El padre Alberto Cuti¨¦ cambia la Iglesia romana por la episcopal
El sacerdote anuncia precipitadamente su futuro tras publicarse una segunda ronda de fotos con su amante y provoca la indignaci¨®n de su anterior jerarqu¨ªa
Los acontecimientos se han precipitado. Cisma cat¨®lico. La publicaci¨®n de la segunda bater¨ªa de fotos del padre Alberto Cuti¨¦ con su amante oblig¨® al sacerdote estrella de los medios de comunicaci¨®n a salir de su retiro y a desvelar su futuro. Al d¨ªa siguiente de estallar el nuevo esc¨¢ndalo se apresur¨® a ofrecer una conferencia de prensa en la que anunci¨® su marcha de la Iglesia cat¨®lica apost¨®lica y romana para pasarse a la episcopal, mucho m¨¢s abierta, y en la que podr¨ªa casarse. No podr¨¢ celebrar la eucarist¨ªa a¨²n, pero s¨ª predicar y ejercer otras funciones.
Su primera aparici¨®n est¨¢ prevista ya para el domingo en la Trinity Church en medio de gran expectaci¨®n La Iglesia que deja, en plena crisis econ¨®mica, reaccion¨® con gran indignaci¨®n atacando al sacerdote por sus actos y al obispo Leo Frade, m¨¢xima jerarqu¨ªa episcopal por la forma en que ha llevado el asunto.
Acompa?ado por su pareja, Ruhama Canellis, el padre Cuti¨¦ ley¨® un comunicado en el que explic¨® sus motivos. Empez¨® con una referencia b¨ªblica, del libro de los Salmos: "Mu¨¦strame tus caminos Se?or, ens¨¦?ame tus sendas". Son palabras, dijo, que le "han acompa?ado mucho tiempo". Reiter¨® su deseo de seguir siendo sacerdote y de servir a Dios, pero enseguida confirm¨® lo que ya se conoc¨ªa, su cambio de bando: "Les quiero asegurar que esta lucha no comenz¨® hace unas pocas semanas atr¨¢s. Durante mucho tiempo he luchado, he buscado en el interior de mi coraz¨®n y mi alma, la gu¨ªa de Dios en todo lo que afecta a mi vida. He hablado con amigos dentro y fuera de la Iglesia Episcopal sobre su servicio a Dios y sobre las similitudes que existen en todas las ramas del cristianismo, incluyendo aquellas que profesan la fe cat¨®lica y apost¨®lica. He visto con mis propios ojos cu¨¢ntos hermanos m¨ªos sirven a Dios como hombres casados y con la bendici¨®n de tener sus propias familias. Tambi¨¦n debo reconocer que he luchado espiritualmente e ideol¨®gicamente cuando veo que ciertos miembros del pueblo de Dios se sienten excluidos de poder vivir una vida sacramental plena".
A continuaci¨®n , se?al¨® que seguir¨¢ amando siempre a la Iglesia Cat¨®lica Apost¨®lica y Romana y a todos sus miembros, y que su lucha personal "no debe, en manera alguna, manchar el compromiso de tantos hermanos sacerdotes que viven a plenitud su compromiso c¨¦libe y son fieles a esa promesa".
Y a?adi¨®: "Hoy he decidido unirme a una nueva familia espiritual dentro de la gran sombrilla del cristianismo, pero nunca abandonar¨¦ mi servicio a Dios", y defendi¨® que siempre ha tratado en su trabajo en los medios de comunicaci¨®n promover la unidad entre todos los creyentes.
Alguien al escucharle ya le trat¨® con dureza. "Recuerda la sombrilla tras su desafortunada acci¨®n en la playa y ya se est¨¢ promoviendo para seguir de estrella en radio y televisi¨®n. Pero se ha metido en tremendo l¨ªo y no se puede quejar de que le critiquen".
Porque el padre Alberto termin¨® su homil¨ªa seglar pidiendo tregua: "En estos momentos les pido a todos que por favor, por favor (repiti¨®) respeten mi privacidad y la de todos mis seres queridos. En los ¨²ltimos d¨ªas se han propagado tantas mentiras, sugerencias malignas, rumores e incluso acciones muy lastimosas por parte de quienes buscan sacar dinero y quieren aprovecharse para lucrar en esta etapa de transici¨®n en mi vida. Respetuosamente les pido a todos que por favor paren ya, ya es suficiente. Al comenzar esta nueva etapa en nuestras vidas, les pido que nos traten con la consideraci¨®n y el respeto que merece todo ser humano".
Dura reacci¨®n
La Archidi¨®cesis de Miami, sin embargo, que se hab¨ªa mantenido en silencio hasta ahora, reaccion¨® tras la decisi¨®n del padre Alberto con una dureza inusitada . El arzobispo John C. Favalora dijo mostrarse "decepcionado", pues no hab¨ªa sabido nada de sus intenciones hasta el anuncio y le consider¨® ya separado de la Iglesia Cat¨®lica Romana "al profesar fe y moral err¨®neas".
Y sigui¨®: "El padre Cuti¨¦ a¨²n se encuentra obligado por su promesa a vivir una vida c¨¦libe, la cual ¨¦l asumi¨® con absoluta libertad en su ordenaci¨®n. S¨®lo el Santo Padre puede dispensarle de dicha obligaci¨®n". Incluso dijo: "La Iglesia Cat¨®lica nunca abandonar¨¢ a sus fieles como ha hecho el padre Cuti¨¦. Sus acciones no pueden ser justificadas con sus buenas obras. Han causado gran esc¨¢ndalo dentro de la Iglesia Cat¨®lica, han hecho da?o a la Archidi¨®cesis de Miami, especialmente a nuestros sacerdotes y han creado una divisi¨®n entre la comunidad ecum¨¦nica y en general". Tambi¨¦n critic¨® al obispo episcopal del sur de la Florida, Leo Frade, que ha comparecido varias veces, sin problemas, sonriente, como encantado del pr¨®ximo cambio eclesial, y declarando que el padre Alberto llevaba a?o y medio de "negociaciones" con su Iglesia episcopal.
El sacerdote no admiti¨® preguntas en la comparecencia, por orden de la jerarqu¨ªa episcopal. Entre oraciones y sonrisas generales al final, la imagen pareci¨® la de un fichaje estrella por un equipo religioso. Bien distinta a la seriedad de la tribuna cat¨®lica apost¨®lica romana. En el sur de la Florida hab¨ªa ya otros cinco casos de sacerdotes que han cambiado de equipo, pero ninguno era "gal¨¢ctico".
Tras esta salida a la crisis, se ha abierto un nuevo frente de pol¨¦mica en Miami aparte del ya habitual sobre el celibato. ?Cu¨¢nto da?o le hace esta decisi¨®n a la Iglesia Cat¨®lica Romana? ?cu¨¢ntos fieles seguir¨¢n la senda del padre Alberto? En una primera encuesta en una cadena de televisi¨®n, s¨®lo un 10% afirm¨® que se cambiar¨ªa, un 30% lo seguir¨ªa a la confesi¨®n episcopal, y un 60% considera lo sucedido como una traici¨®n.
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