante, el ¨¦xito de las cadenas de moda r¨¢pida, el posicionamiento de estas empresas internacionalmente y los excelentes resultados con los que cierran sus ejercicios las convierte en ejemplos de buen hacer empresarial. Adem¨¢s, hay personas que consideran que las copias, lejos de perjudicar a la marca plagiada la benefician.
Seg¨²n recoge Slate Renee Richardson Gosline, profesora del MIT, defiende que las copias funcionan como producto de entrada a las marcas. En su tesis la profesora explica c¨®mo la mitad de las mujeres que participaron en su estudi¨® dejaban las imitaciones en un par de a?os y acababan comprando bolsos de firma. Una de las razones para saltar de la copia al original era la culpabilidad originada por las leyes de protecci¨®n frente a las falsificaciones.
En una famosa conferencia Ted Johanna Blakley, subdirectora del centro Norman Lear, explica que la cultura libre en la industria de la moda es muy beneficiosa para el propio sector y deber¨ªa servir de ejemplo para industrias como la del entretenimiento, que a pesar (o precisamente) por tener leyes de protecci¨®n tan duras pasan por momentos cr¨ªticos. Seg¨²n Blakley que se permita copiar ha generado cosas tan positivas como la "democratizaci¨®n de la moda" -en referencia a la proliferaci¨®n de grandes cadenas de ropa barata-, la "obsolescencia programada" de las tendencias y la aceleraci¨®n de la innovaci¨®n y la creatividad. No obstante hay voces que creen que algunas de estas consecuencias son negativas.
La periodista del Guardian Lucy Siegle desentra?a en su libro 'To die for: Is fashion wearing out the world?' las terribles consecuencias de la moda r¨¢pida. El abaratamiento de las prendas, explica, se sostiene gracias a la explotaci¨®n de personas en lugares pobres del planeta. La respuesta r¨¢pida que permite que las grandes cadenas se adapten inmediatamente a las tendencias exige turnos de sol a sol y fechas l¨ªmite imposibles de alcanzar salvo con m¨¦todos peligrosamente cercanos al maltrato.
Cambridge Satchel, Pull & Bear
Diferencias de ley
No obstante las consecuencias expuestas en esta conferencia Ted solo ser¨ªan aplicables para el sector en Estados Unidos, pues dicho pa¨ªs no protege los dise?os de moda. En Europa, igual que en Espa?a, los dise?os de moda gozan de cierta protecci¨®n.
El pa¨ªs que m¨¢s lucha contra las copias y falsificaciones es Francia. Los dise?os tienen copyright y ¨¦ste est¨¢ regulado por la ley de propiedad intelectual adem¨¢s de por la industrial. La protecci¨®n de los dise?os de moda en Francia data de 1793. Algunos a?os antes los trabajadores de la seda de Lyon pidieron que se protegieran sus dise?os. M¨¢s adelante con el auge de la alta costura se afianz¨® esta protecci¨®n que dura hasta nuestros d¨ªas cuando se protegen hasta los desfiles de moda.
En Estados Unidos, mientras luchan con toda su artiller¨ªa contra las copias de discos y pel¨ªculas, se permiten las copias de dise?os de moda, aunque parece que ahora un proyecto de ley para regular mediante copyright los dise?os de moda puede prosperar en el Congreso. Hay quien defiende que esta ley terminar¨¢ con la innovaci¨®n, cuyo motor, dicen, es huir de ls copias. No obstante la relaci¨®n no parece tan clara. En tal caso Francia no ser¨ªa el pa¨ªsl¨ªder de la moda mundial.
Lo que est¨¢ claro es que se protejan los dise?os o no, las copias son algo tolerado y asimilado en el mundo de la moda. Parece claro que algunos dise?adores y comerciantes pierden dinero por esta impunidad para copiar, pero tambi¨¦n parece claro que a las instituciones no les importa. Quiz¨¢s los grupos de presi¨®n, en este caso, est¨¢n en el otro lado.
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