La crisis frena la erradicaci¨®n del trabajo infantil
218 millones de ni?os est¨¢n empleados en todo el mundo, 126 en profesiones de riesgo
Diana ten¨ªa siete a?os cuando su padre se fue de casa, en Ecuador, donde ella viv¨ªa con su madre y seis hermanos. Cuando ¨¦l les dej¨® ella tuvo que empezar a trabajar, en casa de una se?ora, "ayud¨¢ndola en los quehaceres del hogar". Dos a?os m¨¢s tarde cambi¨® el servicio dom¨¦stico por la agricultura; recoger ma¨ªz, manises y arroz desde el medio d¨ªa hasta bien entrada la noche. "Sal¨ªa de las escuela a las 12.30 y a veces ni me daba tiempo a pasar por casa antes de irme al campo; llegaba a casa a las nueve", explica Diana, que confiesa que, a ratos, el trabajo la "traumatizaba". "Hab¨ªa gente que me miraba por encima del hombro, cuando me ve¨ªan toda sucia y llena de lodo", explica Diana, que, como sucede en pr¨¢cticamente todos los casos, cobraba la mitad por ser ni?a.
El trabajo infantil afecta a 218 millones de ni?os en todo el mundo, y de ellos 126 sufren las peores formas: esclavitud, explotaci¨®n sexual, actividades il¨ªcitas o trabajos forzosos y de riesgo, seg¨²n datos de UNICEF. Y a¨²n es pronto para conocer los efectos de la crisis econ¨®mica global. "Ya no se puede hablar s¨®lo de crisis financiera, estamos ante una crisis humanitaria", explic¨® ayer Bernardo Kliksberg, asesor principal del programa de Naciones Unidas para el Desarrollo en Am¨¦rica Latina en el III Foro Proni?o, auspiciado por la Fundaci¨®n Telef¨®nica y la Organizaci¨®n Internacional del Trabajo.
La crisis puede tener efectos devastadores en la situaci¨®n de los ni?os, el colectivo m¨¢s vulnerable a la pobreza. En los pa¨ªses en v¨ªas de desarrollo, explic¨® Paloma Escudero, de UNICEF, la ca¨ªda del 1% del PIB supone un aumento de la mortalidad infantil de entre el 0,3 y el 0,8%. Las previsiones apuntan a que el PIB de los pa¨ªses latinoamericanos caer¨¢ un 5% en 2009. "La crisis econ¨®mica ser¨¢ transitoria", afirm¨® Escudero, "pero los ni?os que por esta causa sufran malnutrici¨®n, dejen el colegio y caigan en trabajos y situaciones de riesgo arrastrar¨¢n las consecuencias en su personalidad durante toda la vida". Trabajos como las minas de diamantes en ?frica, la agricultura en Suram¨¦rica, las f¨¢bricas de Alfombra en India son s¨®lo algunos de los lugares donde el trabajo infantil est¨¢ a la orden del d¨ªa.
Aunque se han logrado algunos avances en los ¨²ltimos a?os - la OIT afirm¨® en 2006 que el trabajo infantil se hab¨ªa reducido un 11% desde 2004, un 26% en los m¨¢s peligrosos - la crisis actual eleva exponencialmente el riesgo de que a?os de avances se pierdan y, a¨²n m¨¢s, la situaci¨®n empeore. En Am¨¦rica Latina, donde el 36% de la poblaci¨®n es pobre, la tasa infantil est¨¢ en torno al 55%. De los 10 millones m¨¢s de pobres que habr¨¢ en la parte sur del continente en 2009, una parte importante ser¨¢n ni?os, que se ver¨¢n conducidos a situaciones de riesgo.
En el foro celebrado ayer, un conjunto de actividades en torno al se debati¨® sobre la responsabilidad social p¨²blico-privada en la lucha contra este problema, y Kliksberg alert¨® del verdadero sentido de estas iniciativas, que deben abarcar una labor completa, no mera filantrop¨ªa, "hay empresas que gastan en publicidad de sus actividades m¨¢s de 50 veces lo que gastan en las propias actividades", advirti¨®. "Eso no es sino una mera estrategia de marketing sin valor", critic¨®.
Diana fue una de las beneficiarias del Programa Proni?o junto con el Proyecto Muchacho Trabajador del Gobierno ecuatoriano, que ayudan a que j¨®venes puedan acceder a los colegios y les dan talleres de autoestima y de g¨¦nero o sexualidad. Al igual que ella, 110.000 ni?os son atendidos por el programa Proni?o en todo el continente. Ahora, a sus 21 a?os, Diana estudia Trabajo Social y tiene un objetivo: tratar de que otros de los 5,7 millones de ni?os de su continente que trabajan puedan tener un futuro como el suyo.
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