Rosa Mar¨ªa Calaf: "Ahora tengo que devolver algo de lo aprendido"
La veterana periodista, jubilada tras su salida de TVE en virtud de un ERE que critica, estar¨¢ ahora vinculada a la universidad
Rosa Mar¨ªa Calaf, la corresponsal m¨¢s veterana de TVE y v¨ªnculo con Asia para miles de telespectadores durante su ¨²ltima etapa laboral, se jubil¨® el pasado 31 de diciembre despu¨¦s de despedirse con un reportaje sobre el conflicto en el sur de Filipinas, uno de los m¨¢s olvidados del planeta. Aunque firm¨® voluntariamente el Expediente de Regulaci¨®n de Empleo (ERE) de RTVE, Calaf critica abiertamente el plan del ente p¨²blico de alcanzar 4.000 jubilaciones anticipadas "porque esto supone prescindir de la memoria y experiencia de la empresa". "Es desperdiciar a una generaci¨®n que est¨¢ en su mejor momento y que es la que tiene que ense?ar a los j¨®venes que se van incorporando", asegura. Ahora que est¨¢ jubilada, se dedicar¨¢ a esa tarea mediante alg¨²n tipo de v¨ªnculo con el mundo de la universidad que todav¨ªa no ha determinado, con el objetivo de "devolver algo de lo aprendido gracias a las oportunidades" que le ha ofrecido un oficio que ha ejercido siempre desde la pasi¨®n.
Calaf reivindicar¨¢ ante los alumnos "la necesidad de un periodismo m¨¢s relajado, menos del impacto, contra el tratamiento superficial de los temas, que cada vez ocupan menos espacio". "Cuando era corresponsal en Nueva York, en 1983, una cr¨®nica de telediario en Espa?a ocupaba tres minutos; en 1988, en mi puesto de Mosc¨², algo m¨¢s de dos; en Buenos Aires se pas¨® al minuto cuarenta y cinco; en Roma, en 1996, al minuto y medio; y ahora en Asia, conseguir un minuto diez era una proeza", se queja.
"Eleg¨ª Filipinas para despedirme porque es la gran olvidada de Espa?a aunque el Plan Asia la coloque como objetivo prioritario de la ayuda a la cooperaci¨®n. Me pareci¨® importante recordar los v¨ªnculos hist¨®ricos con la ex colonia, que de por s¨ª justifican un inter¨¦s especial", explica esta barcelonesa, que a sus 63 a?os sigue llevando el pelo del color rojo fuego que hizo inconfundible su imagen en televisi¨®n. "Filipinas vive una gran paradoja. Por una parte, intenta avanzar en democracia y econ¨®micamente. Pero por otra, tiene problemas de corrupci¨®n, pobreza y derechos humanos, con decenas de asesinatos extrajudiciales de activistas y periodistas", dice de carrerilla Calaf, tras reconocer que rod¨® nada menos que 25 horas sobre la compleja situaci¨®n del pa¨ªs en los 15 d¨ªas que permaneci¨® dentro de sus fronteras.
"No doy especial valor al riesgo. Me meto ah¨ª porque quiero"
De momento, esta premiada periodista no va a notar los efectos de la inactividad propia de la jubilaci¨®n (algo que reconoce que la "asusta"), pues ahora le toca montar los 45 minutos finales que se emitir¨¢n en el programa En Portada en las pr¨®ximas semanas.
Calaf y su equipo han centrado la narraci¨®n en el enfrentamiento del Ej¨¦rcito filipino con la guerrilla musulmana del Frente Moro de Liberaci¨®n Isl¨¢mica (MILF). El retrato de este conflicto la llev¨® a viajar escoltada por las rutas m¨¢s peligrosas del pa¨ªs, casi nunca frecuentadas por occidentales por temor a los secuestros.
"Lo m¨ªo es genio y figura hasta la sepultura. Quer¨ªa hacer una cr¨®nica con la mayor profundidad posible y no me import¨® el riesgo. No le doy especial valor. Me meto ah¨ª porque quiero", cuenta esta reportera bregada en conflictos como el de Chechenia o el de Timor, ¨¦ste ¨²ltimo el que m¨¢s miedo le hizo pasar, seg¨²n sus propias confesiones, tras el asesinato de un colega del Financial Times.
Su ¨²ltimo viaje como enviada de la televisi¨®n p¨²blica espa?ola comenz¨® en Cagay¨¢n de Oro, en el sur de Filipinas, y la llev¨® por los principales escenarios del recrudecimiento de la violencia este verano, hasta el campamento de los rebeldes, escondido en la selva.
"No regres¨¦ a la isla de Basilan, donde s¨ª estuve hace 6 ¨® 7 a?os, porque me advirtieron de que arriesgar¨ªa mi vida junto a la de todo mi equipo. Y eso es algo que nunca har¨ªa: poner en peligro a los colaboradores locales", afirma esta dama del periodismo, que ha sido corresponsal de la cadena estatal durante 37 a?os, hasta que se acogi¨® al ERE.
"Me queda la sensaci¨®n de que a lo mejor hubiera podido hacer m¨¢s, denunciar m¨¢s injusticias. Me frustra el hecho de que se repitan siempre los mismos conflictos. A veces, cuentas y cuentas, y las cosas no avanzan", lamenta. "Sin embargo, he hecho lo que quer¨ªa: dedicarme al periodismo con pasi¨®n. Evidentemente, esto ha supuesto que he pasado menos tiempo con mi familia o mis amigos. Pero no siento que haya hecho renuncias personales. Nunca he deseado una vida familiar".
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.