Un esp¨ªa contra la pirater¨ªa
Un infiltrado logra que se detenga y se registre la casa de un hombre que vend¨ªa pel¨ªculas y series de televisi¨®n pirateadas
La misma persona que compr¨® al pirata los contenidos de pel¨ªculas y series de televisi¨®n en DVD fue quien le denunci¨® luego a la polic¨ªa. El denunciante, Salvador E. G., era un infiltrado de distintas asociaciones que defienden los derechos de autor. El infiltrado se arm¨® de pruebas para que la polic¨ªa no tuviera dudas. Su denuncia y las pruebas no han quedado en saco roto: la polic¨ªa ha detenido al pirata, quien en varios meses logr¨® 1.500 euros vendiendo todo tipo de contenidos pirateados. Adem¨¢s, el titular del juzgado de Instrucci¨®n 14 de Madrid orden¨® un registro en su casa. Ha sido encausado como supuesto autor de un delito contra la propiedad intelectual.
El detenido entraba en foros de Internet y colocaba anuncios en los que ofrec¨ªa, a precios muy m¨®dicos, en torno a 3 euros, series completas de televisi¨®n, m¨²sica y pel¨ªculas reci¨¦n estrenadas y de calidad. La lista de t¨ªtulos y obras que ofrec¨ªa la ten¨ªa a disposici¨®n de los interesados en la direcci¨®n http/usuarios,lycos.esfresco38. Para ponerse en contacto con ¨¦l dejaba un correos electr¨®nico de Hotmail. El infiltrado contact¨® con ¨¦l y le pidi¨® diferentes t¨ªtulos. Su objetivo no era recriminarle por lo que hac¨ªa, sino obtener pruebas s¨®lidas para luego inculparle ante la justicia. Y lo consigui¨®.
El pirata, ajeno a que se trataba de un representante de las asociaciones de defensa de los derechos de autor, incluso le facilit¨® su cuenta bancaria de Caja de Madrid en la que deb¨ªa depositar el dinero por la adquisici¨®n de las obras. Con los CDs y DVs, sin serigraf¨ªa, que le hab¨ªa remitido el pirata, el correo electr¨®nico de ¨¦ste, su n¨²mero de cuenta corriente y copias del cruce de mensajes entre ambos acudi¨® a la polic¨ªa. El vendedor se identific¨® ante el infiltrado como Sergio P.M., de nacionalidad mexicana y residente en Madrid.
Con los datos aportados por el infiltrado, la polic¨ªa pidi¨® al Juzgado de Instrucci¨®n 14 de Madrid que reclamase a Microsoft la identidad de la persona que hab¨ªa abierto la cuenta de correo de Hotmail a trav¨¦s de la que negociaba el pirata y el nombre del titular del cuenta bancaria en la que ped¨ªa que se le ingresase el dinero. El juez no s¨®lo orden¨® eso; tambi¨¦n decret¨® un registro en su casa. Analizados todos esos datos, el magistrado lleg¨® a la conclusi¨®n de que Sergio P. M. estaba cometiendo un delito contra la propiedad intelectual, ya que vend¨ªa creaciones art¨ªstica sin autorizaci¨®n de sus due?os y con ¨¢nimo de lucro. Precisamente, la Fiscal¨ªa General del Estado ha enviado a todos los fiscales una circular en la que ordena que se persiga a los piratas cuando se advierta que hay ¨¢nimo de lucro. Bajarse pel¨ªculas o m¨²sica de Internet no es delito, salvo que medie un ¨¢nimo de lucro. La Fiscal¨ªa, en esa misma circular, deja abierta la posibilidad a los due?os de tales creaciones para que act¨²en por la v¨ªa civil contra las personas que se descargan m¨²sica o pel¨ªculas sin ese ¨¢nimo de lucro. Es decir, permite exigirles una indemnizaci¨®n, pero no lo considera un delito.
En el caso de Sergio P. M., el objetivo del registro decretado en su domicilio de Madrid fue detectar el ordenador y los medios de grabaci¨®n utilizados por ¨¦ste para cometer el delito. Sergio P. M. fue detenido a mediados de este mes de marzo, aunque la investigaci¨®n contra ¨¦l se inici¨® el pasado mes de diciembre. Gracias a la cuenta bancaria, la polic¨ªa pudo comprobar que el detenido hab¨ªa ingresado unos 1.500 en cuesti¨®n de unos meses vendiendo pel¨ªculas y series de televisi¨®n. En su cuenta constaban cerca de 40 personas que le hab¨ªan remitido dinero por este mismo concepto: la venta ilegal de contenidos musicales o de televisi¨®n. Asimismo, en el registro se observaron cientos de DVs con contenidos piratas y los ordenadores en los que se hab¨ªan hecho las grabaciones ilegales. El detenido declar¨® que obten¨ªa tales obras descarg¨¢ndoselas de Internet, aunque la polic¨ªa ha descubierto, adem¨¢s, que en su casa dispon¨ªa de medios audiovisuales copiados de obras de una biblioteca de la Comunidad de Madrid que tambi¨¦n las ten¨ªa a la venta.
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