La directora del Instituto de la Mujer edita una obra con una apolog¨ªa de la violaci¨®n
El libro se titula 'Todas putas' y est¨¢ escrito por Hern¨¢n Migoya, que se declara mis¨®gino
La directora del Instituto de la Mujer, Miriam Tey, ha publicado en una editorial de su propiedad un libro, titulado Todas putas y escrito por Hern¨¢n Migoya, que supone toda una apolog¨ªa de la violaci¨®n, seg¨²n cuenta hoy el diario La Vanguardia. "Ahora que los negros son buenos y los maricones unos seres muy simp¨¢ticos, a ver si la sociedad decide de una vez que no todos los violadores somos mala gente", dice uno de los cuentos.
As¨ª empieza el relato El violador, primero del volumen Todas putas, que supone el debut narrativo de Hern¨¢n Migoya (Ponferrada, 1971). En general, todo el libro est¨¢ escrito con un marcado tono mis¨®gino y, adem¨¢s de este cuento, contiene otro titulado Porno del bueno, en el que un adulto va a buscar a una ni?a a la escuela para despu¨¦s violarla mientras, entre l¨¢grimas, le pide: "No se lo digas a mam¨¢, mi vida".
El libro, con pie de imprenta de marzo del 2003, est¨¢ publicado por El Cobre Ediciones, editorial de la que es propietaria, junto a otros socios, M¨ªriam Tey, nombrada directora del Instituto de la Mujer el pasado 7 de marzo. Migoya reconoce a este diario: "Soy mis¨®gino y estoy orgulloso de ello. Es algo muy sano". El escritor admite que Todas putas es "pol¨ªticamente incorrecto" y a?ade que le sale "esa vena" en todas sus obras, "ya sean cuentos, c¨®mics o cortometrajes". Seg¨²n el escritor, "el libro fue un encargo personal de M¨ªriam Tey", que ley¨® en Internet el relato El violador, "le encant¨®" y se puso en contacto con ¨¦l para decirle: "Quiero un libro entero as¨ª". "Yo ya le coment¨¦ en broma que la iban a denunciar", indica Migoya.
"No es para tanto"
Migoya admite que su cuento es: "Una apolog¨ªa de la violaci¨®n, pero desde el punto de vista del personaje, que por suerte no soy yo. Es un relato sat¨ªrico sobre un violador que quiere que se reconozcan sus derechos. Todo el libro, de hecho, trata sobre los monstruos que tenemos dentro. Intento entender si queda algo que yo pueda tener en com¨²n con ellos. Hablo de seres con baja autoestima y muy necesitados de cari?o". El personaje narrador de Migoya critica que las mujeres "hacen creer a todo el mundo que no hay cosa peor que una violaci¨®n. Y, entre nosotros, yo que he violado a muchas mujeres, d¨¦jenme decirles algo: no es para tanto". El relato finaliza de una manera que enlaza con el t¨ªtulo del libro: "Eso s¨ª, las mujeres son todas unas putas. Seguro que ustedes lo han pensado tambi¨¦n alguna vez, ?verdad? ?Lo ven? Entonces estamos todos de acuerdo".
En otro de los cuentos, no apto para mentes sensibles, el narrador explica c¨®mo penetra a una ni?a a la que ha ido a buscar a la escuela. Migoya admite que incluso sus amigos "se han sentido muy ofendidos con este libro", pero argumenta que "en este pa¨ªs los escritores suelen ser muy pol¨ªticamente correctos y todos pierden el culo por declararse en contra de la guerra y el chapapote. Yo no tengo esa ansiedad por demostrar lo buena persona que soy, sino s¨®lo por ser buen escritor. Y los mejores escritores suelen ser unos hijos de puta".
"Cada lector lee el libro a su manera. Para m¨ª, es peor la mediocridad que la maldad. Prefiero a una persona malvada pero brillante, porque a m¨ª una persona buena, gris y mediocre no me transmite nada. Por desgracia, estamos en una sociedad que premia el ser cordero, lo gris, el estar con la masa", dice Migoya. En La Vanguardia, M¨ªriam Tey afirma que "el libro tiene un giro ir¨®nico" a trav¨¦s del cual debe leerse, aunque declina realizar m¨¢s comentarios. La responsable socialista del ¨¢rea de mujer, Micaela Navarro, ya ha pedido la dimisi¨®n de Tey.
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