California comienza a celebrar bodas gays

California ya ha comenzado a celebrar las primeras bodas entre personas del mismo sexo, convirti¨¦ndose as¨ª en el segundo Estado norteamericano en legalizar el matrimonio homosexual (Massachusetts lo hizo en 2004) y el primero en permitir esas uniones independientemente del Estado de origen de los contrayentes.

La decisi¨®n de permitir el matrimonio entre homosexuales fue tomada el pasado 15 de mayo por el Tribunal Supremo del Estado, que declar¨® ilegal una norma de 1977 que establec¨ªa que el matrimonio es "la uni¨®n de un hombre y una mujer". El gobernador Arnold Schwarzenegger, republicano, reconoci¨® que tendr¨¢ que "respetar la decisi¨®n del Supremo y velar por su cumplimiento".

Cientos de parejas homosexuales se disponen a acudir a los ayuntamientos de los condados californianos para darse el s¨ª quiero y rellenar la licencia matrimonial en la que nunca m¨¢s volver¨¢ a aparecer las palabras novio y novia, sino parte A y parte B. Los condados de San Francisco y West Hollywood, donde vive una influyente y numerosa comunidad gay, han casado a una pareja cada uno, para dar el pistoletazo de salida para que hagan lo propio el resto de condados.

Est¨¢ previsto que el martes se celebren concentraciones delante de diferentes oficinas de tramitaci¨®n antes de su apertura al p¨²blico, en un acto simb¨®lico para festejar un momento hist¨®rico en la vida de muchas personas. Incluso, quienes lo deseen, contar¨¢n con jueces dispuestos a oficiar una boda expr¨¦s en el mismo lugar donde se entregan las solicitudes.

Una boda de octogenaria

El matrimonio homosexual est¨¢ prohibido en 45 Estados de la Uni¨®n, pero Nueva York anunci¨® hace semanas que reconocer¨ªa las bodas entre personas del mismo sexo celebradas en otros Estados, una decisi¨®n interpretada por muchos como el paso previo a autorizar esas uniones en su jurisdicci¨®n. "Si las bodas celebradas fuera de Nueva York van a ser reconocidas, estoy seguro que no pasar¨¢ mucho tiempo antes de que los neoyorquinos puedan casarse en su propio Estado", ha dicho el actor George Takei, conocido por su papel de Mr. Sulu en la serie de ciencia-ficci¨®n Star Trek, y que ultima los preparativos para casarse con su m¨¢nager y novio de toda la vida, Brad Altman.

El alcalde de San Francisco, el dem¨®crata Gavin Newsom, cuya decisi¨®n de comenzar a casar parejas del mismo sexo en 2004 sirvi¨® de desencadenante para la batalla judicial que ha culminado con la autorizaci¨®n definitiva, ha oficiado este mismo martes la boda entre Del Martin y Phyllis Lyon, dos mujeres octogenarias que llevan juntas m¨¢s de 50 a?os y que ya celebraron ante Newsom su primera uni¨®n hace cuatro a?os, antes de que el mismo tribunal que ahora les permite casarse declarara ilegales las licencias expedidas por el alcalde.

Los cr¨ªticos esperan a noviembre

Numerosas organizaciones conservadoras y religiosas, que consideran que los jueces se extralimitaron en sus funciones, esperan contratacar el pr¨®ximo noviembre cuando los californianos est¨¢n llamados a votar para cambiar la constituci¨®n del Estado, en la que todav¨ªa se define el matrimonio como "la uni¨®n de un hombre y una mujer".

Los siete obispos cat¨®licos que tiene Los ?ngeles han advertido este mismo lunes que el matrimonio "tiene un ¨²nico lugar en la creaci¨®n divina, la uni¨®n entre un hombre y una mujer".

"Afortunadamente, aunque la Corte Suprema ignor¨® el requisito constitucional sobre restricci¨®n judicial, la Corte de Apelaciones puede restaurar el respeto por la ley y prevenir el caos legal de los 'matrimonios' del mismo sexo", ha afirmado, por su parte, Randy Thomasson, presidente de la asociaci¨®n Campaign for Children and Families.

Este grupo es uno de los que apoya la petici¨®n del Liberty Counsel, organizaci¨®n sin ¨¢nimo de lucro experta en litigios que defiende la "santidad de la vida humana y la familia tradicional", seg¨²n se define en su propio portal de internet, para revocar la autorizaci¨®n judicial de las bodas gays.

En su apelaci¨®n, el Liberty Counsel solicit¨® que no se tramite ninguna licencia de enlaces entre personas del mismo sexo hasta que no se modifique la definici¨®n de matrimonio que recoge la constituci¨®n del Estado, algo que, argumentan, corresponde a los legisladores y no a los jueces.

Con todo, la aceptaci¨®n de los matrimonios gays ha crecido considerablemente en la sociedad estadounidense, muy conservadora en asuntos morales. A¨²n as¨ª, s¨®lo un tercio de los estadounidenses defienden que debe de ser legalizado, seg¨²n una encuesta divulgada recientemente por la CBS. Otro tercio se opone frontalmente a dichas uniones.