Sudando a 78 grados Norte
La campa?a de investigaci¨®n de cambios bruscos de temperatura y el calentamiento en el Oc¨¦ano Glaciar ?rtico contin¨²a en la universidad de Longyearbyen
La campa?a oceanogr¨¢fica ATP-2009, en el ?rtico, narrada en directo por EL PA?S a bordo del buque Jan Mayen, concluy¨® el d¨ªa 29 de Junio, pero las actividades del proyecto ATP contin¨²an, ahora en las magn¨ªficas instalaciones del University Center of the Svalvard, UNIS, una universidad centrada en ciencia polar ubicada a 78 grados Norte, en la poblaci¨®n de Longyearbyen (1.700 habitantes), en las Islas Svalvard (Noruega).
Cerca de 800 litros de agua tomada en el Oc¨¦ano Glaciar ?rtico entraron en las c¨¢maras fr¨ªas de UNIS, donde fueron distribuidas en garrafas de 20 litros, que fueron instaladas en ba?os de temperatura creciente, a pasos de 1.5 grados cent¨ªgrados, entre 1 y 9 grados, cubriendo as¨ª el rango de calentamiento que el Oc¨¦ano Glaciar ?rtico podr¨ªa experimentar durante el siglo XXI.
Este experimento, y el que estamos ahora a punto de iniciar, constituye una actividad central del proyecto ATP, financiado por el 7? Programa Marco de la Uni¨®n Europea con la participaci¨®n en Espa?a de investigadores del CSIC y la colaboraci¨®n de la Fundaci¨®n BBVA.
El objetivo es establecer, experimentalmente, el umbral de calentamiento a partir del cu¨¢l se desencadenan cambios abruptos en la comunidad de plancton. Los cambios que se esperan conllevar¨¢n cambios en la estructura de la comunidad y su actividad, que pueden llevar a una reorganizaci¨®n de la red tr¨®fica y del ecosistema del Oc¨¦ano Glaciar ?rtico, afectando tambi¨¦n su capacidad para actuar como sumidero de di¨®xido de carbono atmosf¨¦rico.
Evidentemente, existen grandes dificultades para extrapolar de los resultados derivados de experimentos de poco m¨¢s de 10 d¨ªas de duraci¨®n -aunque suficientes para resolver la respuesta de los organismos del plancton, que tienen tiempos de generaci¨®n en torno a un d¨ªa- a lo que podr¨ªa ocurrir dentro de algunas d¨¦cadas, pero el papel de estos experimentos no es tanto formular esas predicciones, sino verificar experimentalmente las que se derivan de modelos y de postulados te¨®ricos sobre el impacto del calentamiento clim¨¢tico sobre el ecosistema del ?rtico en desarrollo en el proyecto ATP.
Llegar a Longyearbyen (78 grados de latitud Norte y 15 grados de longitud Este), en el ?rtico, es sorprendentemente f¨¢cil, pues est¨¢ comunicado por vuelos comerciales. Llegu¨¦, tras una estancia de trabajo en Bruselas que no pude evitar, para encontrar a mis compa?eros (10 investigadores del CSIC, incluyendo una sueca, una estadounidense, dos vascos, dos catalanas, una madrile?a, un mallorqu¨ªn, una gallega y una andaluza) en plena vor¨¢gine de actividad fren¨¦tica en el laboratorio.
Que los d¨ªas en el laboratorio se hacen largos es aqu¨ª, m¨¢s que en ning¨²n otro lugar, una obviedad, pues tenemos luz de d¨ªa las 24 horas del d¨ªa, con el sol describiendo un c¨ªrculo completo, entre unos 30 grados y 60 grados de elevaci¨®n sin ponerse jam¨¢s. Es m¨¢s, parece habitual que las nubes y neblina que cubren a mediod¨ªa el fiordo donde se encuentra esta poblaci¨®n desaparezcan de forma que el sol brilla con mayor intensidad a las tres ¨® cuatro de la madrugada. De hecho, es a estas horas cuando entra de lleno el sol por la ventana de mi apartamento, tan bien aislado que solo el efecto invernadero de la entrada de estos rayos de luz de medianoche hace que la temperatura supere los 30 grados cent¨ªgrados en mi habitaci¨®n. Las consecuencias de este efecto invernadero se sienten con particular crueldad en la sala de zapatos a la entrada de UNIS, donde todos nos hemos de descalzar para entrar sin mancillar esos inmaculados suelos de blanco parquet de madera de abedul. El canto coral de las decenas de zapatos que all¨¢ reposan da buen testimonio de la galvana, como dir¨ªan en Extremadura, que cae durante toda la noche.
Pens¨¦ que entre las (pocas) ventajas de cambiar la comodidad de mi casa en Mallorca por tres semanas en el ?rtico estar¨ªa la de evitar el calor intenso con el que ha comenzado el verano en Espa?a. Sin embargo, me encuentro insomne por las noches, con el efecto combinado del sudor de los 30 grados a medianoche y la intensa luz que inunda la habitaci¨®n de paredes blancas. Durante las horas de insomnio me asomo por la ventana y veo que no solo soy yo quien suda: el campo de nieve que cierra este valle brilla con sudor, del agua deshelada que cubre el manto de nieve y que alimenta el arroyo que pasa a los pies de la casa que habito, que ruge con una intensidad creciente con el aumento de la descarga de agua cada d¨ªa que pasa.
A 78 grados Norte todos sudamos: mis compa?eros, los zapatos de UNIS, el campo de hielo y, quien sabe, hasta el plancton de nuestros experimentos.
Carlos Duarte es el coordinador del experimento ATP.
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