Un juzgado admite a tr¨¢mite una querella contra el arzobispo de Granada por acoso moral
La denuncia fue presentada por un sacerdote al que Francisco Javier Mart¨ªnez apart¨® de sus funciones
El Juzgado de Instrucci¨®n n¨²mero 1 de Granada ha admitido a tr¨¢mite la querella presentada por el sacerdote Javier M. M. contra el arzobispo de la ciudad, Francisco Javier Mart¨ªnez, a quien acusa de calumnia, injurias, acoso moral y coacciones por haberle inhabilitado para ejercer sus funciones sacerdotales y haberle destituido como can¨®nigo. Se trata de la primera vez que un obispo es denunciado por acoso.
Francisco Javier Mart¨ªnez ha sido citado a declarar ante el Juzgado el pr¨®ximo 26 de abril, al aceptar el juez la querella que present¨® el sacerdote, a quien el arzobispo inhabilit¨® para ejercer sus funciones sacerdotales el pasado febrero, le destituy¨® como can¨®nigo, le retir¨® de su C¨¢tedra de la Facultad de Teolog¨ªa y le relev¨® por decreto de su puesto de archivero en la catedral de Granada, datos en los que el cl¨¦rigo bas¨® su querella.
Seg¨²n el escrito, el arzobispo ha sometido al cura a "acoso moral" desde que tom¨® posesi¨®n del cargo en junio de 2003 procedente de la Di¨®cesis de C¨®rdoba. La presunta inquina del arzobispo hacia el sacerdote podr¨ªa deberse, seg¨²n la querella, a que el sacerdote est¨¢ vinculado a los ¨®rganos de Gobierno de CajaSur (C¨®rdoba), que financi¨® un libro sobre la Catedral de Granada encargado por el anterior arzobispo, Antonio Ca?izares, y cuya publicaci¨®n fue paralizada por Mart¨ªnez.
El pasado diciembre, el sacerdote present¨® una demanda por conciliaci¨®n contra el arzobispo, a quien acusaba de calumniarle e injuriarle en una carta en la que supuestamente le achacaba una apropiaci¨®n indebida relacionada con su trabajo como archivero y le imputaba quedarse con los derechos de propiedad intelectual del libro paralizado.
El acto de conciliaci¨®n acab¨® sin avenencia al no retractarse el prelado, a quien la juez de Primera Instancia 5 rechaz¨® su recurso basado en que el caso es competencia de la jurisdicci¨®n eclesi¨¢stica y no la Civil ordinaria.
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