Tenaz frente al desaf¨ªo y la dificultad
Cuando supe que Emilio Lled¨® participaba en este homenaje, record¨¦ un hermoso trabajo suyo, Amistad y memoria, en el que estudia c¨®mo la democracia y la amistad nacieron juntas en la Grecia cl¨¢sica, ambas como un ejercicio de libre elecci¨®n que supera los lazos estrechos del clan y nos ofrece un repertorio m¨¢s amplio de sociabilidad.
Emilio cita un texto de Plat¨®n donde ¨¦ste, por boca de Arist¨®fanes, nos advierte que somos seres incompletos, fragmentarios, tan s¨®lo la mitad de un esp¨ªritu mayor que, para sentirse restituido y satisfecho, necesita de otros hombres, de sus complementarios, de las amistades ausentes, conforme a una esperanza de plenitud. Al releer esto, me he preguntado qu¨¦ mitad complementaria de nosotros pod¨ªa representar Jes¨²s, qu¨¦ cualidades distintas reun¨ªa que hicieran tan atractiva para m¨ª su figura. Y es dif¨ªcil responder, porque hay donde elegir: Jes¨²s era vital, en¨¦rgico, creativo, audaz, minucioso, sobrio... a un tiempo expansivo y reservado, educado pero no protocolario, y, sobre todo, tenaz ante el desaf¨ªo y la dificultad, gracias a ese "car¨¢cter de resistente" que ¨¦l se atribu¨ªa con toda justicia. En estos d¨ªas de correos electr¨®nicos y llamadas apresuradas, era adem¨¢s el amigo que ten¨ªa tiempo para sus amigos, que te escrib¨ªa a mano y te enviaba libros. Y junto al hombre, e ¨ªntimamente entra?ado en ¨¦l, el empresario.
La Espa?a de la globalizaci¨®n, tan diferente de aquella en la que el fundador de Santillana empez¨® a trabajar, se ha acostumbrado a que sus empresas y los hombres que las dirigen aparezcan como protagonistas de la econom¨ªa internacional. Y as¨ª, les vemos comprar bancos, abrir factor¨ªas, ocupar a los analistas de la prensa salm¨®n m¨¢s all¨¢ de nuestras fronteras. Jes¨²s fue uno de los primeros en intentarlo y conseguirlo -fue un pionero-, porque pens¨® sus empresas con una hechura grande desde el primer momento. Nunca un horizonte le pareci¨® definitivo. En el principio fue el libro, y del libro al peri¨®dico, de ¨¦ste a la radio y m¨¢s tarde al audiovisual en todas sus variantes. Ampli¨® los contornos de la comunicaci¨®n espa?ola a base de no insistir en lo trillado, dando siempre un paso hacia lo que a¨²n estaba por explorar y ¨¦l sab¨ªa que constitu¨ªa el futuro. Si el problema de Espa?a, seg¨²n Ortega, era que intent¨¢bamos pocas cosas, que apenas emprend¨ªamos nada, desde luego con Jes¨²s ese problema se termin¨® pronto, en cuanto empez¨® a multiplicar su iniciativa en todas direcciones.
En su trayectoria como editor, tuvo dos aciertos esenciales. Primero, dotar de modernidad gerencial al periodismo espa?ol, requisito sine qua non para su desarrollo. Superando el tradicional voluntarismo del oficio, Jes¨²s hizo posible la pr¨¢ctica de un periodismo econ¨®micamente bien respaldado y acorde al de nuestro entorno occidental, donde el derecho a informar se ejercita desde la independencia que s¨®lo la solidez de una gran empresa y la dignidad de la profesi¨®n period¨ªstica aseguran. Quiz¨¢ Jes¨²s no inventara del todo este modelo, y no fue tampoco el ¨²nico en apostar por dicha f¨®rmula, pero su ¨¦xito rotundo ha sido decisivo, al cabo, para decantar la balanza del periodismo espa?ol de ese lado, que es el propio de una sociedad moderna, bien informada, inequ¨ªvocamente comprometida con el progreso, el desarrollo y el sistema de libertades. Por eso, su otro gran acierto consiste en haber cumplido ese papel modernizador poniendo su capacidad financiera y profesional al servicio de aquella sociedad de plural constituci¨®n que fue la editora de EL PA?S, aglutinadora en su d¨ªa de sectores muy diversos de la sociedad espa?ola, empezando por el de la derecha liberal, y, en consecuencia, sintonizando r¨¢pidamente con aqu¨¦lla. De ah¨ª que lo que se ha dado en llamar el pacto de Sacha entre Juan Luis Cebri¨¢n y Jes¨²s de Polanco, un pacto de mutua lealtad y colaboraci¨®n, pueda representar lo que, en un sentido amplio, ha sido el pacto de la propia sociedad espa?ola y sus profesionales con su clase empresarial, que ha devuelto a nuestro pa¨ªs al lugar que en Europa le corresponde. Porque Jes¨²s sab¨ªa que el poder econ¨®mico en s¨ª mismo carece de sentido, y ha de ser, m¨¢s bien, salvaguarda de una serie de principios y convicciones, instrumento de un cierto cometido social, que en su caso consisti¨® en ensanchar el espacio p¨²blico espa?ol de informaci¨®n y debate.
Pero quiz¨¢ lo que m¨¢s apreciaba de ¨¦l era su discurso claro y sencillo, su condici¨®n de interlocutor con el que uno sab¨ªa a qu¨¦ atenerse. Dec¨ªa Jes¨²s que "una empresa de comunicaci¨®n no puede estar encerrada en s¨ª misma, esperando tan s¨®lo que le vengan a contar, tiene ella misma que salir a contar lo que va a hacer...", y de esa manera se comportaba ¨¦l, para quien la transparencia, unida a la franqueza, eran parte consustancial de la amistad, de los negocios, del trato humano en general. Era veraz y directo, y eso le permiti¨® dirigirse adonde ¨¦l siempre quiso, sin perder tiempo en rodeos, alcanzando las metas que antes de cumplir los treinta a?os anot¨® en un cuaderno, atrayendo, por causa misma de su sinceridad, cr¨ªticas e incomprensiones que no bastaron para frenarle.
Si su obra tiene la talla que hoy se le reconoce es precisamente porque no fue extravagante o extempor¨¢nea, porque no se hizo desde la periferia de los acontecimientos, sino anclada en el aqu¨ª y el ahora. Y es que, aunque pudo seguir siendo un buen editor de libros, refugi¨¢ndose en la comodidad de su ¨¦xito inicial, prefiri¨®, de acuerdo con su casta de hombre de acci¨®n, involucrarse y actuar desde el coraz¨®n mismo del acontecer social, pol¨ªtico y cultural, en una de las horas m¨¢s apasionantes de nuestra historia. As¨ª construy¨® el mayor grupo de comunicaci¨®n en espa?ol apoyado en dos puntos de partida genuinamente nuestros: la transici¨®n a la democracia y su consolidaci¨®n, y el ¨¢mbito iberoamericano. Lo hizo con la generosidad que revelan estas palabras: "Estaba tan contento de participar en aquella vida desde dentro que nunca me di cuenta de ser protagonista de nada..." ?Se puede definir mejor el entusiasmo y la autenticidad, la entrega y el liderazgo? ?Se puede vivir m¨¢s intensamente semejante aventura?
Ahora bien, yo creo que no debemos entregarnos a la melancol¨ªa. Porque el milagro de la amistad -esa amistad que, seg¨²n recuerda Emilio Lled¨®, naci¨® de la mano de la democracia, de la misma manera que ambas nociones se hermanaban en Jes¨²s-, consiste en que, con el tiempo, terminamos por aprender del amigo aquello que nos deslumbr¨® en ¨¦l, la parte de su mitad que m¨¢s le falta a la nuestra, de modo que su paso por el mundo no se limita a un derroche de personalidad, sino que fecunda y enriquece a cuantos le conocieron. As¨ª, Jes¨²s vive no s¨®lo en sus empresas y en las ideas que ¨¦stas encarnan. Tambi¨¦n en quienes le trataron asiduamente, porque todos -Emilio, Felipe, Juan Luis, sus hijos... todos los que estamos aqu¨ª- llevan, llevamos, algo de ¨¦l. Y ¨¦sa, pese a la p¨¦rdida, es una noticia alegre y esperanzadora. No s¨®lo tuvo una vida colmada, sino que adem¨¢s colm¨® las nuestras. Celebr¨¦moslo, y d¨¦mosle las gracias.
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