Dos polos, dos fotograf¨ªas
Los polos, al sur la Ant¨¢rtida, al norte el ?rtico; al sur un continente, al norte un oc¨¦ano. Y es que mientras la Ant¨¢rtida es un continente rodeado de oc¨¦anos, el ?rtico es un oc¨¦ano helado rodeado de continentes. La perspectiva social de ambos polos no los diferencia apenas, y un abismo los separa. Se podr¨ªa decir que escasamente los colores blancos azulados los hacen similares.
El continente Ant¨¢rtico est¨¢ directamente protegido por un tratado que regula las relaciones entre los estados firmantes en diversas materias. Este tratado limita la dedicaci¨®n de las actividades de la Ant¨¢rtida a misiones pac¨ªficas, en particular cient¨ªficas. Establece asimismo el intercambio de informaci¨®n, personal cient¨ªfico, observaciones y resultados sobre las actividades realizadas por los signatarios en el continente. Lamentablemente no ocurre lo mismo en el Polo Norte, donde un informe publicado, en el a?o 2000, por el servicio geol¨®gico de Estados Unidos afirma que en el ?rtico se encuentran el 25% de las reservas de gas y petr¨®leo del planeta. En un momento tan complicado por la carencia de fuentes energ¨¦ticas, est¨¢ claro que esta regi¨®n ha desatado las posibilidades de negocio y especulaci¨®n en los pa¨ªses lim¨ªtrofes, as¨ª como de muchas multinacionales.
Los intereses se basan sobre todo en aspectos petrol¨ªferos y de navegaci¨®n marina. Uno de los primeros y pr¨¢cticamente el ¨²nico paso fue la Convenci¨®n de las Naciones Unidas sobre el Derecho del Mar de 1982. Este convenio establece que la anchura del mar territorial de un pa¨ªs es de 12 millas n¨¢uticas y le concede una zona econ¨®mica de 200 millas en las que tiene derechos exclusivos de explotaci¨®n del lecho marino. La Ley del Mar establece un plazo que concluy¨® al entrar el a?o 2009, a partir del cual los pa¨ªses pueden solicitar la extensi¨®n de las doscientas millas que la ONU concedi¨® como aguas territoriales. Para solicitar, antes el pa¨ªs debe haber firmado la Ley del Mar.
Existe un Comit¨¦ ?rtico que se centra antes en la protecci¨®n del medio ambiente y en el bienestar de minor¨ªas ind¨ªgenas que en la investigaci¨®n cient¨ªfica internacional, al contrario que en el Tratado Ant¨¢rtico, soslayando en cambio cuestiones de mayor calado estrat¨¦gico, e incluso pol¨ªtico, que tarde o temprano habr¨¢ tambi¨¦n que tener en cuenta. Dichas cuestiones esencialmente son dos:
-La apertura de nuevas v¨ªas de navegaci¨®n (y el libre acceso a las mismas de terceros pa¨ªses), debido al r¨¢pido deshielo de esta regi¨®n.
-Las posibles disputas a causa de la falta de delimitaci¨®n territorial de zonas que durante siglos han estado cubiertas por el hielo, y ahora empiezan a ser utilizables.
La falta de una legislaci¨®n com¨²n junto con la finalizaci¨®n de la ¨²nica ley que hab¨ªa (la Ley de Mar de 1982), los beneficios econ¨®micos y las devastaci¨®n que el cambio clim¨¢tico est¨¢ provocando en el Polo Norte han suscitado que los pa¨ªses lim¨ªtrofes (entre ellas las principales potencias mundiales) se est¨¦n repartiendo el pastel indiscriminadamente y sin ninguna regulaci¨®n, dejando una escasa ¨¢rea como aguas internacionales.
Un oc¨¦ano que se descubre
Hablamos de cambio global cuando nos referimos "al conjunto de cambios ambientales afectados por la actividad humana, con especial referencia a cambios en los procesos que determinan el funcionamiento del sistema Tierra", como explica el ocean¨®grafo Carlos M. Duarte. A lo largo de la historia la Tierra ha cambiado, ha pasado progresivamente de un estado a otro provocando de forma natural cambios m¨¢s severos que los que se aproximan. El problema surge cuando el hombre ha pasado a alterar el curso natural del cambio y ha llevado a acelerar y corromper el cambio, hasta tal punto que el qu¨ªmico atmosf¨¦rico y premio Nobel Paul Crutzen bautiz¨® la etapa actual que vive el planeta como Antropoceno, etapa en la cual las ¨¢reas polares son una significativa muestra de que el curso natural se ha alterado.
En verano del a?o 2007, el Oc¨¦ano Glaciar ?rtico padeci¨® la mayor desprovista de hielo marino desde que se tienen datos. Los modelos clim¨¢ticos ni siquiera se planteaban el descenso de hielo marino en la zona del norte polar. Los recientes informes del IPCC (Panel Intergubernamental sobre Cambio Clim¨¢tico, de Naciones unidas) prev¨¦n que para antes del a?o 2030 podemos tener un Oc¨¦ano Glaciar ?rtico totalmente libre de hielo marino, suponiendo una grand¨ªsima amenaza para los procesos que controlan el funcionamiento del ecosistema polar en cuesti¨®n. Las consecuencias de un Oc¨¦ano Glaciar ?rtico sin hielo perenne son varias. Existen los intereses socioecon¨®micos antes mencionados que, basados en intereses pol¨ªticos, apenas conciben los efectos de los cambios f¨ªsico-qu¨ªmicos y biol¨®gicos del deshielo.
Un Polo Norte desprovisto de hielo provocar¨ªa la desaparici¨®n de la llamada Cinta Transportadora de Calor, un mecanismo de corrientes oce¨¢nicas que se encarga de transportar el exceso de calor desde las zonas ecuatoriales a los polos y viceversa, haciendo que los climas no sean tan extremos a medida que avanzamos en latitud. El deshielo tambi¨¦n est¨¢ provocando que contaminantes (los llamados Contaminantes Org¨¢nicos Persistentes) acumulados en el hielo (transportados a trav¨¦s de la atm¨®sfera desde latitudes inferiores) sean liberados al oc¨¦ano y a trav¨¦s de este penetren en la cadena alimentaria de la zona, siendo las tribus de los inuit los m¨¢s afectados. El pueblo inuit sufre tasas de mortalidad 2-6 veces superiores y esperanza de vida 5-7 a?os menor que la de los pueblos cauc¨¢sicos del ¨¢rtico, lo que se debe a que su dieta se basa en la megafauna de la zona, que a la vez se alimenta de lo que ofrece el Oc¨¦ano Glaciar ?rtico.
La reducci¨®n de extensi¨®n de hielo tambi¨¦n afecta a la megafauna polar, que lo usa como h¨¢bitat o plataforma, y al plancton que queda expuesto a mayor radiaci¨®n y a cambios ambientales. Adem¨¢s de los mencionados, son infinitos los problemas que encontramos en el ?rtico y preocupan a los cient¨ªficos. Uno de los objetivos de la campa?a ATP (Arctic Tipping Points) que estamos realizando es que no s¨®lo los preocupados seamos los cient¨ªficos sino la sociedad en general, ya que es una de las principales amenazas para el planeta que conocemos. En general, la campa?a busca descubrir los umbrales de diversos procesos biol¨®gicos del ecosistema ?rtico y conocer d¨®nde se encuentran los puntos de no retorno, es decir, aquellas alteraciones provocadas por la mano del hombre que resultan irreversibles.
El ?rtico resulta m¨¢s vulnerable que la Ant¨¢rtida frente al cambio clim¨¢tico, al ser respectivamente un oc¨¦ano y un continente. Mientras que en la Ant¨¢rtida los hielos anuales se mantienen sobre tierra, en el ?rtico han de hacerlo sobre agua. Estas caracter¨ªsticas geomorfol¨®gicas dan diferente car¨¢cter a los procesos que se producen en una zona y otra. Adem¨¢s de esto, el ?rtico cuenta con la desventaja de estar en el hemisferio Norte, hemisferio en el cual vive la mayor parte de la humanidad y en el que se produce una mayor cantidad de contaminantes que se transportan a trav¨¦s de la atm¨®sfera a los polos.
Personal
Como investigador de Cambio Global, a trav¨¦s del proyecto ATP pretendo estudiar los procariotas, grupo de microorganismos que acoge la mayor¨ªa de formas de vida marina y planetaria. Aunque estos microorganismos resultan invisibles para el ojo humano, representan un papel de lo m¨¢s importante dentro de la mayor¨ªa de procesos biol¨®gicos. Investigo c¨®mo los aumentos de temperatura afectar¨¢n a estas comunidades y c¨®mo se comportar¨¢n ante el inminente cambio.
Aunque en esta campa?a el objetivo es investigar los efectos del cambio global en el Oc¨¦ano Glacial ?rtico, el departamento de Cambio Global del IMEDEA (CSIC-UIB), liderado por el profesor Carlos M. Duarte y al cual pertenezco, tambi¨¦n realiza investigaciones en el continente Ant¨¢rtico, en el que problemas como el llamado agujero de la capa de ozono y la acumulaci¨®n de contaminantes, entre otros, est¨¢n alterando los procesos del ecosistema polar austral.
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