La crisis abierta por las mentiras de un reportero acaba con el director del 'New York Times'
Howell Raines y parte de la c¨²pula directiva del peri¨®dico han dimitido a consecuencia del 'caso Jayson Blair'
El terremoto que ha sacudido The New York Times al salir a la luz los enga?os que uno de sus reporteros public¨® durante a?os en sus p¨¢ginas se ha llevado por delante al director del mejor diario del mundo, Howell Raines, y del director de gesti¨®n, Gerald M. Boyd.
El diario llevaba a?os ya con gangrena en sus venas cuando la dimisi¨®n de Jayson Blair abri¨® una herida el pasado 1 de mayo que a¨²n no ha dejado de sangrar, y que amenaza con debilitar hasta la extenuaci¨®n el hilo de credibilidad que alimenta la relaci¨®n de los lectores con el peri¨®dico.
Problemas con las drogas
Blair ingres¨® en The New York Times con tan s¨®lo 23 a?os, y pronto se convirti¨® en uno de sus reporteros m¨¢s productivos, que firmaba con frecuencia en la primera p¨¢gina y recib¨ªa felicitaciones personales del director. Cuatro a?os despu¨¦s su mete¨®rica carrera se desvanec¨ªa en la nada al publicar el diario neoyorquino el 11 de mayo un art¨ªculo de cuatro p¨¢ginas detallando las mentiras de su reportero y la cadena de errores humanos que permiti¨® que salieran a imprenta durante tantos a?os.
El reportero, con trastornos personales graves y una fuerte adicci¨®n a las drogas, hab¨ªa sido obligado a dimitir unos d¨ªas antes, y Raines puso su cargo a disposici¨®n del editor, Arthur Sulzberger Jr. durante una asamblea p¨²blica en un cine de Nueva York. Sulzberger, que d¨ªas antes afirmaba que "el diario atraviesa el momento m¨¢s bajo en sus 152 a?os de historia", no la acept¨®, pero la investigaci¨®n sigui¨® abierta y las r¨¦plicas del terremoto han terminado por llevarse por delante a un director que llevaba mucho tiempo hu¨¦rfano del apoyo de la redacci¨®n.
"Un invento" de Raines
Howell Raines no era a¨²n director cuando Blair, de raza negra, puso por primera vez los pies en el diario. Accedi¨® al cargo en junio de 2001. Sin embargo, muchos periodistas consideran que Blair acab¨® siendo "un invento" de Raines, un ejemplo de lo que el nuevo director quer¨ªa de sus redactores: juventud, variedad ¨¦tnica, imaginaci¨®n, productividad y un estilo agresivo. Howell Raines, un hombre considerado autoritario y prepotente, ten¨ªa en la cuesti¨®n racial su punto d¨¦bil. Naci¨® en Alabama, de familia blanca y acomodada, y en los a?os sesenta, cuando la lucha por los derechos civiles prendi¨® en el Estado m¨¢s racista del viejo Sur, Raines opt¨® por quedarse en casa. Esa abstenci¨®n ante una causa justa le dej¨® un remordimiento duradero, que reconoci¨® y trat¨® de exorcizar con un libro sobre aquellos acontecimientos. El libro le vali¨® un premio Pulitzer.
El pasado 14 de mayo, ya en plena crisis, Sulzberger y Raines reunieron a 600 redactores (el diario tiene en total 1.100 periodistas) en el cine Loews de Broadway para dar explicaciones. Fue una asamblea tumultuosa. "Ten¨¦is derecho a preguntar", dijo Raines, "si yo, como hombre blanco de Alabama con esas convicciones [las de aumentar la diversidad racial en la plantilla], le di una oportunidad de m¨¢s... Cuando busco la verdad en el fondo de mi coraz¨®n, la respuesta es s¨ª".
Jayson Blair ha concedido entrevistas a Newsweek y a The New York Observer. En declaraciones a este ¨²ltimo afirm¨® que "era injusto" culpar a Raines, pero que, en efecto, la cuesti¨®n racial hab¨ªa desempe?ado un papel importante en su ascenso y ca¨ªda. "La discriminaci¨®n positiva y el racismo influyeron, aunque no de igual forma", asegur¨®. "El impacto del racismo fue muy superior". Seg¨²n ¨¦l, un amplio grupo de mandos intermedios blancos se opon¨ªa a la promoci¨®n de los negros.
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