El efecto del calentamiento global en la vida marina ¨¢rtica
La noche del oso a bordo del Jan Mayen ha sido intensa, noche por llamarlo de alguna manera, porque ha brillado el sol ¨¢rtico en un cielo completamente despejado. Poco antes de las once de la noche, han avisado del puente que ya se ve¨ªa una l¨ªnea de hielo en el horizonte, por estribor. En diez minutos, lo que se tarda en correr la voz en el barco, han empezado a aparecer bloques de hielo flotando y la fascinaci¨®n por la ins¨®lita vista ha sido general, incluso para los numerosos noruegos a bordo.
La cantidad de bloques de hielo y su tama?o han ido aumentando r¨¢pidamente, y enseguida todo el mar se ha visto cubierto por hielo resquebrajado en planchas de diferentes proporciones pero sin agua apenas entre ellas, y hasta el horizonte, en cualquier direcci¨®n. El Jan Mayen ha estado rodeado por una masa blanca rugosa aparentemente inm¨®vil (las olas se amortiguan con esa capa helada superficial) pero que se ondula muy ligeramente.
De repente, desde el puente del buque han avisado de la presencia de un oso en la lejan¨ªa. Al principio se ha visto s¨®lo con prism¨¢ticos, pero el magn¨ªfico animal, de color mantequilla que se diferencia claramente del blanco intenso azulado del hielo, se ha ido acercando. La euforia a bordo ha sido enorme, tanto desde los ventanales del puente como en la cubierta de proa. Todos han seguido los movimientos del oso pertrechados con c¨¢maras de fotos y de v¨ªdeo de todo calibre. El animal se ha tumbado, ha saltado de placa en placa y se ha acercado hasta rozar la cubierta del Jan Mayen, parado en el hielo. Tras una hora merodeando, se ha alejado.
Para los novatos en el ?rtico la emoci¨®n ha sido tremenda y hasta las tres de la madrugada no se ha hablado de otra cosa a bordo, pero incluso para los noruegos ha sido una grata y gran sorpresa: no es normal ver a uno de estos fieros animales nada m¨¢s llegar al hielo, comentan, y a menudo no se avista a ninguno en d¨ªas y d¨ªas.
A eso de las tres de la madrugada la bruma ha cubierto el mar helado y este rinc¨®n del ?rtico se ha convertido en un paisaje irreal.
A la vista de los bloques de hielo alrededor del barco y cubriendo completamente el mar, uno no dir¨ªa que aqu¨ª est¨¢ en acci¨®n el cambio clim¨¢tico, el aumento de temperatura del planeta. Pero Slaweh Kwasniewski, un bi¨®logo polaco del Instituto de Oceanograf¨ªa de Sopat y veterano en estas aguas, dice que, debido a los efectos del calentamiento, el grupo de zooplancton a bordo no encuentra suficientes ejemplares de Calanus glacialis en sus sondeos, pese a haber metido en el agua sus dispositivos de captura repetidas veces. "En el fondo, entre 180 y 135 metros, hay agua atl¨¢ntica, pero encima el agua es ya ¨¢rtica, a una temperatura de 1,7 grados bajo cero en el nivel desde 135 metros a 60 metros de profundidad. Sin embargo, no hay apenas Calanus glacialis, como esper¨¢bamos", explica.
?Cu¨¢l es el problema? "La temperatura del agua es la adecuada, porque estos animales viven entre 1.8 grados bajo cero y 3 grados sobre cero, pero seguramente la estaci¨®n est¨¢ muy adelantada y estos animales ya no est¨¢n porque se ha adelantado su ciclo de vida y ya han desaparecido", dice Kwasniewski. Normalmente, cuenta, el verano en el ?rtico se limita a julio y agosto, de manera que en pasadas campa?as los bi¨®logos han capturado Calanus glacialis en junio. Pero si la temperatura del agua sigue estando en el rango bajo, ?c¨®mo puede achacar la escasez de Calanus glacialis al calentamiento? "Seguramente la reducci¨®n anticipada de la extensi¨®n del hielo permite que pase m¨¢s luz al agua, empieza a proliferar el fitoplancton y se adelanta el ciclo del zooplancton, por lo que ahora ya no encontramos ejemplares casi. La retirada del hielo se debe al calentamiento, al menos local, en el ?rtico, aunque la temperatura del agua siga siendo adecuadamente baja".
El Jan Mayen ha retrocedido unos 50 kil¨®metros hacia el Sur, hacia un punto donde la abundancia de zooplancton ¨¢rtico es algo superior para intentar que estos bi¨®logos logren la cantidad de ejemplares que necesitan para su investigaci¨®n. Cuando acaben los sondeos en esta zona, el buque retomar¨¢ su rumbo hacia el Norte.
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