La dieta humana de los leones de Tsavo
Un an¨¢lisis revela lo que comieron los animales que mataron a decenas de personas en Kenia en 1898 y las razones de sus ataques
Los dos leones comehombres de Tsavo, que mataron a decenas de personas en 1898 en Kenia, terminaron sus d¨ªas disecados en el Museo Field de Chicago . M¨¢s de un siglo despu¨¦s, durante el que fueron protagonistas de libros, pel¨ªculas y exposiciones, y aunque pueda parecer incre¨ªble, el an¨¢lisis de sus dientes y de su pelo ha permitido verificar lo que comieron en las semanas, meses e incluso a?os anteriores a ser abatidos por el militar brit¨¢nico John H. Patterson. El resultado incluye sorpresas.
?Por qu¨¦ se convirtieron en comehombres estos leones de Tsavo, algo muy poco com¨²n? El trabajo sobre este caso ilustra la colaboraci¨®n entre animales y los motivos que llevan a un animal salvaje concreto a cambiar de presas, lo que los ec¨®logos llaman especializaci¨®n individual de la dieta.
Los dos machos formaron pareja y recurrieron a humanos y otras presas no convencionales porque ten¨ªan defectos f¨ªsicos
Los dos leones eran machos y sembraron el terror durante nueve meses entre los trabajadores del ferrocarril que se constru¨ªa en la zona de Tsavo y los lugare?os de la etnia Taita. Actuaban siempre en pareja, en esa zona de altos matorrales con pinchos que imped¨ªan a sus v¨ªctimas verlos venir. La compa?¨ªa Ferrocarril de Uganda document¨® 28 muertes de sus trabajadores debidas a los leones, y el coronel Patterson elev¨® la cifra total, incluyendo los agriculturores y pastores taita, a 135.
Este militar e ingeniero brit¨¢nico se empe?¨® en acabar con ellos y al final lo logr¨®. Tendi¨® una trampa en forma de vag¨®n de ferrocarril, que no funcion¨®, y se apost¨® en un ¨¢rbol durante d¨ªas. El 9 de diciembre de 1898 mat¨® al primer le¨®n, un animal enorme, y el 29 de diciembre al segundo. Como cesaron los ataques inmediatamente, result¨® claro que hab¨ªa acertado con las piezas, que terminaron disecadas en Chicago. Algunas de las v¨ªctimas, de la etnia taita (los trabajadores del ferrocarril eran en gran parte indios), terminaron tambi¨¦n lejos de su hogar. Sus cr¨¢neos fueron recogidos en 1929 por el famoso paleoantrop¨®logo Louis Leakey y ahora est¨¢n en el laboratorio brit¨¢nico Duckworth, especializado en restos de primates.
?ste era el panorama sobre el que han trabajado cient¨ªficos de varias especialidades de Estados Unidos y el Reino Unido. Han analizado material de los dientes y del pelo de los dos leones y han comparado su composici¨®n isot¨®pica en carbono y nitr¨®geno con material equivalente de leones actuales de la zona y de animales herb¨ªvoros que pueden ser presa de los leones, as¨ª como con hueso de los antepasados de los taitas.
Han llegado a la conclusi¨®n de que los dos leones tuvieron durante gran parte de sus siete u ocho a?os de existencia una dieta normal, basada sobre todo en animales herb¨ªvoros como la cebra y el ¨®rix. Mientras que ambos a?adieron progresivamente a a su dieta animales como la jirafa y el ant¨ªlope, s¨®lo uno de ellos se especializ¨® en comer humanos, que en las semanas finales de su vida constitu¨ªan el 30% de su dieta. As¨ª que s¨®lo uno de la pareja era de verdad un le¨®n comehombres, aunque posiblemente el otro tambi¨¦n ingiriera ocasionalmente restos humanos. Adem¨¢s, los investigadores consiguen una aproximaci¨®n al n¨²mero real de v¨ªctimas, que es 34.
"No esper¨¢bamos que los dos leones tuvieran una dieta tan distinta", explica a este peri¨®dico el ec¨®logo Justin Yeakel, que ha dirigido la investigaci¨®n. "Los ec¨®logos han subrayado la importancia de una especializaci¨®n individual en ambientes en que los alimentos son escasos. Existen pruebas de que Tsavo en 1898 sufr¨ªa diversos tipos de estr¨¦s, naturales o causados por el hombre, que habr¨ªan hecho escasear las presas naturales del le¨®n. S¨®lo uno de los leones obtuvo ventaja nutritiva de los humanos, seguramente porque somos demasiado peque?os para ser alimento de dos leones, y ¨¦se fue el le¨®n que era m¨¢s habilidoso y m¨¢s valiente, porque somos una presa peligrosa para el cazador".
Yeakel y Nathaniel J. Dominy de la Universidad de California y sus colegas publican el resultado de su estudio en la revista PNAS. Subrayan que los dos animales presentaban graves deformaciones craneodentales, lo que pudo influir en que incluyeran en su dieta presas no convencionales, supuestamente m¨¢s accesibles.
As¨ª que las conclusiones cambian algo el panorama anterior. Los dos leones formaban una pareja no muy usual, ya que lo normal es que un macho forme grupo con cuatro o cinco hembras, que son las que cazan. Seguramente debido a sus defectos f¨ªsicos no tuvieron acceso a las hembras y no les qued¨® m¨¢s remedio que formar pareja para defender un territorio que entonces ten¨ªa mucha m¨¢s vegetaci¨®n que actualmente. Colaboraban en los ataques, a humanos y a otras presas, pero no com¨ªan lo mismo. Atacar humanos era m¨¢s peligroso, pero no ten¨ªan otro remedio, creen los investigadores, ya que no eran buenos depredadores.
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